12.

1.6K 44 2
                                    

Me siento cómodamente con Harry en el sofá, mis pies están acurrucados en su regazo mientras descanso mi barbilla en mi palma. Miro la pantalla adelante nuestro, observando The Notebook como si fuera la primera vez que lo vemos. Tarareo en voz baja, frotándome los ojos y mirando el reloj de la pared. Harry tira de la gran manta haciendo que se deslice de mi cuerpo. 

—¡Oye!— grito, agarrando la tela y tirando de ella. A veces el rizado es como un grano en el trasero.

Sacude la cabeza, sonriéndome, sus dedos se hunden  en mis caderas haciéndome cosquillas, yo me retuerzo riendo en repuesta. 

—¡Para!— digo golpeándolo con toda la fuerza que tengo.

Se sube encima de mí, sujetándome con sus caderas a la vez que continua haciéndome cosquillas en los costados. No puedo evitar empujar mi pelvis contra la de él, su repentino gruñido me sorprende y me quedo mirándolo quieta para luego reirme en voz baja cuando él no puede evitar endurecerse contra mí. Hago movimientos más libres con mis caderas, haciéndolas rodar hacia adelante, Harry comienza a gemir levemente aflojando su agarre sobre mí.

Empujo su pecho, acostándolo sobre su espalda para luego inclinarme sobre él. Me sonríe tímidamente con anticipación, su nuca descansa cómoda contra el respaldo de el sillon.

Mis dedos suben por su camisa, acariciando su abdomen antes de pasar mis palmas sobre sus pezones. Tiro de sus botones, desabrochándolos uno por uno, prosigo sacando su jean negro. Jadea silenciosamente mientras me ve agarrar su erección a través de sus bóxers. Aprieto con fuerza haciéndolo hacer una mueca de dolor y me inclino hacia adelante, mordisqueando su oreja y susurrando.

—Tu turno para la tortura— rio, agarrándolo con más presión.

Muevo mi mano, tirando de sus bóxers. Comienzo por su pecho, salpicando besos en su piel, abriéndome camino hacia su ombligo. Mi lengua sigue por sus caderas, hacia abajo, lamo sus línea en forma de V antes de besar alrededor de su pene lentamente. 

—Ellie— el gime, rogándome que detenga el tormento.

Lentamente beso su punta, lamiendo a lo largo de su longitud mientras el rizado mueve sus caderas. Sus ojos se entrecierran hacia mí, en unos pocos segundos nos da la vuelta y me inmoviliza contra el sofá. 

—Harry, espera yo...— digo antes de que me agarre por las caderas, maldita sea mis padres pueden llegar en cualquier momento.

Mi pijama es bajado rápidamente, deja mi ropa interior en su lugar pero la corre un poco, segundos después Harry se pone un condón y presiona en mi entrada, sus ojos se cierran con fuerza a la vez que empuja hacia adelante. 

—Te amo, Ellie— jadea, empujando hacia adentro y hacia afuera, a la mierda mis padres, esto es estar en el paraíso.

—Yo también te amo Harry— respondo, agarrando sus hombros.

Hubo un tiempo en el que Harry y yo fuimos niños, jugando al escondite y con capas. Pero a medida que nos hicimos mayores, solo nos saciábamos, nada mas, ninguna otra relación... 

El ojiverde se queda inmóvil dentro de mí, cuando encuentro su mirada helada. 

—Ellie, hablo en serio— dice desviando sus ojos de los míos, aparto sus rizos chocolate, tratando de calmarlo a él y a mí. 

—Harry, sabes que no podemos estar juntos de esa manera— murmuro, apretando sus bíceps tatuados—Solo amigos— agrego.

—¡No lo entiendo, Ellie! ¡Estoy aquí, él no!— grita, agarrándose al sofá a la vez que se levanta. Se sube los pantalones y se dirige al otro lado de la habitación mientras pasa los dedos por sus abundantes rizos. 

—Harry, no es tan simple— trago saliva— rompimos hace solo unas semanas. No estoy lista— sacudo la cabeza sentándome. El ojiverde se sienta en la pequeña mesa, metiendo la cara entre sus manos. Me doy cuenta de que esta al borde de las lágrimas, lo he usado a Harry como un remplazo y no estoy orgullosa de ello.

—Ellie, ¿Te conozco desde cuando? ¿Los cinco, seis años?— dice con voz ronca— estuviste con él por dos meces, p-por favor, solo dame una oportunidad.

—Harry...— trato de razonar.

—¡No!— grita, caminando hacia mí lentamente—Bebé, por favor— susurra, arrodillándose frente a mí. Sus ojos suplicantes arden a través de mi cabeza, junta las manos en mi regazo antes de que tome una de ellas. 

—Ven aquí— lo convenzo, tirando de él para que se siente en el sillón, me pongo en su regazo y el me abraza fuerte— El hecho de que no pueda amarte ahora, no significa que nunca lo haré.

Su labio inferior tiembla mientras acaricio su mejilla. Me doy cuenta de que todavía esta encendido, la forma en que su pecho se eleva más rápido de lo habitual y cómo se mueven ligeramente sus caderas cuando comienzo a besarlo. Gime en mi boca, tirando nuevamente de sus pantalones, yo solo estoy en ropa interior. Me aplasta mientras yo echo la cabeza hacia atrás, clavando mis uñas en su espalda baja creando pequeñas lunas crecientes en su piel.

—Harry— jadeo, tirando de él más cerca.

Se queda callado aparte de gruñidos ocasionales y se que esta teniendo una guerra emocional en su cabeza. Mira más allá de mí, empujando con tanto vigor que siento que me podría romper, se parece a otra persona, su mirada dura se entrecierra y el sudor gotea de su rostro. Tomo su cara con mi mano volviéndolo para que me mire.

—Bebé, está bien— susurro, besando su frente mientras sus rasgos se suavizaban y su labio deja de temblar.

Cada embestida es una liberación de dolor para Harry, planta su rostro en mi cuello, respirando con dificultad. Reduce temporalmente sus movimientos, mirándome como si fuera un niño esperando su regaño. Segundos después vuelve a hacer largos empujones con su miembro, besando todo mi rostro. 

—Lo siento— lloriquea, cerrando los ojos con fuerza mientras se corre con un fuerte empujón que me hace chillar.

Se quita el condón y se viste para luego sentarse a mi lado y poner una mano en mi estómago. 

—Harry— hablo por lo que se siente como la centésima vez.

Me tranquiliza besando mi estómago y mordiendo suavemente mis caderas. Cierro los ojos y el rizado aprieta el interior de mi muslo, presionando su lengua contra mi calor, moviendo mi clítoris con la punta. Gimo en voz baja, agarrando su cabello y tirando de él hacia donde quiero. Él gime, el sonido me hace gritar. Me mira a través de las pestañas oscuras a la vez que mete un dedo dentro y lo dobla. Chupa con fuerza la sensible protuberancia y grito cuando caigo en el orgasmo. Me abraza con fuerza cuando me corro, mi cuerpo sufre un espasmo en un estado de éxtasis.

Harry sube por mi cuerpo, sonriéndome con simpatía como si fuera un corderito, se acuesta sobre mi y apoya su cabeza en mi pecho.

—¿Harry?

—¿Mmhm?— tararea.

—Quiero intentarlo.

𝘩𝘴 • 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora