Al llegar al hotel, que por cierto estuvo lleno de personas en la entrada, nos instalamos en dos habitaciones juntas. Y yo me comienzo a sentir muy agobiada, al grado de encerrarme en el baño por horas, no quiero salir hasta que me calme. Esto no debió de haber pasado, no debí de haber venido, que idiota he sido en creerle a Haymitch que este viaje fue por un bien mayor, seguro que término por derrumbarme.
Peeta no me dice nada cuando por salgo, el respeta que muchas veces yo no quiero hablar, ni quiero que me hablen. Ya ha puesto a Nadia a dormir, así que solo me dejo caer en la cama para intentar dormir, pero no lo logro. El entorno de esta habitación me altera mucho, el lujo del Capitolio me arrastra al pasado y me consume.
- No puedes dormir? –Peeta susurra a mi lado-
- Claro que no.
- Ven aquí. –me acerco a él y me toma en sus brazos- cierra los ojos y trata de dormir. –comienza a acariciar mi cabello y pronto me dejo llevar por el cansancio-
A la mañana siguiente tengo un pequeño ataque de ansiedad cuando Effie toca en nuestra puerta, es como cuando nos llamaba para prepararnos para los juegos. Desayunamos juntos y luego cada quien se toma su tiempo para arreglarse. Effie le ha dejado a Nadia un vestido negro muy elegante, tiene mangas cortas y la falda tiene volados en la parte de abajo que le da un aire más divertido, ya que el vestido es muy serio. Tiene una flor negra justo donde está el corazón, y otra más en la parte de la cintura. Yo le peino dos pequeñas trenzas hacia atrás y el resto del cabello suelto y ondulado. Finalizan su atuendo con unos zapatos negros a juego.
Yo me pongo un vestido de encaje negro con transparencias en las mangas que me llegan a los codos, en si mi vientre aun no es muy abultado… pero claramente se nota mi embarazo. El vestido me llega a las rodillas, y como me niego a usar zapatillas, me consiguen unos zapatos negros en pico. Me dejo el cabello suelto al igual que Nadia, y solo me lo hago hacia un lado. Sé que de igual manera terminare recogiéndolo por el calor que me da. Peeta va vestido completamente de negro al igual que nosotros, con un traje a la medida. No sé de dónde rayos Effie ha sacado nuestras medidas.
En punto de las 12pm subimos al elevador y bajamos al lobby, donde nos esperan dos hombres para acompañarnos al auto. Por fortuna, no hay gente en la entrada.
- Gran trabajo Haymitch, me encanto todo el espectáculo que preparaste, fue un gran detalle el escoger este prestigiado hotel. –le digo en tono sarcástico-
- Lo siento preciosa, trate de reservar en otra parte pensando en que a ti te gustaría en una cueva, pero no hay nada disponible. –se burla de mi- De verdad lo lamento. –esto lo dice en serio y se porque-
- Bien, la ceremonia durara cerca de 1 hora y media, y luego podemos volver al hotel o irnos directo al distrito 12. –comenta Effie-
- Que sea lo segundo. –no quito mi mirada de la ventana-
- Perfecto, me asegurare de que el aerodeslizador esté listo para esa hora.
Al llegar al lugar entramos en una larga fila para estacionar el auto, tanto que el chofer tiene que dejarnos en la puerta e irse junto al otro hombre que no hace nada más que ver por la ventana. Es un auditorio enorme, pero no tan grande como el que Caesar llenaba presentando las entrevistas. Una mujer rubia con demasiado maquillaje nos da la bienvenida y nos deja pasar. Y dentro del sitio, más mujeres rubias atienden a las personas, una de ellas nos acompaña a nuestros asientos, los cuales no me sorprenden que estén elegantemente reservados para la familia Mellark y Abernathy. Nadia a comenzado a ponerse algo molesta, quizás sea que hay mucha gente y ella no está acostumbrada a esto, seguro que se siente fuera de lugar… como yo. No creo que resista toda la ceremonia, seguro que si pasan imágenes de los juegos voy a colapsar justo aquí.
Cuando llega el ataúd decorado por cientos de flores, lo ponen en el escenario y varias personas comienzan a hablar acerca de sus inicios en televisión, por fortuna para mi omiten hablar más acerca de sus presentaciones anuales. Y terminan hablando sobre su último proyecto, el de los viajes. Dicen ‘’Viva la vida de Caesar Flickerman’’ y aparece una foto de el sonriendo como solo el sabia. Y dan por terminada la ceremonia.
Peeta se echa a Nadia al hombro, ya que duerme como un tronco y juntos caminamos a la salida, pero antes de llegar ahí, alguien me toma por el brazo.
- Descerebrada, a donde vas tan pronto? –Johanna me grita por encima del ruido-
- Ya me voy. –le digo-
- Claro que no, espéranos afuera, ya vamos, tengo que presentarte a alguien. –me va diciendo mientras se pierde entre la gente-
Genial, no estoy de humor, solo quiero irme de aquí y ella llega a retrasar mis planes.
- Johanna quiere que la esperemos afuera. –le digo a Peeta-
- Claro, está bien. –toma mi mano- Tu estas bien?
- Estaría mejor en casa. –musito-
- Lo sé, yo también.
Cuando logramos salir esperamos a Johanna, quien milagrosamente no se tarda tanto como lo pensé. Viene de la mano de un hombre, seguro es quien me platico.
- Chicos, el es Paul Spector, mi novio, Paul… ella es Katniss y el es Peeta. –nos presenta al hombre, quien es alto, de cabello color cobre y ojos grises-
- Es un gusto conocerlos. –su voz es imponente- Johanna me ha hablado mucho acerca de ustedes.
- Desearía decir lo mismo, pero nos ha dado una sorpresa. –comenta Peeta- Pero también es un gusto conocerte.
- Irán a comer? –pregunta Johanna-
- La verdad es que ya nos vamos… al 12. –le respondo-
- Pero qué? Tan pronto?
- Ya sabes, Katniss se siente abrumada y cansada, no olvides que está embarazada.
- Oh vaya, que noticia, felicidades. –dice Paul quien no se había dado cuenta de mi vientre- Ella también es su hija?
- Si, se llama Nadia. –le dice Johanna-
- Qué bonito nombre.
- Gracias. –le digo- Debemos irnos Johanna, pero ha sido un gusto conocer a Paul, esperamos tenerlos pronto de visita.
- Quizás cuando nazca tu bebe… -dice Paul-
- Claro, hasta luego. –nos despedimos-
Nos subimos al auto donde Haymitch y Effie nos esperan y vamos directo al aeropuerto.
- Y nuestras maletas? –pregunto-
- Ya se han encargado de recogerlas Katniss. –me responde Effie-
- Bien.
- No tienes hambre? –me pregunta Peeta-
- Si, comeremos algo en el aerodeslizador, no?
- Claro. –asiente Haymitch-
Y entonces pasamos por lo mismo que el día de ayer, el mar de gente nos agobia en el aeropuerto y gritan nuestros nombres tan alto que casi me dejan sorda. Nadia despierta molesta y comienza a llorar. Cuando finalmente subimos, ponemos nuestros cinturones y siento como mi cuerpo se relaja completamente al salir del Capitolio.
Jamás volveré a este lugar.
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Siluetas
FanfictionDespués de la guerra, Katniss decide poner en orden sus sentimientos y se enfrenta ahora a su amor por Peeta.