Estoy frente a la panadería debatiéndome en si entro o no, y es que si el está molesto, no creo que este lugar sea el mejor para hablarlo. Nadia señala hacia la entrada, pero yo me doy la vuelta y tomo el camino hacia el bosque, será mejor esperar hasta hablar en casa. No vamos lejos, jamás me atrevería llevar a Nadia tan adentro en el bosque, y sin armas. Así que nos quedamos en la pradera, hoy el clima no es tan malo y podemos disfrutar del sol.
Cuando Nadia comienza a quejarse, nos vamos, ya es hora de que coma algo. Y francamente yo también muero de hambre. Al llegar a casa, pongo a mi hija en su silla y me pongo a cocinar algo. Comemos tranquilamente y después ella se duerme. Me recuesto en la cama a leer un libro de historia, últimamente he estado muy interesada en estos libros que Haymitch me prestó. Los encuentro entretenidos y me mantienen ocupada, así que los disfruto. Una molestia en el vientre me desconcentra y me levanto para ir al baño, se siente como síntoma pre-menstrual, no lo cual no sería extraño, ya que… si mis cuentas no fallan, ya me debe tocar. Y si, un sangrado lo confirma. Siempre me he hecho el propósito de llevar la cuenta exacta y nunca lo he hecho, soy un desastre. Decido prepararme una fusión de hierbas, y sigo leyendo el libro en la sala cuando escucho a Peeta llegar.
- Hola. –me dice cuando me ve sentada-
- Hola, como te fue? –pongo mi taza en la mesita y cierro el libro dejándolo en mis piernas-
- Bien, preparaste algo de comer? Me muero de hambre.
- Si, prepare algo hace rato, deja lo caliento. –me pongo de pie y el dolor vuelve, hago una mueca y Peeta lo nota-
- Te duele algo?
- No, son solo dolores menstruales. –entro a la cocina-
- Por eso vomitabas en la mañana?
- No lo sé, quizás algo me cayó mal. –comienzo a calentar la comida-
- Ujum, vale.
- Te pasa algo? Pareces… molesto. –dudo un momento de lo que acabo de decir-
- No, estoy bien, solo que no me gusta verte enferma y que creas que no es importante.
- No estoy enferma, y no es nada.
- Prométeme que si vuelves a sentirte mal, iras al doctor. –puedo ver la preocupación en su mirada
- Lo hare. –me acerco a él y lo beso-
- Es solo que… me preocupas mucho.
- Lo sé, pero te lo prometo.
- Está bien, Nadia está durmiendo?
- Si, ya tiene rato durmiendo, iré a revisarla.
- Déjame, iré yo.
- Vale.
Peeta sube y yo sirvo la comida, que ahora me está causando un poco de asco. Cuando la prepare la disfrute mucho, pero ahora me causa repulsión. Sirvo el plato de Peeta y yo tiro lo que había en el mío, no pienso comer esta vez. Peeta baja con Nadia en brazos y luego se dedica a comer, le menciono mi falta de apetito y aunque no parece contento con mis razones, no discute. No vuelve a trabajar, así que pasamos la tarde juntos y en la noche, vienen Effie y Haymitch a cenar. Pasamos un buen rato, pero yo sigo sin tener hambre. Lo que he notado es mis ganas de orinar se han incrementado en los últimos días y mis sospechas comienzan a crecer, pero desechó la idea de inmediato, después de todo… estoy en mi periodo. Espero a que Nadia se duerma para darme un baño, es muy extraño, después del manchado de esta tarde, no me ha vuelto a bajar. Pero no le doy vueltas al asunto, me seco el cabello, me pongo la pijama y me voy a acostar. Mi esposo esta ya dormido como una roca, quizás esté realmente cansado. Me acuesto y paso horas intentando dormir, incluso cuando Nadia despierta por su biberón, yo aun estoy sin pegar el ojo. No sé que me está pasando, me siento realmente extraña, no comprendo porque si estoy terriblemente cansada, no puedo dormir. Sé que si intento ponerme de pie una vez más, mis piernas van a fallar y me voy a caer. Y esto nunca me había ocurrido, quizás me falten vitaminas o algo así. Me quedo dormida cuando comienzo a ver la claridad desde la ventana, y despierto unas horas después.
- Katniss… despierta. –Peeta me susurra al oído-
- Uhm…
- Despierta floja…
- Estoy realmente cansada. –lo que digo apenas se entiende-
- Debes ponerte de pie, ya he preparado el desayuno. –me besa suavemente en la mejilla y continua por el cuello-
- Uhmmm. –me siento cansada pero estoy disfrutando de los besos-
- Vamos. Arriba. Ya. –dice entre beso y beso-
- Está bien. –jalo la sabana y la hago a un lado-
- Nuestra hija ya ha desayunado y está jugando abajo. –se pone de pie-
- Qué hora es? –le pregunto cuando me siento en la cama, vaya, todo me da vueltas-
- Cerca de las 11am…
- Qué?
- Lo sé, no quería despertarte. –me pongo de pie y mi centro de gravedad falla, me mareo y cuando creo que me voy a caer, Peeta me sostiene- Que pasa?
- Me… me he mareado. –me llevo una mano a la frente-
- Creo que es hora de ir al médico, no puedes seguir así. –me vuelvo a sentar y me espero a que todo deje de darme vueltas-
- Creí que era hora de desayunar, me muero de hambre.
- Ya sería raro si no, anoche no cenaste! Ven, agárrate de mí, vamos a bajar. –me sostiene de la cintura mientras yo paso mi brazo por sus hombros y me lleva abajo-
- Siento que me han molido, no puedo creerme lo cansada que me siento.
- Debe ser falta de vitaminas o algo así.
- Eso mismo pensé yo.
- Pues ya esta, iremos al doctor hoy.
- No, no hace falta, puedo ir yo sola, tu ve a trabajar… no quiero que tu empleada piense que yo te retengo aquí.
- Desde cuando te importa lo que piense Kourt?
- Ni la conozco. –susurro-
- Por lo mismo lo digo.
- Pero en fin, yo iré, le pediré a Effie el favor de que me cuide a Nadia un rato e iré. Te lo prometo.
- Pero, y si no te sientes bien para ir tu sola?
- Ya me siento mejor, no te preocupes, tu ve a la panadería.
- Bueno, está bien… pero si no te sientes bien, dile a Haymitch que te acompañe, por favor.
- Vale.
- Entonces, me voy… vendré a la hora de la comida, nos vemos. –me besa en la frente y se va-
Nadia está jugando en la sala con sus juguetes y yo aquí pensando en que quizás es hora de considerar que quizás este embarazada.
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Siluetas
FanfictionDespués de la guerra, Katniss decide poner en orden sus sentimientos y se enfrenta ahora a su amor por Peeta.