Recuerdo que dolía, mirarlo dolía.

8.7K 201 6
                                    

Desde que Peeta regreso al Distrito 12 no dejaba de pensar en que todo era real, pase un tiempo queriendo imaginar que todo eso que había pasado no era más que una simple ilusión. Un mal producto de mi mente, pero supongo que aferrarme a una mentira era igual de doloroso que vivir en la realidad. 

Por más que yo quisiera regresar el tiempo y morir en la primera arena, eso jamás iba a pasar, los recuerdos y pesadillas me iban a perseguir por el resto de mis días. Como es posible que una chica de 17 años haya pasado por tanto dolor en tan poco tiempo? Pero por más que doliera sabia que nada iba a cambiarlo y al paso del tiempo iba a aceptarlo. Dicen que el tiempo cura todo, pero es mentira, el tiempo no cura nada. Pero si te acostumbra a la idea de que las cosas cambian y debes aceptarlo.
Ya ni siquiera me atrevo a pensar en Prim, duele demasiado, pero el dolor es el único recordatorio de que mi amor por ella siempre será igual. Me metí en esto por protegerla y termino muerta. Yo no puedo cumplir las cosas que me propongo. Ni siquiera pude matar a Snow, no puede salvar a Peeta. Aunque hay algo que si pude cumplir, la victoria en la rebelión. Queríamos libertad y una libertad plena exigía vacios incurables, nada en este mundo es justo.

No había hablado con Peeta desde que planto Primroses en mi jardín, realmente no tengo fuerzas para verlo, me siento culpable con él. Y si él no viene a verme es porque tampoco se siente listo. Pero hay una parte de mí que me pide a gritos verlo, saber como esta, que siente, que piensa. Mi parte humana rogaba por sus brazos, pero mi lado racional y terco ganaba. También sabía que no podía ver de nuevo a Peeta sin aclarar lo que siento, lo que siento por él, por nosotros… si es que queda un nosotros. No tengo dudas de que lo quiero, pero no sé en qué forma lo quiero. Porque las cosas más importantes son las más difíciles de decir?

Que puedo pensar de Peeta? Desde que lo conozco no ha hecho más que protegerme en cada forma posible. Comenzando desde que me dio el pan y terminando en que no me dejo morir después de que mate a Coin. Pero hay una parte de mí que sabe que no merezco a Peeta, ni como amante, ni como amigo, ni siquiera como vecino. Porque no puedo aclarar mi mente? Supongo que quizás necesito un punto de vista diferente al mío. Porque sinceramente hay veces que ya no confió en mi. Y sé que la única persona que me queda y que es cercano a ambos es… Haymitch.

Confesiones. 

Decido ir a ver a Haymitch, ha pasado mucho tiempo sin verlo y no sé como este, ahora me siento culpable por no visitarlo. Aunque no debería, cada quien debe ocuparse de su dolor.
Bueno, no es tan malo como esperaba, esta borracho, si. Pero al menos ha tratado de mantener ordenada su casa, cosa que es rara en el.

 - Haymitch… -digo casi en susurro- 
 

- Que pasa preciosa? –para mi sorpresa estaba despierto-

- Em, nada paso a ver como estas –porque no puedo hablar sobre las mil cosas que estoy sintiendo, porque no me es posible expresarme- 

- Pues la estoy pasando como siempre, pero lo importante es como estas tu?

- Pues estoy de pie

- Eso puedo verlo, pero como te sientes?

- Ahm, Haymitch por alguna razón no puedo entender como me siento.

- Y has venido aquí para aclarar tu mente? 

- Si, y mi corazón. –esa fui yo diciendo eso?- 

- Whoo preciosa, yo no soy bueno en esos temas. –dice pasando su mano por la frente-

- Yo tampoco, pero de alguna manera tu y yo nos comprendemos. Necesito aclarar todo porque sinceramente siento que me volveré loca. Ni siquiera soy capaz de ver a Peeta porque... -apenas voy a explicar lo que siento cuando Haymitch me interrumpe- 

SiluetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora