Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~

Epílogo

Bajo sus párpados cerrados JiMin flota mirando las estrellas. Jamás nadie le dijo que era posible tocar el mismísimo cielo con solo un par de succiones de la boca de su esposo, quien agazapado contra su pecho lactante le saca hasta la última gota de su leche.

JiMin alcanza a abrir los ojos justo a tiempo para observar el sonriente rostro de su amado alfa mientras limpia con su lengua la última gotita blanca que sale de su pezón.

— Me encanta beber de tu leche —murmura YoonGi al tiempo justo que se derrama por tercera vez dentro suyo, ambos aún anudados— Qué alivio que no puedas embarazarte mientras amamantas.

JiMin sonríe con complacencia mientras acaricia el rostro y cabello de su esposo. Ambos besándose tiernamente mientras una suave costra se va formando sobre la marca recién hecha de su cuello.

—¿Deberíamos tener más bebés? —pregunta JiMin con la emoción que le produce imaginar su barriga llena de cachorros otra vez.

—Oh mi amor —ríe YoonGi nervioso al abrazarlo y besarlo—. Sabes que me encanta tener bebés contigo, me fascina en realidad, los amo tanto, mi lobo se pone tan contento al igual que yo, pero diez cachorros ya hacen de la casa un desastre. Suran y JiEun apenas se dan abasto para cuidarlos y dejar que nosotros hagamos el amor de vez en cuando. Y en cuanto TaeHyung dé a luz en unos meses él tampoco podrá ayudarnos, todo lo contrario, necesitaremos más niñeras, ya ves que HoSeok bien pudo haberlo embarazado con gemelos. Sería bueno si pudiéramos esperar unos años ¿No crees, amor?

Qué disgusto. Piensa JiMin por un momento mientras hace un mohín con los labios aunque después la mente se le aclara y admite que YoonGi tiene razón. Son muchos bebés en casa ya y él tampoco se da abasto entre todos sus hijos.

— Está bien —sonríe JiMin—. En unos años.

Cuando el nudo desaparece él y YoonGi se recuestan aunque no se sueltan, siguen abrazados, besándose y acariciándose. Descansando un poco antes de seguir haciendo el amor. Como padres necesitan aprovechar al máximo sus tardes libres.

—¿No quisieras recuperar a tus otros cachorros? — Pregunta YoonGi de pronto—. Sé que ya lo he preguntado varias veces durante estos años pero... ¿No has cambiado de opinión?

JiMin niega y juega sus dedos en el pecho firme de su esposo.

— No son míos, los parí, sí, pero ellos tienen sus propias familias y el que me hayas ayudado a saber que están bien me basta. Estoy bien con mi pequeña familia aunque de pequeña no tiene nada.

Su Rey asiente y lo besa de nuevo, primero lento, luego necesitado. JiMin se recuesta debajo de él y le permite deslizarse por su abdomen caminó abajo, dándole refugio a la lengua de YoonGi entre sus piernas por cuarta vez en lo que va de su tiempo en la cama.

Sin embargo, mientras YoonGi le hace el amor con la boca y JiMin suspira, sigue pensando en las palabras de su esposo

Tal vez podría... Solo tal vez.

...

Poco después del parto del Príncipe Consorte TaeHyung, JiMin al fin se ha decidido a dejar a sus pequeños príncipes al cuidado de YoonGi y todas las nuevas nanas que contrataron para el cuidado de los trece príncipes más jóvenes, incluyendo a los hijos de NamJoon y HoSeok, para emprender un viaje que pronto llegará a su fin.

Mira a su acompañante y del otro lado del carruaje. JiYeon luce muy concentrada en el libro que lleva leyendo en sus manos.

—¿No has leído ya por tercera vez esa novela? —pregunta sonriendo y JiYeon le devuelve el gesto.