Me despierto de golpe al escuchar los llantos de mi bebe, de ahora 9 meses. Peeta no está a mi lado, me levanto y tomo a mi hija en brazos, su llanto se calma, pero sé que tiene hambre, así que aun con ella en brazos, me pongo la bata y bajo a la cocina. Me desconcierta no ver a Peeta, pero supongo que salió temprano a la panadería. Le doy puré de manzana a Nadia, quien está muy inquieta esta mañana, es normal… supongo. Esta en desarrollo y mi madre me dijo que en esta etapa se vuelven remolinos, porque comienzan a gatear y a jalar todo a su alrededor. Cuando termina de comer, la llevo a la sala y juego con ella un rato, luego subimos para cambiarla y ponerla en su columpio mientras yo tomo una ducha rápida. Me visto y tomo a Nadia para salir a dar un paseo. Al salir me encuentro con Haymitch.
- Buenos días preciosas. –dice alegremente-
- Buen día Haymitch, porque tanta alegría?
- Primero, déjame sostener a esta hermosura –le da los brazos a Nadia, los cuales ella acepta gustosa- Bueno, hoy llega Effie de su viaje. –Effie había ido al Capitolio por algunas semanas, la llamaron para trabajar como maestra de modales en un show de modelaje- Así que ese es el motivo de mi alegría.
- Me alegro Haymitch, sabes cómo le fue en su trabajo?
- ‘’Fabuloso’’ –dice con el tono de Effie-
- Qué bien… así que imagino, vas a la estación de tren?
- Así es.
- Pues vamos, igual yo voy a pasarme por la panadería. –le digo y comenzamos a caminar-
- Vaya, ya extrañas a Peeta? Que no lo acabas de ver?
- La verdad es que no, ya no estaba cuando desperté.
- Eso es raro.
- Lo sé –respondo, pero no lo pienso demasiado-
- Katniss, permíteme decirte que tu hija podrá ser idéntica a ti físicamente…
- A excepción de los ojos.
- Exacto, pero lo que quiero decir es que no se parece en nada a ti en su carácter. Mírala, es un sol.
- Lo saco de Peeta.
- Nadia es tan alegre y simpática –lo dice mirándola con amor y Nadia sonríe dulcemente-
- Cuando crezca te dirá abuelo.
- No me molestaría, la verdad. Pero no creo que a Effie le guste que la llamen abuela… -me echo a reír-
- Tienes razón, pero ya aprovechando la situación. Debo agradecerte por todo Haymitch, por amar a mi hija, de verdad, es afortunada de tenerte como padrino… y abuelo.
- Preciosa, no me agradezcas. Yo les agradezco a Peeta y a ti por dejarme entrar en sus vidas, no tendría nada de no ser por ustedes.
- Te queremos Haymitch, aun cuando seas tan amargado. –nos detenemos cuando nuestros caminos van a separarse y me da a Nadia-
- Y puedes tener por seguro, que yo también los quiero a ustedes –nos besa la frente a ambas- Ahora, ve con cuidado. Salúdame a Peeta.
- Claro, y tú salúdame a Effie… de parte de nosotros.
- Por supuesto, nos vemos. –dice y se va-Continuo mi camino a la panadería, pero al llegar allí me doy cuenta de que está cerrado. Le doy vuelta al lugar para revisar la puerta trasera, pero también tiene candado. Significa que Peeta no se ha pasado hoy por aquí. Mil cosas me pasan por la mente, donde mas podría estar? Decido irlo a buscar al mercado, quizás haya ido a comprar harina o algo. Llego allí, ya bastante cansada por el peso extra que estoy cargando, pero Peeta tampoco está aquí. Quizás ya este en casa pienso, debo volver a casa, en cualquier caso, Nadia ya debe tomar su siesta.
Al llegar a casa, mi hija ya está dormida en mis brazos. Abro la puerta y me dirijo a la sala, pongo a Nadia en su cuna, la acomodo y reviso la casa en busca de Peeta, pero no hay señal de que haya venido, todo está justo como lo deje. Me paso ambas manos por el cabello en gesto de desesperación, donde mas puede estar metido este hombre? Decido hacerme un té para calmarme y luego me siento en la sala, esperando la hora en que la puerta principal se abra y entre mi marido con esa sonrisa que me alegra los días. Pero pasan las horas y nada sucede.
Ya son las 3:30pm y de nuevo estoy alimentando a Nadia, después subimos a la habitación y juego con ella en la cama, hasta que de nuevo cae rendida y yo junto con ella. Hasta que una pesadilla me hace despertar sobresaltada. Veo a la ventana y el sol ya se ha metido. Okay, esto es demasiado, debo buscar a Peeta. Tomo a Nadia en brazos y voy a casa de Haymitch, quien abre la puerta después de que casi derribo su puerta.
- Haymitch no encuentro a Peeta en ninguna parte –le suelto en cuanto me ve y su expresión se torna confusa- De verdad, no está en la panadería, ni en el mercado, no ha vuelto a casa. No lo veo desde anoche Haymitch, tienes de ayudarme a buscarlo, tienes que…
- Hey hey Katniss, cálmate. -me sacude los hombros al notar mi clara desesperación-
- No, como puedo calmarme? Peeta está desaparecido, no puedo calmarme.
- Estoy seguro que esta por allí, me comento que estaba ayudando a algunos amigos en una construcción.
- De verdad? Pero no, no se ha reportado en todo el día y además ya oscureció, ya es hora en la que el debe estar en casa. –las lagrimas comienzan a quemarme los ojos- Y no…
- Ven, pasa. –me dice y torpemente entro en su casa- Que te parece si Effie cuida de Nadia y tu y yo vamos a la cuidad a buscarlo?
- Si –asiento- por favor.
- Cariño –llama a Effie y ella baja los escalones en bata- Cariño, hay un problema con Peeta… parece que no aparece desde la mañana y Katniss quiere ir a buscarlo, podrías quedarte con Nadia
- Oh Dios mío, claro. Vayan –toma a Nadia en brazos- Vayan ya!Salimos de su casa a paso veloz, mis respiraciones se tornan agitadas. Tengo un mal presentimiento, tengo miedo, de nuevo mis peores temores se apoderan de mí ser y los escalofríos no paran, a pesar de que el clima es bastante seco y caluroso. Para cuando llegamos a la plaza, tengo que respirar profundamente y poner mis manos en mis rodillas, como si hubiese corrido un maratón.
- Estas bien? –pregunta Haymitch-
- Si –digo después de quitarme la pequeña capa de sudor de mi frente- Tienes idea de donde está la casa de sus amigos?
- La verdad no, pero ven, vamos a preguntar a los tenderos si lo han visto.Recorremos la plaza entera preguntándole a cada persona si ha visto a Peeta, pero nadie sabe decirnos nada. Nadie lo ha visto, se convirtió en un fantasma. Cuando se dan las 9pm, se que algo muy malo está pasando, esto no es normal, ni siquiera es pensable. Peeta jamás hace esto, nunca desaparece, menos sin avisarme antes, tampoco dejo una nota. No sé en qué pensar, ideas como que fue al bosque y se perdió, comienzan a inundar mi cabeza. Haymitch se acerca a mí y me seca las lágrimas, las cuales no sabía que habían aparecido. Me toma la mano con fuerza y me dice ‘’lo vamos a encontrar’’. Pero solo un rato después, ya estamos de regreso a casa, sin respuestas, sin Peeta, sin mi vida.
Effie al ver mi cara, sabe lo que pasa, así que no pregunta y yo se lo agradezco. Nadia está jugando en una alfombra roja y yo la tomo en brazos, la abrazo con fuerza y dejo caer las lagrimas reprimidas, eso pone a Effie emotiva y se acerca a mi tomándome por los hombros, diciendo ‘’ten fe Katniss, el aparecerá más pronto de lo que crees’’.
Pero la verdad es que no se qué creer.
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Siluetas
أدب الهواةDespués de la guerra, Katniss decide poner en orden sus sentimientos y se enfrenta ahora a su amor por Peeta.