16.

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La luna se apoderó del cielo y mis ojos se cerraron involuntariamente, solo para ser abiertos una vez más por un golpe en la puerta principal.

Respiré hondo y me puse de pie, haciendo que mi silla chirriara mientras se arrastraba contra el suelo frío. Esta es la quinta vez que Harry hace esto. La quinta vez que preparo una cena romántica, solo para que el rizado me deje plantada.

¿A quién engañaba? Dudo que ya le importe.  Durante el último año se ha ido distanciando, eso es seguro, y no puedo soportarlo más. Si le hubiera importado, se habría presentado a estas cenas o al menos me habría llamado para avisarme que no iba a asistir. 

Rápidamente abrí la puerta para revelar a un Harry de aspecto molesto que llevaba su abrigo en un brazo. 

—Podrías haber dejado la puerta abierta, ¿sabes?— me espetó, pasando a mi lado y hacia la sala. 

—Harry, lo hiciste de nuevo— le reprocho con voz tranquila. 

—¿El qué hice otra vez, Rachael?— gritó.

—¡Me dejaste plantada! ¡Te estaba esperando allí mismo en esa mesa y ni siquiera te molestaste en llamar! ¿Dónde estabas?— le grito de regreso, sintiendo como una sensación de confianza me atravesaba. 

—Estaba ocupado, ¿De acuerdo? Puedes ser mi novia, pero no necesitas conocer todos los aspectos de mi vida— dice.

—¿Sí? Entonces supongo que no debería ser tu novia— las palabras salieron de mi boca antes de que pudiera detenerlas. Momento incomodo, los ojos de Harry se suavizaron y sus hombros se hundieron. 

—No te refieres a eso— él susurró.

—Sí, quiero terminar esto— por supuesto que no, pero mi orgullo y mi ego eran demasiado grandes para hacerle saber eso. Lo amo, realmente lo amo, pero estaba llegando al punto en que parecía que no le importaba como antes.  Quería recuperar al viejo Harry.  El que no pasaba tanto tiempo "fuera" o me abandonaba a diario.

El aire era denso, Harry y yo nos miramos durante lo que parecieron ser horas. Tenía la mandíbula apretada y las manos apretadas alrededor de su chaqueta.

Antes de que me diera cuenta de lo que estaba pasando, el ojiverde tiró su chaqueta al suelo y se acercó a mí, haciendo que mi espalda golpeara la pared detrás de mí. 

—No quisiste decir eso— gruñó en mi oído, mientras sujetaba mis manos sobre mi cabeza y alargaba cada palabra.

—Sí... quise— contesté de forma terca, desafiando a Harry.

Antes de que pudiera enojarlo más, los labios del rizado estaban en mi cuello, lo que hizo que mi ritmo respiratorio aumentara y me desesperara cada vez más por él. 

Gemí en voz baja cuando Harry empujó sus labios a los míos desesperadamente, tocando mi cuerpo con posesividad y dejando escapar suaves gruñidos de su propia boca. 

—Joder Rachael— gimió mientras levantaba mis caderas para encontrarme con su evidente bulto, lo sentí acariciando mi pelvis, indicándome que saltara. En un movimiento rápido, mis piernas rodearon su cintura y se apresuró a llevarme a nuestro dormitorio, sin romper el beso.

Harry me acostó en la cama y se quitó la camisa, dejando al descubierto su cuerpo, con el que me había familiarizado tanto, sus tatuajes invadiendo su pecho y estomago. Aún así, lo miré boquiabierta mientras intentaba quitarse esos jeans ajustados que usábamos con regularidad.

Él sigue siendo tan jodidamente perfecto. Empecé a desnudarme, solo para ser detenida por Harry. 

—Déjame, bebé— simplemente asentí y cerré los ojos a la vez que me desnudaba, sacando mi pequeño vestido blanco, mis zapatillas y por último mi sostén negro, sentí su mirada recorrer mi cuerpo expuesto, ahora solo con unas bragas diminutas— Perfecta—  exhaló, dejando rastros de besos desde mis pechos hasta mi cadera. 

