Escena extra, capítulo veintisiete

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—¿De verdad ni siquiera te felicitó?

Negué antes de darle un sorbo a mi trago, notando un tanto extraña la reacción de Benjamín. La mayor parte del tiempo se burlaba de mis desgracias, que no lo hiciera me indicaba que algo no andaba bien.

—No fue la única en no hacerlo. Solo mi mamá, Milena y tú recordaron que hoy es mi cumpleaños.

Hasta ese momento Benjamín comenzó a reír. Más relajado recosté la espalda en el sofá mientras me terminaba el trago que me acababa de servir. Había llegado hacía varias horas a mi departamento, después de un largo y extraño. Camila que se había comportado muy cariñosa durante los cuatro días que estuvimos en Holbox, se mostró molesta e indiferente en todo el camino de regreso. No recordaba que le había hecho como para que me estuviera tratando de esa forma, y tampoco lo intenté descubrir.

—Deberíamos salir a divertirnos un rato. Tienes pase libre esta noche, Camila olvidó tu cumpleaños.

Le di la razón en silencio mientras lo observaba sujetar la cámara que estaba sobre la mesa. En cuanto reaccioné se la quité de las manos. La cámara de Camila había viajado en mi maleta de mano, ninguno de los dos la recordó después, había contemplado la posibilidad de llevársela, por ello se encontraba ahí, a la vista de cualquiera.

—Hay un par de fotos que no quiero que nadie vea —expliqué tras ver su desconcierto por la forma en la que le arrebaté la cámara.

Pasé una a una las fotos que le había tomado a Camila. Verla desnuda, coqueteándolo al lente me irritó una vez más. Las seleccioné todas y las eliminé sin detenerme a pensarlo.

—¿Qué harás el día que Camila tenga que posar con poca ropa o hacer alguna campaña sugerente? —preguntó en tono de broma.

—No hará nada así.

—Me preocupas.

—Ni siquiera le gusta ese tipo de cosas. Cami prefiera las pasarelas. Por eso estuvo triste por lo del fashion week —mi comentario estaba cargado de algo que en ese momento no identifiqué.

Algo parecido a la culpa.

—De verdad hice todo lo que estuvo a mi alcance para que pudiera estar en una pasarela más importante. Lo intenté todo a como te lo prometí, fue difícil encontrar un lugar con tan poco tiempo, tal vez de haber sido una modelo con más exposición habrían hecho una excepción.

—¿Cuándo dices más exposición a qué te refieres?

—Más pasarelas importantes previas. Lo de Miami habría sido suficiente para que tuviera un lugar en el desfile principal. Pero no tiene caso hablar de eso, más adelante tendrá una oportunidad. La diva tiene razón, es buena en lo que hace.

Sabía que buscaba la forma aminorar el peso de la culpa, no obstante, encontré un poco de alivio en sus palabras. Después de un par de tragos propuso que fuéramos a otro sitio. En cuestión de minutos hizo un plan al que no pude negarme. No pretendía pasar mi cumpleaños encerrado en mi departamento, aunque estaba un poco sentido con Camila por haberlo olvidado, tenía mucho que celebrar.

Me tomó diez minutos preparame para salir. La insistencia de Benjamín me instó a ser más rápido. Al ver mi reflejo en el espejo del elevador recordé lo que me había dicho Camila, me incliné busca

—Deberías de preocuparte por tus niveles de testosterona. Primero, mascarillas, luego te depilas las cejas y ahora parece que estás a punto de sacar un labial y ponértelo.

—¿Me ves alguna cana? Camila insiste en que me vio un par.

—Camila a veces me cae bien. No tienes ninguna cana. La diva es peor de lo que pensé —dijo riendo—, disfruta hacerte sentir viejo antes de tiempo.

—Lo disfruta, lo sé. Pero esta vez me hizo dudar, de verdad creí que me hablaba en serio.

—Debe de tener alguna fascinación por los viejos. Por eso te quiere convertir en uno. ¿No te sientes ligeramente usado?

—No, pero si me quiere usar que me use, no tengo problemas.

Su plan incluía mucho alcohol y varios amigos más. Tras conducir por largos minutos en medio del tráfico del viernes, llegamos al sitio donde nos estaban esperando. Me reía mientras me contaba de su última gran pelea con Pamela que lo tenía cada vez más sometido, mi carcajada se cortó de golpe al detenernos y encontrar todo a oscuras.

De la nada las luces se encendieron al mismo tiempo que un montón de voces gritaron sorpresa en unísono. Miré a mi alrededor gratamente sorprendido, sin tener claro como reaccionar. Benja palmeó mi espalda antes de alejarse, dándole espacio a mi mamá que se acercó a felicitarme. Aún aturdido por todo lo que pasaba a mi alrededor, busqué a Camila entre todas esas caras conocidas, sin tener éxito en encontrarla.

Recibí sonriente cada felicitación sin poder concentrarme del todo en lo que pasaba. Mi hermana estaba a unos cuantos pasos gesticulando como si estuviera discutiendo con nuestra madre. En cuanto pude me acerqué a ellas, la alteración de Nicole comenzó a preocuparme.

—¡Es el cumpleaños de tu hermano! —Tomé aire al escuchar a mi mamá decir aquello. Asumí que discutían porque Nicole no quería estar ahí.

—¡Qué se vaya! No tiene por qué estar aquí.

Preocupado busqué a Lu cerca de ellas, no quería que presenciara una discusión así, y fue entonces que al moverme, observé a Cinthia frente a Nicole, con los ojos brillantes como si estuviera conteniendo el llanto.

—¿Qué está pasando?

—Pablo —mi nombre salió con alivio de los labios de Cinthia que dudó en acercarse.

—O se va ella o me voy yo —dijo Nicole dirigiéndose a mí—. Elige, o tu ex zorra o yo. No hay espacio para ambas en esta fiesta.

Escenas extra Malas IntencionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora