— Ha tenido suerte. — Dice el doctor. — Dos milímetros más arriba y hubiera perdido la visión del ojo, ese zorro es casi una fiera.
— A que sí. — Responde riendo ante el hombre, que para ser un alfa de su misma edad le trata como mucho más joven.
— No veo cómo le hace gracia, señor.
¿De verdad que no lo ve?
— Bueno, después de lo que le han hecho es de esperar que no confíe ni en su propia gente, lo cual creo está bien. El que se defienda con esta furia. — Señala su ojo. — Es lo mínimo que debería hacer por sí mismo, ¿No cree usted?
— Supongo que tiene razón mi Señor.
— Por supuesto que la tengo.
~*~
La nueva habitación es casi del mismo tamaño que la anterior pero es muy diferente, esta tiene una ventana enorme que va del suelo al techo y que da para un balcón. La pintura de las paredes es blanca, así como la ropa de cama (que por cierto le parece enorme) y las cortinas. Hay salpicones de color azul y verde, desde algunos adornos como jarrones hasta mullidas almohadas decorativas. Pero lo que más sorprende a JiMin es que hay un baño dentro de la habitación y el cual le han dicho es sólo para él.
La doctora lo ha revisado de pies a cabeza, le dice que se ve mejor más debe seguir descansando, y no montar líos como el de hace un rato. Ella dice que lo van a cuidar pero JiMin ya ha escuchado eso antes así que le es muy difícil confiar. Aún así entiende que no tiene más opción pues no parece que le vayan a dejar ir facilmente y la verdad es que está muy cansado como para querer escapar o al menos intentarlo, otra vez.
Igual le dan ganas de creerle a la doctora cuando llegan dos señoritas vestidas con ropas casi iguales, dejando sobre la cama un conjunto de pantalones negros y camisa blanca, ropa para él. Dicen que le ayudarán a vestirse y JiMin solo puede preguntarse porque rayos harían algo como eso. Pero lo hacen, literalmente lo visten, y no sólo eso, también le peinan y limpian del rostro las lágrimas secas.
— Que ojos tan bonitos. — Le dice una de ellas, la de cabello negro, tan largo que le llega hasta la cintura.
— Gracias. — Responde, apartando la mirada y sintiéndose inmensamente incomodo.
Él detesta sus ojos, los odia porque lo hicieron demasiado especial, demasiado exotico.
JiMin suspira, justo cuando cree que lo dejaran a solas pero eso no pasa, lo que sí sucede es que la otra chica va saliendo de la habitación solo para volver con un carrito metálico con un mantel blanco y encima de este utensilios igual de metal. El traqueteo le asusta un poco pero cuando las mujeres pasan esas cosas a la mesa de la habitación se alivia pues no es otra cosa más que comida.
Platos pequeños con un montón de cosas que él lejanamente alcanza a reconocer. Son muchos colores y muchos olores que no sabía podían estar juntos. La doctora le dice que debe comer para recuperar fuerzas así que lo lleva y lo sienta con cuidado frente a esa mesa redonda para dos. Mira la comida pero más a ese vaso de líquido blanco. A JiMin no le gusta la leche, de hecho odia la leche. No quiere beber un vaso más de esa cosa en lo que resta de su vida.
Así que come de a poquitos bajo la mirada de esas tres mujeres pero evita deliberadamente tocar siquiera esa bebida. Espera que no lo obliguen a tomarla, lo espera tanto que apenas disfruta un poco el resto de la comida, la verdad es que está comiendo por inercia y no por conciencia propia. Come muy poco pero siente que ya no le cabe más ¿Cuándo fue la última vez que se sintió así de lleno? No llega a una respuesta pues alguien toca a la puerta. La chica de cabello claro abre y hace una reverencia al hombre de hace un rato, al que ha cortado con el cristal.
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Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~
Fiksi PenggemarUn príncipe lobo prospecto a Rey y un joven zorro blanco se encuentran bajo las circunstancias más tristes, y aún así, su amor florece sobre una gruesa capa de nieve. Advertencia: Cambios en la fisionomía genital de algunos personajes. YoonGi Alfa...