Continuó chupando mi piel, tarareando pacientemente y dejándome desesperada por más. 

—Harry, por favor, te necesito— me quejé, tirando un poco de uno de sus rizos, sabiendo que causaría una reacción en él. En lugar de follarme, como amablemente le pedí que hiciera, continuó con sus excitantes acciones. 

—Te gusta eso, ¿no es así, bebé? ¿Cómo podrías sentirte así si me hubieras dejado?— Harry habló en voz baja. 

—Buscaría a alguien más que me hiciera sentir así— me burlé, haciendo que su agarre en mi cintura fuera más fuerte. Sonreí por el hecho de que finalmente obtuve una reacción de él, pero la sonrisa desapareció de mi rostro cuando sentí que me bajaba la ropa interior. 

—No...Digas...Eso...Otra vez...— exigió, respirando cerca de mi centro, que palpitaba ante la excitante sensación y la vista de él entre mis piernas.

Su lengua de repente hizo movimientos suaves sobre mi clítoris, aumentando su velocidad por segundos. Pasé mis manos por sus rizos sueltos en un intento de acercarlo más a mí. Su boca se movió hábilmente sobre mí, dejándome como un desastre de gemidos. 

—Harry— logré soltar. 

—Eres mía, nena... Toda mía— tarareó lentamente, enviando vibraciones a través de mi cuerpo y haciendo que mi espalda se arqueara descontrolada.

De repente se detuvo, una sensación de decepción se apoderó de mí y vi como se quitaba su última prenda de ropa, haciendo que su pene ya palpitante saltara.

Se sentó en el borde de la cama y comenzó a masturbarse, asegurándose de mantener el contacto visual conmigo, sus profundos ojos verdes viendo directo a los míos, su gran mano se movía hacia arriba y hacia abajo, su pulgar se arrastraba sobre la cabeza de su longitud. 

—Esto es por ti... te ves tan jodidamente bien ahí mismo. Dios, me excitas tanto... esto es todo para ti, bebé. Soy todo tuyo— gimió temblorosamente a la vez que miraba mi cuerpo desnudo.

Me sentí arrastrada hasta donde estaba, quito sus manos de su masculinidad palpitante y se acosto en la cama expectante, así que quería que yo mandara. 

Me coloqué sobre Harry, a la vez que el tomaba mis muslos y me hundía lentamente sobre él. Ambos soltamos fuertes gemidos y sus caderas se levantaron para encontrarse conmigo. 

Comencé a moverme hacia arriba y hacia abajo, manteniendo un ritmo lento, lo que hizo que aumentara la fricción entre nosotros.

Nuestros cuerpos sudorosos se movieron uno contra el otro en sincronía y mi cabeza se agachó, cerré los ojos.

—Mírame... quiero que me mires mientras hacemos el amor— Harry logró soltar cuando se inclinaba hacia arriba para enfrentarme. Nuestros ojos se conectaron y minutos después sentí cerca de mi el orgasmo

El rizado cambió de posición para quedar encima, con ambos brazos a cada lado de mí.  Me llenó repetidamente y gimió mi nombre un poco más cuando nos corrimos, mis uñas clavándose en su musculosa espalda. 

Empujó dentro de mí un par de veces, su semen me lleno. Harry rodó y se dejó caer a mi lado, nuestra respiración llenó la habitación. Me miró con una pequeña sonrisa en su rostro. 

—No quisiste decir lo que dijiste... ¿verdad? Te amo, Rachael, de verdad. Me siento como una mierda absoluta y sé que actué como un gran imbécil, pero te amo. Y yo... nunca haría nada que pudiera lastimarte a propósito.

—Yo también te amo, Harry. Y sé que no me lastimarías...— sonreí contenta y abracé a Harry, quien rápidamente se estaba quedando dormido debajo de mí.

𝘩𝘴 • 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora