Siempre

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Me acerco con cautela y aprovecho que está en pleno estado de concentración, lo sorprendo por la espalda.

- ¡BOO! –grito en su oído-

- DIOS! –pega un brinco y yo suelto la carcajada- quieres matarme de un susto?

- Fue divertido. –digo entre risas-

- Para ti… -se taya las manos en el delantal- Que haces aquí?

- No puedo venir a saludarte?

- Claro que puedes, pero nunca lo haces. Fuiste al doctor?

- Si. 

- Y bien… que te dijo?

- Ahm… -miro hacia el mostrador y veo a Kourt intentando no prestarnos atención- mejor te lo digo cuando estemos en casa, aquí hay mucha gente.

- Pero es algo malo?

- No te preocupes. –le sonrió-

- Bien, ya conociste a Kourt? –hace un gesto con la cabeza hacia ella-

- Eh, si. –digo indiferentemente-

- Y qué tal? Qué te parece?  

- Pues... –no me agrada porque le gustas y sé que disfruta mucho el contemplarte cada día- normal, está bien.

- Es unos años menor que nosotros, también ella perdió a sus padres en el bombardeo al distrito. Fue salvada por Gale, ya sabes.

- Oh –bien, ahora me siento mal por ella- vas a tardar mucho aquí? Ya quiero que regreses a casa… -me recargo en una mesa y le tomo ambas manos-

- Pues no, creo que solo termino dos órdenes mas y… -lo interrumpo con un beso, un beso intenso que enciende la llama de la necesidad y él lo responde con la misma intensidad- wow, que fue eso?

- Un beso.

- Sí, pero porque?

- Es que debo tener razones para besar a mi esposo? –me dirijo a la puerta-

- No dejas de sorprenderme. –sonríe-

- Te espero en casa… -le guiño-

- No tardare.

Volteo para ver si Peeta ya se ha concentrado de nuevo en amasar y efectivamente lo ha hecho, así que se me ocurre algo.

- Me das una bolsa, por favor. –le digo a Kourt, ella asiente y me da una bolsa de papel, rápidamente meto en ella dos bollos de canela- Gracias, adiós.

- Que le vaya bien Sra. Mellark. –se que seguramente nos vio besarnos, y me parece bien-

Llego primero a casa a dejar los bollos y luego corro a casa de Haymitch para recoger a mi hija, quien está profundamente dormida. La tomo en mis brazos y la llevo a casa, quiero preparar algo de cenar para cuando regrese Peeta. Dejo a Nadia en su cuna y me pongo a preparar algo. Para cuando Peeta llega a casa yo ya tengo todo preparado.

- Huele delicioso. –dice en cuanto entra-

- Prepare la cena! –salgo de la cocina con Nadia en brazos-

- Pues huele riquísimo –se acerca- Dame a esta preciosura. –extiende los brazos a Nadia y ella lo recibe entusiasmada-

- Quieres que te sirva?

- Por favor… como está la niña de papi, eh? –nuestra hija ríe a carcajadas, ama estar en los brazos de Peeta, al igual que yo- Dile a mami que me diga que fue lo que le dijo el doctor, que me tiene con los nervios de punta. –me mira fijamente-

- Ya que cenes te lo diré.

- Cuanto misterio. –se sienta-

Cenamos en paz, sin la presencia de Haymitch y Effie, quienes dijeron no venir porque tenían otras cosas que hacer. Nadia juega en la sala y yo decido que es hora de decirle la noticia.

- Quieres postre? –me levanto con los platos en las manos-

- Vaya, que celebramos? –oh Peeta, estas por averiguarlo-

- Pues, ya verás… -pongo delante de él, un plato con los bollos de canela encima y los contempla un segundo, después voltea a verme sonriendo, el sabe lo que significa, solo se me antojan los bollos cuando estoy embarazada-

- Es de verdad? –asiento- estas embarazada!? –asiento y él se pone de pie- Dilo!

- Estoy embarazada! –me rio, si, me estoy riendo, y es de felicidad, emoción, esperanza… todo mezclado-

- Oh Dios, vamos a tener otro bebe! Oh Dios! –toma mi rostro en sus manos y me besa- Oh Dios Mío! Gracias!!! –vuelve a besarme- Que feliz me has hecho.

- Yo también estoy feliz! –me toma en sus brazos y me hace girar, de nuevo me besa-

- Oíste eso Nadia! –me pone de vuelta en mis pies- Vas a tener un hermanito!!! –corre y la toma en sus brazos-

- Quizás sea una hermanita…

- Bueno, si, quizás.

- Es que tu quieres un niño?

- Pues, la verdad es que lo que sea me parece grandioso.

- Pienso lo mismo.

- Y como te sientes? Cuanto tiempo tienes? –baja a la niña y vuelve a sus juegos-

- Aun no lo sé, solo me hice la prueba, pero mañana tengo cita para la ecografía.

- Yo quiero ir!

- Claro, iremos juntos. –me acerca a su cuerpo y me besa profundamente-

- Gracias. –susurra y recarga su frente en la mía-

- Te amo.

- Siempre. 


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