36.

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Harry estará ocupado trabajando toda la noche y estoy enojada con él por descuidarme. No sabe que estoy cabreada, pero se lo haré saber mañana, siempre trabaja demasiado y aunque estoy muy orgullosa de todos sus logros, me enoja. 

Se supone que debería estar aquí conmigo, abrazándome mientras me duermo, pero en cambio se esconde en su oficina todo el día y toda la noche. Me ha dicho que no lo moleste, lo que también me molesta porque quiero estar cerca de él. 

Pensé que el objetivo de vivir juntos era pasar tiempo juntos, pero ahora parece que Harry se encierra en esa maldita oficina todos los días. No me quejo porque el gasta dinero en mí, pero el hecho de que trata de compensar su ausencia con su dinero me lastima.

Me sirvo una copa de vino y subo las escaleras, caminando lentamente hacia nuestro dormitorio.  Dejo la bebida sobre la mesita de noche mientras me pongo algo un poco más cómodo. Me acuesto sobre las sedosas sábanas de la cama y veo una película romántica. Harry debería estar aquí conmigo, viendo esta película, acariciándome y compartiendo una botella de vino conmigo.

Cuando termina la película y mi copa de vino se acaba, me doy la vuelta sobre mi estómago en la cama. Suspiro a la vez que miro el despertador. Es pasada la medianoche y Harry todavía esta trabajando. 

La película me ha dejado un poco necesitada, todas las románticas tienen escenas de sexo, es como el requisito número uno. Paso mi mano por mi estómago y entre mis piernas, se que probablemente voy a tener que encargarme de esto por mi cuenta.

Gimo mientras paso mi palma sobre mi centro, me muevo un poco hacia adelante, presionando mis dedos contra mi clítoris. Ruedo sobre la cama de nuevo antes de sentarme derecha. Me quito la bata que estaba usando y mi cuerpo queda completamente expuesto. Mis pezones se endurecen cuando el aire frío los roza.

Miro hacia abajo, observando mi propio cuerpo y todas sus curvas. Trabajé duro en el, me tomó mucho tiempo llegar a tenerlo de esta manera, ademas de que tarde en aceptarme, pero ahora finalmente me siento bien conmigo misma. 

Me encanta vestirme para Harry, también comprarme lencería y vestidos sexys, finalmente puedo ceder a las necesidades de mi cuerpo sin sentir ninguna vergüenza.

Me doy la vuelta en la cama, agarro la almohada y la aparto de la cabecera, colocándola entre mis piernas, obtengo esa increíble sensación de hormigueo. Es suficiente presión contra mi clítoris y puedo mover todo mi cuerpo, suelto un suave gemido cuando el borde de la tela se frota perfectamente contra mi punto y la entrada de mi intimidad. 

El calor estalla a través de mi cuerpo haciéndome apretar mis muslos contra la tela. Suelto un gemido, agarrando las sabanas con más fuerza. Me encanta estar encima, montando una buena polla y esto es lo más parecido a lo que puedo conseguir cuando no estoy usando ningún juguete. Harry me compró una caja llena de ellos, pero no hay nada como rozar. 

Una vez que logro un ritmo constante, la cama comienza a moverse contra la pared. Cierro los ojos y gimo en voz alta. A veces me meto demasiado en eso, gimiendo cosas desagradables cada vez más fuerte a medida que me acerco a mi orgasmo.

—Mmm sí daddy— gimo para mí misma cuando el borde afilado de la almohada se aplasta contra mi clítoris— Se siente tan jodidamente bien.

Pienso en la gruesa masculinidad de Harry golpeando profundo en mi y lo bien que se siente.
Pienso en su rostro debajo de mí y en cómo me froto contra su barbilla y sus suaves labios. 
Pienso en el tacto de su mano entre mis piernas y en todas esas cosas desagradables que me dice. 

—Joder si— gimo cuando me aplasto contra la almohada más y más fuerte. Puedo sentir que mi orgasmo se acumula dentro de mí y de repente la puerta se abre, cierro los ojos, estoy demasiado cerca de mi orgasmo para detenerme ahora mismo. 

𝘩𝘴 • 𝘪𝘮𝘢𝘨𝘪𝘯𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora