69: Te Amo

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~*~

Un repentino tirón en su nuca le arranca un gemido ahogado. Abre los ojos e instintivamente lleva una mano a su marca. Respira agitado y asustado. Angustia, dolor y adrenalina.

Siente a YoonGi lejano al otro lado de su lazo y JiMin teme lo peor aunque intenta mantenerse calmado por todos los medios de los que dispone. Se concentra y explora el delgado hilo que lo conecta con su esposo.

Escucha la respiración de SungHoon y SooHyun durmiendo a su lado. La leña en la chimenea cruje y el fuego crepita tenue en el silencio de la noche. HyeJin en la otra cama, completamente dormida. Él inhala y exhala y... ahí está. El latido salvaje y enérgico de su esposo. Acelerado, aterrado pero vivo.

JiMin sonríe y extiende el brazo para atraer a sus pequeños cachorros a su regazo, apretándolos contra su pecho mientras escucha sus pequeños corazones latir en medio de pucheros. Lágrimas de alivio resbalan por su mejilla.

Vivo. Todos están vivos.

Cuando considera que está haciendo demasiado ruido al sorber la nariz decide que es prudente salir un momento de la habitación. Acomoda bien a sus niños con almohadas y mantas y sale muy despacio, pisando con cuidado para evitar que alguno de los tablones del suelo rechine.

Se lleva consigo un abrigo y al cerrar la puerta de la habitación da de frente con el silencio y la quietud de la casa. Oscura y vacía de la actividad humana. Todos duermen, nadie escucha.

Casi no ha salido de la habitación que le fue puesta a su disposición y sinceramente rondar ahora mismo a mitad de la noche lo hace sentir aún más como un maldito intruso. Él no es parte de este lugar y lo sabe perfectamente. En este sitio no es más que un extraño.

Asqueado de esa sensación llega a la conclusión que sería mucho mejor tomar el fresco de la noche que quedarse rondando una casa que no es suya. Tal vez la fría nieve le ayude a calmar sus emociones y así transmitirle un poco de paz y tranquilidad a su esposo, el cual deduce, está en medio de un enfrentamiento.

Decide colarse por la puerta trasera de la casa, la que asume ha de estar en la cocina. Podría simplemente salir por el frente pero sinceramente no quiere lidiar con la vigilancia de SooBin o JungKook en estos momentos.

Así que se escabulle, silencioso, muy silencioso y la luz de la Luna lo acaricia al hundir sus pies enfundados en gruesas botas sobre la nieve. Hace frío, demasiado en verdad, pero eso es justo lo que necesita para aliviar su tormento.

En realidad cuando llegó al pequeño pueblo de la costa no se dio el tiempo ni el interés por explorar más allá de la propiedad de los Park. Lo más que se había atrevido a conocer con la mirada era el jardín rodeado por la cerca blanca, la casa y el cielo sobre esta. Nada más. Sin embargo sabe que están bastante cercanos a un acantilado. SooBin se lo ha dicho después de pedirle que explorará los alrededores y es obvio, desde donde él está, se puede escuchar el mar.

JiMin casi no recuerda el mar. Sus vagas memorias apenas le alcanzan para hacerse una imagen de cómo debería ser, la última vez que su piel toco el agua de las olas fue cuando tenía, por mucho, unos cinco años. Cuando la mitad de sus hermanos aún no nacían y su padre lo cargaba en sus hombros ayudándolo a fingir que era un gigante como los de sus cuentos. Mucho tiempo atrás antes de que su vida se arruinara.

Camina sobre la nieve, entrelazando los brazos contra su barriga ahora prácticamente repuesta, vacía e inerte en su interior. El viento le rasguña un poco la piel pero no le importa, sólo necesita llenarse el pecho de cualquier cosa que no sea remordimiento, arrepentimiento y temor. Sólo quiere descansar, sanar un poco.

Se concentra tanto en su andar que prácticamente no distingue los pasos que lo siguen de cerca y cuando llega al borde y se sienta en un montículo duro y escarchado ella ya está a su lado.

Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora