~Aubrey Yates~
~×~
Me desperté con unos fuertes gritos de parte del miembro más ruidoso de mi familia, mi primo. Miré la hora , solo eran las siete de la mañana. Me dí cuenta que los gritos provenían de la planta baja de mi hogar. Salí corriendo de mi cama a averiguar que pasaba.
Me encontré con una escena violenta, mi madre estaba a punto de pegarle a mi tía, en ese momento, abrí los ojos a más no poder esperando el golpe, el cual nunca llegó.
—¿Qué demonios sucede aquí? —dije —. Nunca las había visto así.
—Sentí que tu madre sería capaz de golpearla, la verdad no me habría sorprendido, estoy seguro que a ella tampoco.
—O quizás si, mi madre no es así y quiero una explicación de lo que sucede.
Mi padre se levantó y supe que él no diría nada. Tomé a mi madre de la mano y la lleve hasta mi habitación, esperando que me explicara.
—Estar allá abajo no te daba la privacidad que tienes conmigo, ahora dime que sucede —exigí.
—El impulsivo de tu primo ha llegado diciendo que desea pedir la mano de tu ex novia, y su madre apoya su decisión. ¡Es una completa locura! —elevó las manos al aire en señal de preocupación.
Sé que le tiene cariño a Kate pero ¿por qué no quiere que se case con Liam?, se cuestiona mi cerebro.
—Sé lo mucho que te agrada Kate pero ambos sabemos que Liam esta enamorado de ella, deja que sea libre.
—A veces me pregunto por qué te has vuelto tan insensato, hijo. No puedo dejar que ellos estén juntos. ¡Jamás! —exclamó —. Antes muerta a que eso suceda.
—La verdad no entiendo la razón por la que no dejas que tu sobrino sea feliz con quien él desee —resalto la última parte y ella parece molestarse más conmigo. ¡Genial! Lo que me faltaba.
—Obviamente deseo que sea feliz pero no con ella. No es posible, entiéndelo.
Sin decir nada más, porque no dirá más, bajo las gradas.
La tía Juliette está sentada junto a Liam charlando sobre algo, al menos ella se ve más calmada y tranquila, auqnue debido a su pérdida de memoria es usual verla así.
—El hijo de mi hermana, no recuerdo haberte visto desde hace mucho.
Después de media hora charlando con Benjamín y la tía Juliette, decidieron que era momento de retirarse.
Me fui a mi habitación pensando.
—No sé que pretendes aquí —me levanto y le doy la cara a mi padre.
Se ha empeorado mi relación con él desde que me obligó a casarme.
Después de diez minutos en silencio, mi padre se digna a hablar. No pude evitar mirarlo y recordar la primera vez que él, Zoe y yo estuvimos en una misma habitación, donde sellamos el contrato.
—El único hijo que tengo pronto se convertirá en un hombre.
Se sentó a mi lado y no supe que hacer.
Vi como por su mejilla corría una pequeña lagrima y recordé la última vez que lo hice llorar; tenía ocho años y mi padre acababa de hacer un nuevo retrato de él, como era su cumpleaños le hice una enorme carta con dedicatoria en el retrato, aún no estoy seguro si lloro por mi detalle o porque arruiné la obra.
—Imaginate teniendo hijos.
Sabía que le gustaba pasar tiempo conmigo pero los últimos años ya no era tan seguido. Cuando mi dedo tocó el dorso de su mano sentí que de verdad volvía a conectar con él. Jamás había visto a mi padre llorar tanto y al verlo así me contagió las ganas de llorar. Como lo hacía cuando niño, padre e hijo juntos luego de tantas disputas.
A través de la oscuridad que había en la habitación logré observar que había despertado sin mi progenitor cuidándome.
Bajé a cenar y cuando lo encontré me dio un beso en la cabeza antes de salir a resolver algún asunto, me sentí en paz: por fin mi relación con él empezaba a ser como debería. Y antes de que pudiera analizar la situación mi progenitora apareció con un asunto serio que discutir.
En pocos segundos perdí la atención que había empezado a prestarle a la conversación que manteníamos.
Me fijé en Camila, una pequeña niña de una de las cocineras, y me imaginé lo que había dicho mi progenitor horas antes.
—Ahora que estoy comprometido porque yo deseo y no por la voluntad de nadie más, quiero que sea real y serio.
Y me ignoró. Me separe de ella y fui hacia la cocina a pedir que subieran mi comida a mi habitación.
—Ella será la encargada de cuidar de mis hijos —señale a una de las criadas —. Ella la dama de compañía de mi esposa...
Y cerré mis ojos imaginando la vida perfecta con la familia que deseo.
Y se me ocurrió que debo presentarla a mi familia.
Te quiero, te quiero, te quiero...
—¿Aubrey Yates? Mi madre me envió a entregarle esto —con algo de miedo en su voz, colocó una bandeja cerca de mi cama.
—Se ve delicioso, ¿lo has hecho con tu madre? —pregunto pero no responde —. Gracias por la comida, puedes irte.
Obdece y sale de mi habitación para seguir ayudando a su madre, a veces trato de entablar alguna conversación con las personas que trabajan aquí pero me es muy difícil por el comportamiento adecuado que nos padres les impusieron. Únicamente he hablado más amistosamente con el encargado de las caballerizas porque mi novia ganó su confianza y respeto.
La tarde la pasé haciendo cartas para que la familia de ambos lados, materno y paterno, pudiera asistir a conocer a Elizabeth. Me emocionaba la idea de que les agradaría saber que estoy comprometido. Únicamente hacia un pequeño problema: mi madre no la aprobaba aún y podía ser que el resto de mi familia tampoco. No importandome el riesgo que realizar esta reunión conllevaba, envié las cartas a los miembros de la familia Yates.
Seguramente seguiré subiendo capítulos en los que narre Aubrey, ojalá les gusten.
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Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023)
Historical FictionElizabeth se ve atrapada en una encrucijada. Alguien que la daño en el pasado y una nueva persona en su vida se encargarán de ponerla en una posición difícil. Todo lo que nunca quiso hacer parece ser la única manera de que sus seres queridos sean f...