38. El gran Día

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~Narrador omnisciente~

Las diferentes sensaciones que tengo están haciendo que me ponga nerviosa, Alice —explica mientras empieza a tomar un baño.

—Ahora no puedes ponerte nerviosa —comentó la joven con una sonrisa en el rostro.

A la joven novia le alivio ver a su hermana sonreír, pues nada podía ser tan malo si ella aún sonreía.

—Estaba pensando en que hoy ya no regreso aquí —dijo la joven, un poco melancólica.

—Oh, es cierto. No lo había pensado así, pero no te entristezcas, ¡apresúrate que aún hay que desayunar e ir a la mansión a que te peinen! —salió de la habitación.

«¿Dónde estará Owen en este momento? ¿Es posible que aún me recuerde?» pensaba Elizabeth.

—Solo debo concentrarme en lo que pasará hoy, no debo pensar en alguien que ya no es parte de mi vida —reflexionó mientras salía del baño y se cambiaba.

La joven, a la que amaba como una hermana, le señaló el gran desayuno que debía comer antes de partir a la mansión Yates, consistía en dos trozos de tocino, pan, dos sardinas fritas y un poco de atole.

—Los trozos de tocino y el atole está bien, lo comeré, pero ni en mi último día viviendo aquí lograrás que coma sardinas. ¡Eso es un asco! ¿Cómo alguien puede comerlas? Su sabor es totalmente horripilante —exclamó la futura Lady Yates, esperando que no la obligarán a comer ese espantoso alimento.

—Allí déjalas si no te gustan, cariño —besó su mejilla. —Estaba segura de que no las comerías, fue él quien insistió en que las pusiera en tu plato, yo solo seguí órdenes.

—El hecho de que te lo dijera no era para que ella se enterara —reclamó el padre de las jóvenes.

La más joven de las hermanas y Summer lo miraron con gracia en su rostro, el señor Lam siempre con sus juegos.

—Incluso en el día de tu boda, no ibas a escaparte de mí —le explicó con ternura en su mirada.

Uno a uno, entraron al carruaje que los llegó a recoger luego del desayuno.

—Espero que estés lista para lo que se viene —las criadas tomaron un sillón en el que la novia se sentaría para pasar las siguientes dos horas peinándola.

Mientras Elizabeth empezaba a ser alistada, Aubrey estaba apenas despertando. Pero Lincoln, por otro lado, estaba ansioso de que Emily apareciera ante su sobrina.

~×~

—Sabía que esto sería tardado, pero nunca creí que tanto —confirmó la joven e inspeccionó el peinado tocando partes de su cabello con miedo de despeinarse.

Al llegar al final de su cuello, dejó de admirar su belleza en el espejo porque algo más que se reflejaba captó su atención. Estaban en una habitación llena de ventanas, pero de pronto sintió que le faltaba el aire.

—¿Ellos en verdad están aquí? —se asustó la joven, y se agachó hasta sentarse en el sillón para evitar un desmayo. Una de las criadas le afirmó que allí estaban —¡Imposible!

Zoe agudizó el oído, quizás había escuchado mal. Solo esperaba alguna reacción de alguien que le hiciera saber que era verdad lo que decían.

—¡Ay, linda! Eres tan inocente aún —susurró la mujer, mientras sonreía.

Y, ante ella, apareció el resto.


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Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora