30. Me Tendrán Que Perdonar

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~Aubrey Yates~

-¿Recuerdas que nos dijiste que veríamos lo de los invitados en tu casa? Porque tu cara de sorpresa me dice que lo has olvidado -digo. -De hecho hasta nos invitaste a almorzar, Lizy, pero preferimos no hacerlo.

-Se me había olvidado, pero ahora mismo vemos lo de los invitados.

-Iba a invitar al resto de tu familia pero resulta que no los conozco -comenta mi madre.

-Con mi familia más cercana es suficiente.

Subimos a su cuarto para traer el último boceto que hizo sobre el vestido, a pesar de haber acordado uno ya. Hemos terminado la lista de invitados.

-¿Que les parece si le muestran el diseño a la modista? -nos entrega su dibujo con una sonrisa ilusionada.

~Elizabeth~

-Se aproxima mi boda y lo único que hago es pensar en él. ¡Soy tan egoísta y mala persona! -vuelvo a decirle, mientras su mirada cansada se posa en mi. -Una vez más siento que me no tengo control en esta situación.

Le hago un puchero y me dispongo a echarme a llorar cuando Alice me detiene, me abraza y como si jamás lo hubiera hecho me aferro a ella; siento que le debo demasiado: siempre está a mi lado y me escucha atentamente. Una vez estoy bien, de nuevo, me separo de ella.

Voy a cambiarme.

Y con eso noto que ella ha sido más mi hermana que las verdaderas.

Puede que esto que siento no esté bien pero estoy segura de que no importa a quien ame o a quien odie, Alice siempre me va a apoyar y estará conmigo, por eso le agradezco a la vida el tener su compañía, estoy segura de que sin ella en mi vida ya habría cometido una locura (mucho mayor a las que he hecho).

Y sé que cuando me case tendré que vivir sin ella.

Y con eso Aubrey se mete en mi mente hasta que el sol aparece otra vez. Después de desayunar con mi familia he tenido que salir corriendo hacia la parte trasera de mi hogar porque Odie estaba esperándome para su aseo matutino. Me encuentro en mi lugar favorito del mundo y me relajo. Después de treinta minutos en los que Odie me ha ensuciado subo a mi habitación a tomar un baño.

-De ser por mi me quedaría así todo el día pero tengo que ver a la modista, ¿vas a acompañarme, Alice? -digo esperando una respuesta afirmativa. -La verdad es que no te puedes negar, hermana mía. No tienes nada mejor hacer.

-En realidad sí, iba a salir por un helado con una amiga -me siento en la cama junto a ella. -Hace rato no te veías muy ilusionada de ir con la modista. Así que, Elizabeth, vas a cancelar tu reunión con tu suegra y ese ojiazul y vendrás conmigo -sentencia.

-¿Recuerdas que tengo a Lea Yates como suegra, cierto? -me toma de la mano, me mete al baño, obligándome a obedecerle y haciendo casi omiso a mi reproche.

Bueno, creo que Lea me odiara más ahora. Y eso ya es mucho decir.

Salgo del baño ya vestida.

-La falda es muy hermosa, Alice, pero no voy a colocarme ese espantoso corsé -la veo a los ojos, cansada de esta discusión. Esa cosa espantosa no la usaría ni aunque me amenazaran de muerte.

-De acuerdo, sólo por esta vez -se rinde.

Y no puedo evitar sonreír. Siempre me salgo con la mía.

-Estoy lista -la tomo de la mano y bajamos para emprender nuestro rumbo a la heladería, no sin antes despedirnos de mamá.

Lea y Aubrey tendrán que entender que cuando Alice quiere algo no hay quien se oponga, ademas no quería ir a probarme vestidos. Corriendo cual niñas, llegamos rápido a nuestro destino.

Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora