—¡No me importa, deshazte de él! Nos está haciendo quedar mal a mí y a mi compañía y quiero que se vaya de allí, fin de la discusión.
Harry golpea el teléfono contra la mesa cuando entro con cuidado a su oficina. Soy libre de entrar en cualquier momento como su productora ejecutiva y futura esposa.
—Ahora no Summer— gruñe enojado al escuchar mis suaves pasos avanzar hacia su escritorio.
Su rostro esta enterrado detrás de la gran pantalla de la computadora en su mesa y sus piernas están firmemente escondidas detrás de la madera del escritorio. Su silla de cuero es lo suficientemente grande para los dos y lo suficientemente fuerte como para sostenernos a ambos, hemos comprobado eso muchas veces.
Harry lleva un traje negro formal con una camisa blanca, casi transparente, se ve hermoso detrás de su escritorio. He estado lejos de él todo el día, haciendo recados o en reuniones y apenas he tenido tiempo para venir a casa y cambiarme.
—Pero...— digo en voz baja mientras paso mis uñas negras por el borde del escritorio.
—¿Qué llevas puesto?— Harry me mira rápidamente dos veces antes de que mi cuerpo logre captar su mirada por completo.
—Es una nueva prenda que compre, pensé en probármela.
—Dios— murmura en voz baja mientras sus ojos escanean, el ajustado vestido negro— Estoy inundado de reuniones, correos electrónicos y presupuestos, y hoy eliges probártelo— acota en voz baja para luego pasarse los dedos por los rizos con frustración.
Subo a su escritorio y cruzo las piernas, escondiendo la delgada prenda que se supone que debe tapar mi coño. Mis pies se colocan en el borde de la silla de Harry junto a sus rodillas. Vislumbro su pene endurecido en sus pantalones de vestir y mi labio instintivamente se presiona entre mis dientes.
—¿Me veo linda?— pregunto a la vez que mis pies se presionan suavemente contra la parte superior de los muslos de Harry, mis dedos se clavan burlonamente en sus musculosas piernas.
—Te ves demasiado linda— él sonríe con picardía mientras sus ojos se posan en mis grandes pechos.
—¿Entonces te gusta mi vestido, papi?— digo inocentemente mientras miro sus ojos verdes. Puedo sentir su mirada recorriendo todo mi cuerpo y se que no será capaz de controlarse por mucho más tiempo.
—Mhm, me gusta— un suave gemido escapa de sus labios cuando accidentalmente toco su pene con mi pie. Me reclino sobre la mesa, colocando mis palmas sobre los papeles importantes de Harry y descruzando mis piernas sobre la mesa para revelar la delgada tanga negra.
Mis dedos giran en mi cabello y mis piernas se abren mas y mas para revelar mi intimidad. Harry deja escapar otro suspiro audible mientras me ve descaradamente sobre su escritorio.
Solo quiero ver cuánto tiempo pasara antes de que se rinda a sus impulsos y me ponga las manos encima.
—A la mierda, ese coño se ve tan bien— gruñe entre dientes cuando mis dedos comienzan a tirar de mi vestido. Intentar levantar la parte superior de la tela para evitar que mis pechos se salgan es como tratar de poner un elefante en una nevera, simplemente no funciona.
—Mm, ¿lo quieres bebé?— susurro, mis ojos conectados a los suyos. No puede apartar la mirada de la costosa lencería que cubre mi entrepierna.
—No tienes idea de lo mucho que te deseo, Sum, pero tengo una reunión en 10 minutos y tengo la sensación de que esto tomara más tiempo— Harry suspira, abofeteándose internamente por programar la maldita reunión para este día.