11.

1.4K 46 0
                                    

Mis ojos se abren de golpe cuando el timbre suena a través de mi departamento. Jadeo alcanzando mi teléfono, mis cejas se fruncen con asombro.

¿Quién puede estar en mi casa pasadas las 3 de la mañana? Un pequeño temor de que sea un asesino en serie o algo así se me mete en la cabeza y empiezo a sudar. Me estremezco cuando vuelve a sonar el timbre.

Salto de mi cama y corro hacia la puerta, una ola de alivio me invade cuando veo a Harry a través de la mirilla. Abro la puerta y entra sin decir una palabra, luciendo bastante molesto, la preocupación se graba en mi rostro y lo sigo a mi habitación, donde se aleja.

—¿Está todo bien?— le pregunto.

—No— dice para luego tirarse en la cama y esconder su rostro en mis almohadas. Suspiro mientras camino hacia el y me meto debajo de las sábanas blancas, a su lado. 

—Harry, ¿qué pasa?— pongo mi mano en su mejilla y él coloca la suya sobre la mía. Me mira con una expresión que me hace sentir estúpida por preguntar. Por supuesto que sé lo que está mal.

Harry y yo recientemente decidimos tomar caminos separados. No hubo mucha comunicación. Ambos estábamos estresados ​​por el trabajo y nos desquitábamos el uno con el otro, nos volviamos tóxicos. Nos amamos, sí, pero lo mejor es hacer una pausa por el momento.

—No he dormido en cuatro días...— habla después de un momento de silencio. Es entonces cuando noto la falta de sueño clara en su rostro, incluso en la oscuridad, tiene ojeras oscuras debajo de sus ojos verdes y esta mas delgado, puedo ver fácilmente sus clavículas. 

—Harry...— coloca su mano en mis labios, impidiéndome hablar más.

—No, déjame hablar. Quiero decirte que he sido absolutamente miserable sin ti, apenas duermo, apenas como, apenas pienso sin que tú consumas mi mente. No puedo soportar más estar sin ti. Por favor, dame... danos una oportunidad de nuevo. Podemos hacer que esto funcione.

Desvío mi mirada de sus ojos y la enfoco en mi ventana, la ciudad está iluminada como siempre.
En este momento, soy un desastre absoluto y puedo verlo tratar de contenerlo también. Asiento con la cabeza estando de acuerdo con él, lo amo, demasiado, no puedo simplemente dejarlo ir. El nudo en la garganta me impide hablar correctamente.

Finalmente Harry se rompe y me empuja hacia su pecho mientras ambos lloramos protegidos en los brazos del otro.

Estaremos bien.

𝘩𝘴 • 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora