~Narrador omnisciente~
Siente su propósito cada vez más cerca de cumplirse.
—Observa que los nombres de los invitados sean perfectamente escritos —sale del salón y se dirige al correo.
Con que estás personas si sean quiénes deben ser, por favor.
—¿Dirección?
—Imagino que hacen envíos hacia América, así que deseo que los envíe hacia allí —le muestra la dirección que había anotado en un papel.
~×~
—El primer intento quedó mal, pero creo que este te gustara más —el joven tuvo miedo de levantar la mirada pensando que su madre podría enojarse con él. —Aunque todavía podría cambiarlo si así lo deseas.
—No te preocupes, Aubrey. Así está bien —Lea termina de verificar los detalles finales de las invitaciones.
Las invitaciones ya están listas, por lo que Elizabeth y Aubrey podrían entregarlas en poco tiempo, la boda estaba cerca.
~×~
~Tres días después~
~Charlottetown~—Realmente lamento interrumpirla, my Lady, pero ha llegado una carta para usted.
Emily abrió los ojos asombrada, la leyó y fue directo a la mansión Hargroaves.
—Es una locura que vaya a casarse.
—Oí que los hombres en Inglaterra son tan autoritarios y viles.
Emily trató de controlar su postura ante la repentina invitación, no creía que fuera necesario asistir. Taylor llegó lo más rápido que pudo a la casa de su hermana al ver la misma carta que les había llegado a ellos.
—Lo que me sorprende es que haya conocido a alguien que la soporte, Elizabeth es tan irritante —opinó Taylor, dejando en claro su desagrado ante la mención de la menor de sus hermanas.
Emma negó con la cabeza, a ella su hermana ya no le parecía así.
—Llegó la misma carta a todos por lo que no puede tratarse de una mentira y pienso que debemos asistir a la boda de mi sobrina —decidió Emily.
—Un punto de vista más sensato es el mío, creo que es mejor no asistir —sonrió Hargroaves. —Una vez ya esa niña hizo de las suyas con nosotros, no planeo volver a formar parte de su vida después de que pudimos librarnos de esa carga.
Lady Emily sabía que Alexander tenía razón pero había algo dentro de ella que aún sentía aprecio hacia Zoe por lo que decidió no seguir el consejo de Alexander. No estaba de acuerdo con él, Emily creía que estaría bien acompañarla en un día tan especial como ese.
Habían pasado dos días desde la llegada de la carta y Emma sentía la necesidad de decirle a los amigos de Zoe acerca de sus futuras nupcias, aunque Alexander se molestara con ella por hacerlo, así que decidió ir a la mansión de los Bassett. Sentía que le debía al menos eso a Elizabeth, después de tantos años de no haber estado allí para ella.
—Eso quiere decir que... ¡¿Va a casarse y está vez si es verdad?! —grito uno de los amigos de su hermana segundos después de que ella les dijera lo que estaba sucediendo.
El joven Ofishall corrió hacia dentro de la mansión de Noah al oírlo gritando.
El joven comprendió que aquel grito había sido por lo que Emma le contó a él cuando entró, entendió a su amigo porque él también habría reaccionado así y agradeció haber llegado en el momento indicado a regalar un frasco de mermelada.
—Unos cuantos días de viaje son los que nos separan de ella, deberíamos ir —sentenció con decisión el joven.
—Acompañaremos a nuestra amiga en su gran día, ¡por supuesto que iremos! —reafirmó, en respuesta, el otro joven. —A empacar entonces, porque debemos irnos mañana.
Oakley asintió y salió de la mansión luego de despedirse, debía preparar sus cosas para el viaje.
—Nadie espero recibir una carta de ella luego de lo que pasó y mucho menos una invitación a su boda, pero supongo que las cosas cambian. Solo debo decirte que no estoy segura de poder asistir, la tía Emily desea ir pero Alexander no, y no puedo irme sin él —agradeció el vaso de agua que Charlotte le ofreció. —Sería maravilloso si ustedes pudieran decirle lo mucho que me alegra que vaya a unir su vida con alguien que la ama. También díganle que la extraño mucho y espero verla pronto.
—Su marido no puede impedirle asistir, Condesa.
—A mí me inculcaron que cuando una mujer se casa, su marido toma las riendas de su vida, así que, de hecho, sí puede hacerlo —argumentó la mujer.
—Igual nosotros le haremos saber a su hermana lo que usted desea —sonrió el joven. —O quizás pueda pensarlo mejor e ir sola.
—Al amanecer parte el barco, ya veremos si lo he logrado —sonrió como despedida y regresó a su casa.
—Muy bien, yo tenía razón, como siempre.
Sonrió ante lo que su esposa dijo, porque, tal como ella prometió así se cumplió. Incapaz de sentirse más feliz, besó si mejilla y su vientre.
—¡Eres maravillosa!
Los dos se fundieron en un tierno beso, ambos estaban en el mejor momento de su matrimonio, Noah por fin se sentía completamente feliz y su esposa se sentía feliz por él. Fue por una de las tantas travesuras que hicieron juntos que ellos se conocieron, y Noah supo desde el primer momento que ella era la indicada.
—Ahora sí que estoy feliz, como jamás lo estuve.
Allá voy, Elizabeth.
~×~
Sabía que su sobrina, en algún momento, se daría cuenta de que ella había sido parte de su vida y formación, y que lo apreciaría. Claro que eso no evitó la sorpresa de recibir una invitación formal a su boda. Aún así, su decisión fue muy fácil de tomar: iría a Londres aunque nadie más fuera con ella.
Mientras arreglaba su maleta para el viaje recordó el apellido del hombre quien se casaría su sobrina. El ese momento se dio cuenta: el futuro marido de su sobrina era, nada más y nada menos que, el padre del antiguo enamorado de su cuñada. No podía creerlo, Lincoln Yates había tenido yb hijo que se casaría con Elizabeth, la hija de la mujer que él tanto amó: Sarah Smith.
~×~
Un saludo, Zabeth_Bany.
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Maintenant si c'est de l'amour (PGP2023)
Historical FictionElizabeth se ve atrapada en una encrucijada. Alguien que la daño en el pasado y una nueva persona en su vida se encargarán de ponerla en una posición difícil. Todo lo que nunca quiso hacer parece ser la única manera de que sus seres queridos sean f...