~Narrador omnisciente~
—Sus vidas van a cambiar con ese lindo bebé, te aseguro que todo estará bien, ella estará bien —reconfortó a su mejor amigo.
—En cuanto se mejore, iré a verlos —notó como no quería prestarle atención a nada más que a su mujer y lo entendió, se despidieron y salieron de allí.
El Duque Bassett vio a su mujer recostada, aún dormida, la observó con cariño y preocupación mezclada, el doctor había dicho que había sido un golpe suave por lo que el bebé no tendría ningún problema al nacer, pronto vendría al mundo y no se sentía preparado.
—Es preocupante lo que sucedió con la señora —comentaban entre sí las empleadas de la mansión Bassett mientras iban al mercado por las compras. —Oí que con caídas cerca del día de parto es probable que el bebé muera o incluso la madre, esperemos lo mejor para ellos.
—Oigan, ¿ustedes son las sirvientas de los Bassett, cierto? ¿Estaban hablando de la Duquesa? —interrumpió curiosamente Lady Taylor.
La señora Vernin, encargada de la limpieza en la mansión Bassett, asintió, confirmando lo que había dicho Taylor.
Lady Taylor sonrió nerviosa, no estaba muy familiarizada con esas personas, pero ahora que había podido concebir, podía entender la gravedad del asunto, se sintió afortunada por tener a su pequeño creciendo dentro de ella.
Taylor se frotó el ceño de la frente, y les dio sus más sinceras disculpas a las empleadas, luego se alejó directo a la residencia de una de sus hermanas.
—¿Ustedes creen que una mujer pueda perder a un bebé con una simple caída?
—Una vez el doctor me dijo que si, ¿por qué, hermana?
Taylor no sabía si eso podía pasarle a ella y se preocupó, quiso ser una mejor persona para ese ser que crecía día con día.
Emma sonrió, también pensando en sus propios asuntos.
—Muy bien, señoras, les apreciaría si se retiraran, necesito hablar a solas con mi hermana —enrojeció por lo que iba a decir.
—Esa vez que nuestra hermana nos echó de la casa me hizo pensar muchas cosas. Y después de pensarlo tanto, he llegado a la conclusión de qué... Quiero divorciarme —tomó a su hijo en brazos, ya el pequeño tenía tres años, pero seguía durmiendo como un bebé. Su hermana se había quedado impactada.
«Llegó el día, debo decirle la verdad» pensó Taylor.
—Él ya no me ama, y prefiero ser yo quien escoja dejarlo a que él lo haga cuando decide quedarse con la mujer con quien me engaña.
Lady Taylor le brindó una sonrisa, debía decirle todo lo que ella sabía, Emma no merecía seguir sufriendo.
—Cuando me entere de lo que hacía quise decirte, pero mi tía no lo permitió. Perdóname, hermana.
Abandonó su actitud inquebrantable y se sintió mal por el daño que había hecho, empezó a darle rienda suelta a las lágrimas que se habían acumulado, ambas hermanas lloraron y entendieron que habían cometido errores, pero de ellos aprendieron y no guardaban rencor.
—Esposa mía, cuñada, que placer verlas... ¿Están llorando? ¿Por qué? —preguntó con asombro, el Conde había aparecido de la nada.
—Es algo que usted mismo causó, desde el día de hoy no deseo que vuelva a pisar esta casa, ¡estoy divorciándome de usted! —gritó con todos los sentimientos mezclados entre sí, pidió a los criados que lo sacaran de allí y así lo hicieron.
¡Un saludo grande, Zabeth_Bany!
Feliz de que seguimos aquí, triste de que esta historia llega a su fin. Nos vemos en el siguiente.
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Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023)
Historical FictionElizabeth se ve atrapada en una encrucijada. Alguien que la daño en el pasado y una nueva persona en su vida se encargarán de ponerla en una posición difícil. Todo lo que nunca quiso hacer parece ser la única manera de que sus seres queridos sean f...