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La Academia estaba hecha un caos y un desastre, nada de lo que había planeado el castaño estaba saliendo como debería, estaba de mal humor; los patrocinadores se habían rehusado a hablar con él, la única que había aceptado su llamada había sido Shimizu quien excusó a los demás diciendo que Tokio estaba hecho un desastre y que la carga de trabajo era mayor a sus capacidades.

Otro problema que se había sucitado era que la escenografía estaba lejos de ser terminada y eso había empeorado el estado de ánimo del productor.

—No me joda— bramó con el ceño fruncido —Usted me prometió esa maldita escenografía para esta semana— objetó y al otro lado de la línea telefónica se escucharon varias disculpas y razones por las que el pedido aún no estaba hecho —No me venga con excusas de mierda, necesito esa escenografía para esta semana — colgó con furia y se llevó las manos a las sienes tratando de calmar el dolor de cabeza

Todos son una maldita bola de inútiles

La obra estaba tan cerca de ser presentada, sin embargo si esos inconvenientes seguían presentes se vería obligado a reagendar el estreno y eso no era una idea que le convenciera mucho.

Las puerta sonó, Oikawa hizo una mueca de molestia. No quería recibir a nadie, había sido muy específico en eso, además ¿A quien putas se le ocurría venir cuando se supone que estaba la toma de medidas para el vestuario?

—No quiero ver a nadie— gruñó mientras otra punzada invadía su sien, pero como era de esperarse se hizo caso omiso de la orden y un pelinegro entró pavoneando toda su presencia —¿Por qué carajos entraste, Tobio-chan? —el humor del castaño estaba insoportable —¿Acaso no escuchaste lo que dije?— frunció el entrecejo con molestia

—Lo escuché y por eso entré— Kageyama contestó con simpleza mientras rodeaba el escritorio y se sentaba en el regazo del mayor — Creo que puedo alivianar tu estrés— susurró cerca de su oído mientras sus manos tocaban el torso del castaño. Oikawa gruñó y lo tomó de los hombros alejándolo de él.

No podía tener un desliz, él había acordado con Koushi que al término de la primera función le diría a todo el elenco que era su pretendiente, esto llegó al mutuo acuerdo después de que Tooru le explicará que primero tendría que callar bocas con su talento y que si alguien se atreviese a insinuar el por qué le habían dado el estelar él sólo tendría que levantar el rostro en gesto digno y que dejara que su talento fuese el que hablara

—Largo de aquí— chasqueo la lengua mientras lo miraba con frialdad

—Vamos, Sugawara no vendrá. Le están tomando las medidas para su vestuario— Kageyama se encogió de hombros sin preocupación alguna

—Dije largo— bramó con molestia, en ese momento no poseía una paciencia adecuada para tratar con el comportamiento caprichoso del Cisne Negro —Tambien deberías estar tomandote las medidas—

—Sera en otra ocasión— parecía que Tobio quería llevar al límite la paciencia del productor —De hecho esa es una de la razones por las que estoy aquí —

—¿Cómo que será en otra ocasión?— Oikawa lo miró y se sobo el puente de su nariz —Estoy hasta el culo de problemas y tú vienes a agregar uno más—

—Uff Oikawa ¿Que dirían sus estudiantes si lo escuchan hablar tan suciamente?— bromeó — Iré a Tokio contigo y allá se me harán las pruebas, desgraciadamente no puedo quedarme el día de hoy. Tengo un inconveniente

—Tus inconvenientes me importan un carajo, ve y que te tomen las putas medidas. No seré tu niñero en Tokio— ordenó

—No quiero que seas mi niñero— Kageyama alzó una ceja —Quiero que me tomes

—¿Acaso has perdido la cordura? — Eso sí había tomado por sorpresa a Tooru, sin embargo lo venía venir

—No, estoy más cuerdo que nunca— sonrió tan cínicamente que provocó un escalofrío lleno de un mal presentimiento en el castaño y suspiró calmando sus nervios y frustración

—¿Qué quieres Tobio-chan? — preguntó mientras alzaba una ceja con expectación

Este chico no se rendiría tan fácilmente, parecía que el hecho de haberlo rechazado había golpeado más su orgullo y no estaba dispuesto a dejarlo en paz de una maldita vez. Si no hubiera sido tan idiota nunca se hubiera revolcado con él y no estarían en esa penosa situación que le estaba consumiendo lo último de buen humor que le quedaba

—A ti— Kageyama contestó sin duda alguna en su voz

—Definitivamente es algo que no tendrás —Tooru se negó mientras recargaba todo su espalda en el asiento —Te lo he dicho incontables veces, lo que pasó esa noche no debe volver a repetirse

—No veo la razón— Kageyama mantenía esa sonrisa como si supiera que ya había ganado este debate —¿O acaso crees que el estúpido de Koushi jamás te faltaría? Es bonito y llama la atención sólo hace falta que pongas tu vista en Sawamura y verás que está detrás de él como un perro faldero ¿Que tal y ya se entregaron? ¿Que tal si le gusta más él que tú? ¿O lo hace mejor que tú? Él también tuvo sus necesidades el tiempo que estuvieron separados, apuesto a que enredo con él, apuesto que Sawamura lo tocó en los mismos lugares que tú

—Basta— Tooru no soportaba que pusieran esos escenarios tan retorcidos en su imaginación llena de celos —No te voy a permitir que le faltes el respeto a mi Cisne— vocifero

—¿Tu Cisne? ¿Lo crees tuyo?— cuestionó con malicia en su voz —Me preguntó que pensara de ti cuando le cuente cómo nos conocimos o como le cuente que te acostaste con tu antigua profesora—

—Ya no soy así y no me acosté con ella— refutó

—Yo te creo, te creo que ya no vas de cama en cama y te creo que no te hayas acostado con ella, pero tu reputación te persigue y una imagen habla más que mil palabras— sacó su celular y le enseñó la foto donde el castaño se estaba besando con Shimizu en el bar —Es un escándalo algo picante ¿No crees? Apuesto que la prensa me pagaría muy bien por estas fotos

—Eres un mocoso malcriado— dijo entre dientes y con su cólera incrementando

—Tal vez— Tobio meneo su cabeza —¿Me pregunto que dirán nuestros compañeros si se enteran de su relación? ¿Que le has estado dando un trato diferente al Cisne Blanco sólo porque comparten la cama? Sería interesante averiguarlo ¿Quieres saber lo que pasará? —cuestiono y se dio la vuelta dispuesto a abandonar la oficina

—¿Crees que puedes venir a mi oficina y amenazarme?— refutó el productor

— No es amenaza, es una advertencia— tomó el picaporte de la puerta y abrió — Me tengo que ir, como dije no puedo quedarme. Pero piensa todo lo que te dije, sólo estoy pidiendo una noche a cambio de tu libertad ¿No es un mal trato, verdad? — sonrió y salió dejando a Tooru totalmente iracundo

Tomó lo que estaba en el escritorio y lo lanzó al suelo de manera estruendosa ¿Por qué cuando quería hacer las cosas bien algo se lo impedía?

CisneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora