JiMin mira a sus pies que descansan sobre la hierba fría, con las hojas llenas de pequeñas gotículas del rocío invernal. Está descalzo y aun así no siente frío más su cuerpo tiembla cuando escucha a alguien caminar detrás de él. Se gira y no hay nadie allí, solo un túnel infinito de árboles. De nuevo la hierba cruje y él gira a otra dirección, una silueta blanca de cabellos largos y rubios se pierde detrás de los árboles y JiMin la sigue.
Reconoce esa suave risa que el viento arrastra hasta sus oídos y no puede evitar que el corazón se acelere en busca de la fuente. SooHyun ríe de nuevo y pasa junto a él pero no alcanza a tomarla, todo de ella se cuela entre sus dedos como una fina niebla. La sigue tanto como es capaz hasta que ella se detiene en un pequeño claro. SooHyun le da la espalda mientras alza la cara para que el sol le bañe el rostro con sus delicados rayos. JiMin la mira y se acerca con cuidado, dándose cuenta que están ambos rodeados por arbustos enormes y llenos de Bayas doradas, tan doradas como las hebras de cabello de su adorada amiga.
Estira su mano para tomarla del hombro pero una vez más sus dedos atraviesan la carne inexistente, sólo ilusoria, de SooHyun. Sin embargo, en contra de que no puede tocarla ella parece sentirlo pues se da la vuelta y le sonríe. JiMin recuerda esa sonrisa, esa boca, esa voz. Es la misma SooHyun que le cantó todas las noches para hacerlo dormir, la que con su imaginación construyó mundos y cuentos donde ellos dos no eran más unos presos. Ella le acaricia el rostro (o eso parece hacer) y le dice "hola".
JiMin está tan contento que no duda en abalanzarse a ella y finalmente sus cuerpos se tocan, no obstante algo se interpone. Él baja la mirada y encuentra el enorme vientre del embarazo que ella está cursando. Alza la vista otra vez y el corazón se le rompe. SooHyun ahora luce no sólo triste sino destrozada, con la cara tan delgada, sus labios secos y los ojos hundidos, tan fatal que incluso parece muerta. Ella llora en silencio y mira a sus propios pies, JiMin le imita y todo se mancha de sangre, su ropa, su piel, el césped y la tierra.
JiMin intenta ayudar a SooHyun, pide ayuda, grita que ella se desangra pero nadie viene ayudarlos, nadie los escucha, porque a nadie le importan, ellos son insignificantes. Están solos como siempre lo han estado, sólo se tienen entre ellos y JiMin no va a dejarla. Por eso la toma y arrastra con él, pero la sangre que ahora se extiende e inunda el bosque se traga cada paso que da. Ella se hunde en la tierra roja y las Bayas doradas flotan. SooHyun cierra los ojos y deja de impulsarse. JiMin tira de ella y grita mientras llora.
— ¡SooHyun! ¡SooHyun!
Llama cuando lo único a la vista es su mano unida a la suya, un mar de sangre negra en el bosque. Tiene que salvarla. Tiene que gritar más fuerte. Y lo hace.
— ¡SooHyun!
Entonces jala aire y despierta temblando, llorando y lleno de sudor. La oscura habitación está llena de muebles pero a la vez tan vacía. Se cubre el rostro y llora con desconsuelo tal como ha hecho por los últimos cinco días, desde que el príncipe YoonGi volvió con el cuerpo sin vida de SooHyun.
Lo han hecho verla una sola vez y con ello aún tiene grabada su imagen, vívida y detallada. Su cabello amarillo hecho una maraña de nudos, roto y opaco; su piel seca, rasguñada y pálida; su vientre lleno e hinchado. Sabía que ella estaba embarazada, es decir, siempre lo estaban.
Sus restos podridos ahora descansan en una tumba al pie de la colina, muy cerca del castillo con una lápida donde se ha grabado su nombre y en la que han osado también colocar un epitafio (así le han dicho que se llama) donde se puede leer la asquerosa palabra de "madre".
JiMin se abraza con fuerza y grita en silencio porque los odia, los odia a todos con su corazón, porque les hicieron daño, porque los utilizaron y porque al final también los han matado. Ya no quiere sufrir más, está cansado de esta vida llena de miseria, de dolor y de abuso. Y él sabe cuál es la solución a todo esto, si su cuerpo es la causa de todo lo malo que hay en su vida entonces va a destruirlo para que nadie, aunque lo intenten mil veces puedan utilizarlo más. ¿Y que si se muere en el proceso? Nada podría ser peor que todo esto.
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Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~
Hayran KurguUn príncipe lobo prospecto a Rey y un joven zorro blanco se encuentran bajo las circunstancias más tristes, y aún así, su amor florece sobre una gruesa capa de nieve. Advertencia: Cambios en la fisionomía genital de algunos personajes. YoonGi Alfa...