26.

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Cierro los ojos cuando siento que termina mi clímax. Harry deja escapar un gruñido y cae encima de mí, tengo este impulso de envolver mis brazos alrededor de él y que me abrace después del sexo, pero sabemos que no podemos hacer eso. 

Al principio dijimos claramente que no había abrazos después del sexo, solo complicaría las cosas con el tiempo, se supone que esta es una relación sin ataduras. Debería haberlo pensado mejor en ese entonces, pero estaba demasiado cegada por el impulso de mis deseos sexuales.

Pero ahora, luego de meces de esto, estoy cansada de esa fantasía, de ese sueño de estar emocionalmente con él. Sé que es un poco estupido, pero creo que mi mente está lista. Necesito dejar esta relación tóxica por algo verdadero.

Solo quiero lo real. 

Quiero todas las peleas, todas las lágrimas, todas las conversaciones, contarnos nuestros miedos. Sé que para él es difícil confiar porque nadie le ha dado lo que el se merece, pero debe olvidar el pasado y ver hacia el futuro, uno en el que podríamos estar juntos y felices.

Deseo su toque suave, pequeños besos inocentes, tener citas. Sí, el sexo es genial, pero quiero más y no estoy segura de si él quiere eso o si lo quiere conmigo. 

Debería haber dejado esto cuando comencé a sentir cosas por él hace unos 2 meses. Tengo miedo de confesárselo porque podría irse y no sé cómo voy a lidiar con eso. Entonces, si no puedo tenerlo como quiero, puedo ponerle una máscara a todo esto y seguir como si nada pasara en esta relación estrictamente sexual, incluso si eso me rompe. 

Nos adaptamos tan bien el uno al otro, sabemos exactamente lo que necesitamos. Conocemos nuestros cuerpos de memoria y no puedo evitar pensar que trabajaríamos bien en una relación real. Si tan solo no fuera tan complicado.

Harry me saca de mis pensamientos cuando lo oigo resoplar, seguido a eso se levanta y busca sus pantalones por la habitación mientras yo me cubro con la sábana y me giro hacia un lado para evitar verlo alejarse después de nuestro apasionado intercambio. 

Trago el nudo que crece en mi garganta y parpadeo para secar las lágrimas que se acercan. Siempre que se va, puedo llorar hasta quedarme dormida, lo que se ha convertido en una norma para mí en las últimas semanas.

—Me voy— lo oigo decir en voz baja. Casi nunca me informa antes de irse. 

—Está bien— digo, pero mi voz se quiebra.

Maldita sea.

Cierro los ojos y aspiro una bocanada de aire cuando escucho que sus pies se acercan a mí. 

—¿Qué ocurre?— susurra, arrodillándose en el suelo. Niego con la cabeza y me cubro la cabeza con la manta, esperando que se vaya— ¿Me dices qué sucede? ¿Hice algo malo? ¿Fui demasiado rudo? Cariño, si tú...

—Estoy bien— grito a través de un borrón de lágrimas— Puedes irte.

Lo escucho suspirar e intenta quitarme la manta de la cara. No sé por qué, pero lo dejo, estoy cansada de ocultarlo, no me importa si me ve así. Necesito sacar esto de mi pecho. 

—¿Por qué te importa?— le pregunto y parece casi herido por lo que dije.

—¿Por qué me importa? Tú eres mi amiga...

—Compañera de sexo— le corrijo y un suspiro sale de sus labios. 

—Ava todavía me preocupo por ti— me duele físicamente escucharlo decir eso. 

—No, no lo haces— digo con firmeza y parece desconcertado. 

—¿A qué te refieres?— pregunta haciendo que me incorpore, envolviendo la sábana alrededor de mi torso desnudo. Necesito decírselo. 

—No lo entiendes, ¿Verdad?— me mira con una expresión en blanco— Me gustas Harry— su rostro cae y levanto mi mano, diciéndole que me deje terminar primero— Sé que dijimos que esta era una relación sin ataduras y debería haber detenido esto cuando comencé a sentir algo por ti, pero tenía miedo de perderte. Todavía te quería en mi vida, y temía que si te lo decía, te irías y no estaba preparada para eso. Todavía no estoy preparada para eso, pero estas últimas semanas han sido dolorosas, sé que no puedes darme lo que quiero de ti, pero mantuve esto en marcha porque si no podía tenerte de la manera que quería, estaba contenta de tenerte así.

Mi cara está empapada de lágrimas y no me he atrevido a mirar a Harry todavía.

—Entiendo si ya no quieres hacer esto. Solo necesitaba sacármelo del pecho— me limpio las lágrimas y recupero el aliento. Estoy bastante segura de que mis mejillas están rojas de vergüenza, pero no me importa en este momento. Siento sus manos en mis mejillas y  trato de alejarme, pero me agarra con más fuerza.

—Podrías habérmelo dicho. Te estuviste lastimando todo este tiempo Ava. ¿Por qué te hacías eso? De todas formas ¿Sabes lo que más me sorprendió?— miro hacia arriba para ver una pequeña sonrisa jugando en sus labios— ¿Realmente pensaste que te dejaría? No soy un desalmado Avi. Si me lo hubieras dicho te hubiese mostrado mis verdaderos sentimientos.

Mi cabeza se levanta de inmediato y él se ríe.

—Era difícil no tener sentimientos por usted señorita Dankworth, eres tan increíble, tan hermosa, tan valiente y una persona tan increíble. Había planeado hablar contigo este fin de semana. Tenía toda una cita planeada y todo, estaba tan nervioso.

Sigo mirándolo con una expresión en blanco. Esto tiene que ser una broma.

—Si no es demasiado tarde, ¿Puedo invitarte a una cita?— busco en su rostro cualquier signo de broma, pero todo parece... real.

—¿Estás bromeando?— le pregunto de todos modos. Él sonríe y niega con la cabeza— Yo, uhh, me encantaría— me las arreglo para hablar sin llorar de nuevo. Aun así el nota las lágrimas que se forman en mi ojos.

—Aww no llores— se inclina hacia adelante y me da un cálido abrazo, yo envuelvo mis brazos alrededor de su torso, apretando su camisa y él me da besos ligeros en el cuello.

—¿Puedo besarte?— el se rie en mi cuello haciendo que mi corazón se acelere. Después de que acordamos esta relación de amigos con beneficios, el consentimiento nunca estuvo en ella, solo sucedía. Asiente y me alejo, solo para encontrarme con sus suaves labios en los míos.

No es un beso ardiente y lujurioso como los que hemos tenido en la cama. Sus labios se deslizan lentamente sobre los míos y su pulgar roza mi mejilla, siento un hormigueo en casi todo mi cuerpo.

Nuestros labios se separan lentamente, haciendo un suave sonido "pop". Mis ojos se abren lentamente para verlo mirándome con la mayor adoración. No creo que nadie me haya mirado nunca de esa manera, lo que me hace apartar la mirada. 

—No estoy soñando, ¿verdad?— le pregunto en voz alta. 

—No amor, esto es real.

𝘩𝘴 • 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora