Me despierto con una sonrisa en el rostro, mi mente vuela directo a los eventos de anoche en los que tuve la oportunidad de follar el culo de Emma por primera vez.
Mi chica se negaba a hacer anal porque nunca lo había hecho antes, pero luego de hablarlo la convencí de que todo estaría bien y de que la cuidaría. Ella finalmente estuvo de acuerdo y, aunque le dolió un poco, el placer remplazo cualquier sensación mala rápidamente.
La ayude a relajarse haciendo una ronda de juegos previos y mojándola antes de proceder a follarla. Sus pequeños gemidos de dolor y placer están tan frescos en mi mente que me pongo duro de solo pensar en ellos.
Me giro para mirar a Emma, quien está acostada de costado pacíficamente, su cabeza descansa mirando hacia el otro lado y su pelo solo me permite ver la mitad de su rostro, aun dormida se que se ve como una jodida diosa.
Cuando se acuesta sobre su espalda no puedo evitar observar como la manta de nuestra cama no cubre la parte superior de su cuerpo, ahora descansa justo encima de su seno derecho mientras que el otro queda al descubierto. Mi boca casi se hace agua al verla desnuda junto a mí. La he visto así un montón de veces ya que hemos estado saliendo durante unos dos años, pero todavía estoy hipnotizado por la forma en que se ve.
Simplemente nunca puedo tener suficiente de ella.
Me levanto lentamente para no despertarla. Voy hasta el final de la cama antes de gatear encima y quitar ligeramente la manta que cubre su cuerpo. Tiembla un poco, probablemente por el aire fresco que golpea su piel, pero no se despierta. Mis ojos brillan por el hecho de que, desnuda o no, se vea tan hermosa por las mañanas.
Separo despacio sus piernas para poder encajar entre ellas, luego, me acuesto boca abajo para que mis ojos queden a la altura de su bonito coño. Rozo sus labios con la punta de mi dedo índice suavemente y paso mi dedo por la zona antes de soplar aire hacia su centro. Se estremece ante la acción pero permanece dormida.
Segundo después ya estoy conectando mi boca con ella y sacando la lengua para lamer su clítoris, luego su entrada. Me burlo de mi chica al principio rozando su punto mas sensible con mi lengua antes de chupar y lamerlo suavemente.
Luego de prestar atención a su clítoris, inserto un dedo en su entrada y lo bombeo sin prisa, con eso, Emma se despierta jadeando y abre los ojos con agitación. Mira entre sus piernas, observando como lamo cada parte de su coño.
—¿Q-qué estás haciendo?— ella gime, se ve que mi chica no esperaba despertar así, pero ¿quién es ella para quejarse?
—Tomando mi desayuno— bromeo.
Chupo su clítoris de nuevo y continúo lamiéndola, más rápido esta vez. Mi lengua sube y baja sobre ella e igualo la velocidad con ahora, dos dedos; la acción hace que Emma gima más fuerte. Ella toma mi cabeza entre sus pequeñas manos y tira de mi cabello, esa pequeña acción me enciende aún más y gimo contra su piel.
—No te detengas— jadea, mordiéndose el labio. Siempre le ha encantado cuando le hago orales, supongo que soy bueno en eso.
Se mucho sobre el cuerpo femenino y nunca defraudo, en especial a Emma, se todo sobre su anatomía y sus partes favoritas a la hora de estar en la cama.
—¿Te vendrás para mí, amor?— aparto la boca de su centro para hablar, pero continuo empujando mis dedos dentro y fuera de ella.
—Sí, estoy tan cerca, Harry— ella responde, mirándome a los ojos antes de agarrar mis rizos para llevar mi cabeza hacia su entrepierna. Obedezco y vuelvo a lamerla.
Mis labios está todos mojados debido a mi saliva mezclada con su flujos, pero simplemente me encanta. Ella sabe jodidamente bien y huele celestial.
Emma toma la mano que esta en su muslo para ponerla sobre su pecho izquierdo. Se inmediatamente lo que quiere que haga, así que lo aprieto antes de pellizcarle el pezón. Segundos después cuando lo suelto, llevo mis dedos a su boca, Emma los lame uno por uno y cuando están lo suficientemente húmedos juego con sus pezones. Ella gime en voz alta y asiente con la cabeza hacia mí como una forma de aliento para seguir adelante.
Emma usa su mano libre para jugar con el otro pezón y estimularlo aún más. Puedo sentir que está a punto de correrse debido a la forma en que aprieta mis dedos. Ella levanta las caderas debido a la placentera sensación de mi lengua en su clítoris y mueve sus manos a mis rizos para mantenerme presionado contra su coño. Segundos después yo suelto su pezón para empujar sus caderas hacia abajo en la cama y sonrío al saber lo bien que la estoy haciendo sentir.
—Harry— ella gime, temblando cuando siente que su orgasmo se acerca. Yo continúo moviendo su clítoris con mi lengua. Cuando noto su climax en mis labios, me pongo encima de ella y la beso, manteniendo mis dedos dentro para dejarla moverse a gusto.
—Eso es, bebé. Empapa mi dedos con tu esencia— hablo contra sus labios mientras mantengo mis ojos en los de ella.
Mi voz sale mas profunda y ronca de lo que imagine, se que aparte de mi voz de canto, a Emma le encanta mi tono matutino. Supongo que le sirve como recordatorio de que solo ella puede despertarse a mi lado y escucharme por las mañanas.
Deja de temblar una vez que llega a su climax. Yo siempre le doy los mejores orgasmos. Saco los dedos de ella lentamente y luego los deslizo alrededor de los labios de su vagina, Emma se estremece. Luego me llevo los dedos mojados a mi boca para saborear su liberación, gimo levemente ante su sabor, estoy casi seguro de que ese toque dulce se debe a que coma de manera saludable y beba jugo de sandia todo el jodido tiempo.
—No seas codicioso— Emma hace un puchero.
—Lo siento, cariño— coloco sus dedos en su boca y ella los lame. Me mira burlonamente mientras lo hace y yo la observo con atención.
—Eres tan jodidamente sexy.
—Lo sé. ¿No tienes suerte?— bromea, sonriéndome.
—Definitivamente si, soy el más afortunado— presiono mis labios contra los suyos y meto mi lengua en su boca. Emma me da la bienvenida y nuestras lenguas se enredan entre sí.
—¿Quieres que te devuelva el favor?— ella se aparta del beso, preparándose para caer de rodillas.
—Puedes devolver el favor haciéndome el desayuno— levanta las cejas hacia mí, no suelo rechazar esas ofertas— Ya me vine con solo verte llegar a ti.