—Pamela por favor, nunca te pido nada.
—¡No! Por más que ruegues no te ayudaré. Mi solidaridad femenina no me permite hacer algo así.
—¿Algo así? Hablas como si te estuviera pidiendo algo malo. A lo mejor hasta descubre que te cae bien y puedes hacer una amiga.
Benjamín que acababa de entrar a la sala, negó entre risas al mismo tiempo que se acercaba a su novia.
—¿Mi amor por qué no ayudas al pobre Pablo?
—¿Pobre Pablo? Este sinvergüenza lo único que quiere es enredar a su nueva obsesión, no le ayudaré a lograrlo. No pienso acercarme a ella solo para hablarle bien de él, sería decir mentiras.
—No te estoy pidiendo eso —dije ya fastidiado—. Lo único que necesito es que contrarrestes el montón de chismes que ya escuchó. La gente exagera, tú podrías hacerle saber eso.
Rio con ironía mientras se sentaba sobre las piernas de Benjamín, verlos así de juntos me hizo recordar la noche que la conocimos, la manera en la que me detuvo Benja para que no la abordara, le gustó desde el primer momento.
—Lo que dicen de ti no son chismes, son verdades. No insistas, si me acerco a ella será para decirle que no te responda ni el saludo. ¿Quieres algo de tomar mi amor? —preguntó dirigiéndose directamente a Benjamín.
En cuanto salió Benja comenzó a reír a carcajadas, como si fuese gracioso lo que estaba ocurriendo.
—Pensé que ya habías avanzado, se fue de la fiesta contigo.
—No puedo avanzar, los rumores la espantaron. Se mantiene a la defensiva, no me permite acercarme, la invité a cenar dijo no, luego a almorzar y ni siquiera me respondió. Hoy le escribí buenos días y su respuesta fue: igual. ¿Por qué te ríes idiota?
—Al fin encontraste a alguien que no te da entrada. Si yo fuera tú no insistiría más, es problemática, acaba de firmar contrato y tuvo inconvenientes, hizo que le cambiaran el peinado y el maquillaje en el shooting de las fotos oficiales.
—Bueno, nadie es perfecto. Tiene carácter fuerte solamente.
—¿Carácter fuerte? Es una diva.
—Seguro vale la pena soportar uno que otro desplante. ¿La viste el día de la fiesta? Yo no pude dejar de hacerlo, mientras conversábamos le conté las pecas, en medio de los pechos tiene cinco, encantado metería la cara entre ellos para comprobar si me faltó contar otra.
—Presiento que conseguir contarlas te va a costar trabajo. Olvídate de ella, Mariano no va a dejar que te le acerques.
—Precisamente tenías que elegirlo a él, hay más publirrelacionista en Look.
—Solo te hice un favor, me pediste el mejor. Con Mariano le irá bien.
—En algún momento va a descuidarse y voy a tener mi oportunidad. Pasaría un fin de semana entero con ella sin cansarme.
Pamela entró con dos copas en las manos, sonriendo al ver mi cara de frustración por no lograr convencerla de ayudarme.
—¿A ti no se te antoja nada? —Preguntó con fingida amabilidad.
—La pelirroja —respondió Benja por mí.
—¿Puedo pedirte un consejo? —Ignoré la risa de ambos, enfocado en lograr convencer a Pamela.
—Dime.
—¿Cómo puedo acercarme a ella? No sé como actuar cuando la tengo cerca, me pongo nervioso, no me había pasado antes.
—¿Por qué te pones nervioso?
—No lo sé. Me gusta mucho, es la primera vez que me gusta hasta la forma de hablar de alguien. Siento que ni siquiera puedo verla a los ojos por qué... no sé como explicarlo.
Benjamín bajó la cabeza para poder reírse, ganándose una mala mirada de mi parte.
—Pablo tienes una maestría en mujeres, tú sabes como acercarte a cualquiera.
—Con ella no puedo, es la primera vez que alguien llama mi atención así y los chismes lo arruinan.
—Se está enamorando —intervino Benjamín.
—Creo que si —lo secundé.
—¡Por Dios, la acaba de conocer! ¿Ustedes creen que no los conozco?
—Mi amor mira su cara, ¿alguna vez lo habías visto así? No deja de hablar de ella.
—Pame estoy siendo sincero, me gusta de una forma distinta. No dejo de pensar en ella.
La miré fijamente a los ojos, intentando no reír a como se me antojaba por culpa de Benja que no dejaba de hacerme gestos a espaldas de su novia, en cuanto Pamela suspiró supe que había logrado algo, se percibió hasta en su forma de suavizar la mirada.
—Tal vez pueda hablar con ella, pero no te prometo nada. Limpiar tu imagen es complicado.
—Serás la madrina de nuestra boda. Hermano, no dejes ir a Pame nunca.
Besé su frente entre risas, abrazándola con todo y sus protestas. Choqué el puño con Benja que no podía dejar de ir, seguíamos trabajando bien equipo como en los viejos tiempos, cuando no había perdido la cabeza por Pamela
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Escenas extra Malas Intenciones
RomanceUna joven y ambiciosa modelo dispuesta a todo para alcanzar el éxito, incluso a conquistar al peor de los mujeriegos que puede lanzarla a la fama o hundir su carrera. Escenas extra de Malas Intenciones narradas por Pablo.