1: Un regalo de buena fe

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YoonGi coloca la copa de cristal sobre la mesa de manteles blancos y mira al salón, lleno de personas importantes, todas las familias de mayor prestigio, esas que son cercanas a la corona, están allí, sonriendo, comiendo y bebiendo, todo eso en honor al cumpleaños de su padre.

El Rey GongYoo del Clan de los cánidos, y líder de la tribu Canis, está celebrando su sexagesimo aniversario, un número grande si se miran todas las batallas que ha ganado y sobrevivido hasta ahora, un número pequeño si se le ve el semblante fuerte y aún joven, aunque claro, no tan joven como sus dos hijos, los príncipes YoonGi y HoSeok.

Hay música suave en el aire y luces amarillas que hacen del lugar un espacio cálido y acogedor, algo difícil de lograr en un salón tan espacioso como el de aquella enorme mansión, que es por poco ya un castillo pequeño.

El ambiente es agradable y, fuera de las risotadas de algunos caballeros y el murmullo de voces, bastante pacifico, lo que a veces es imposible de alcanzar más si se evalúa el hecho de que se está en una situación donde la guerra amenaza con explotar al paso de los días.

Los Feliformes nunca han estado contentos con la porción de tierra donde nacieron y a lo largo de los últimos diez años esta aseveración se ha vuelto más evidente y más palpable para los Caniformes. Las tierras del Este de Baetis han recibido ataques más frecuentes por tropas del Oeste, cuatro en lo que va del año y apenas empieza la segunda mitad.

Por esta misma razón la fiesta no sólo es una forma de celebración de cumpleaños, sino también un modo para reunir a los Reyes y líderes de los demás clanes, y así discutir las estrategias y siguientes pasos a seguir para defender las tierras del Este, las tierras de los Caniformes. Y tal vez también para recibir a otros no tan deseados invitados.

YoonGi le ha puesto en claro a su padre que no pueden confiar en ellos y aunque el Rey le ha escuchado y dado parte de la razón, también le ha dejado ver que no pueden desperdiciar semejante ventaja contra el enemigo, aún si eso implica formar lazos políticos con ese clan. Y YoonGi ha tenido que estar de acuerdo al final sin embargo eso no le impide acercarse a su padre a eso de las tres de la mañana, cuando sólo quedan alfas y algunos betas dentro de uno de los salones privados de la casa y una de los mayordomos anuncia la llegada de los representantes del Clan de los Hiénidos.

— ¿Estás seguro? — Pregunta inclinándose cerca del líder.

— Es de nuestras mejores opciones. — Le responde sin más.

YoonGi suspira.

— Así como están traicionando a los suyos bien pueden traicionarnos a nosotros. — Dice YoonGi, mirando a la puerta que da al pasillo principal. — De los Feliformes las Hienas son los peores, ni siquiera los gatos con sus asquerosos encantos seductores y tramposas artimañas me molestan tanto como esos carroñeros inútiles.

— Yoon, calla. — Su hermano, HoSeok, le lanza una mirada reprobatoria, advirtiéndole que los invitados están cruzando la puerta.

Dos hienas hembras, vestidas en ropas de caza negra, sonríen y hacen una reverencia cuando se encuentran al centro del lugar, justo al frente del Rey y sus dos hijos. Sus ojos pequeños y sus grandes bocas les provoca escalofríos a más de uno de los presentes, que a pesar de ello son educados y devuelven el saludo.

— Mi señor. — Habla la que luce de mayor edad, que igual sigue siendo una mujer de escasos veinte años. — En nombre de mi Rey hemos venido para unirnos a su causa formalmente, mostrando nuestro respeto de forma humilde, con la cabeza gacha y la cola entre las patas, reconociendo el poder de su liderazgo y de los guerreros de su pueblo.

Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora