29. Hora De La Prueba

21 6 11
                                    

~Narrador omnisciente~

La brisa de la mañana acaricia el rostro de la joven Rabbe, se había levantado temprano a ver a su pequeño corcel. Ahora que tenía esa nueva responsabilidad estaba un poco más ocupada.

«¿Y si el que comprara a Odie fuera un hombre malvado? Creo que prefiero que se quede conmigo»

Suspiró, lo poco que le quedaba por hacer era esperar que su futuro marido le permitiera llevárselo. Eso sería todo lo que pediría.

—Una hermosa carrosa esta esperándote —escucho la voz de su hermana y sonrió.

—A pesar de que dije no querer casarme, estoy nerviosa por lo que pasará hoy —confesó la joven.

—Imagino que se debe sentir raro, pero veras que saldrá todo bien, no te preocupes —dijo. —Recuerda que te están esperando afuera y no creo que a Lady Yates le agrade esperar. Solo antes de irte recuerda que debes elegir un vestido hermoso.

—Ay, por favor. Sabes que no me dejarían usar pantalón aunque quisiera —fue a donde la estaban esperando.

Luego de despedirse se subió al carruaje que los llevo directo a la modista de los Yates. Pues, al ser una de las familias más acaudaladas, podían darse ese lujo.

—Espero que acepte mis diseños y no los bote como basura —manifestó una abrumada joven.

—A mi me parecieron maravillosos y si ella no lo ve es su problema —bajaron del carruaje.

Después de varios vestidos y trajes que Elizabeth y Aubrey se probaron terminaron con la prueba de vestuario y se dirigieron al almuerzo familiar que tenían planeado. A pesar de que el último no había sido un éxito, esperaban que en este no hubiera percance alguno.

~×~

—Ojalá que tengas buena información porque estuve esperando por mucho tiempo —se quito sus lentes de lectura.

Una semana después...

Fue directo al comedor, se encontró con su hijo terminando su desayuno. Ya estaba harto de tener que soportar esa actitud de ignorancia que su mujer e hijo le daban.

—Realmente creí que se te pasaría el berrinche, niño —se sentó frente a él, pidió su comida. —Llegué ayer de mi viaje, Linden. No sé como van con la planificación de la boda y quisiera saber.

—Increíblemente —afirmó.

De tan solo recordar como Linden lo había amenazado se creaba un remolino de sentimientos en él, por una parte se sentía herido de que su hijo no lo veía más como un ejemplo a seguir, pero también se sentía enfadado.

—El día de tu boda estaré allí y seré feliz de verte con la mujer de tu vida.

Lord Yates escupió el zumo que le habían dado, estaba agrio.

—La verdad esperaba más de ti, pero no, ¿que ahora también desperdiciaras comida? —negó con la cabeza.

—Engullí un zumo que ya estaba arruinado. ¡Ineptos!

—¿Un zumo agrio? No es para tanto —rodó los ojos.

—Lo que pensé, tu padre está retrasandonos. Perdona Lincoln pero tenemos mejores cosas que hacer.

—¿A dónde van? —preguntó, pero no obtuvo repuesta.

Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora