Después de días JiMin finalmente ha sido capaz de tener una noche tranquila. Ha dormido en compañía de YoonGi y sus cachorros entre ellos dos.
Claro que durante la noche derramó algunas lágrimas, en silencio y abrazando a sus bebés pero no lloró, al menos no por mucho tiempo.
Ahora, más tranquilo y más descansado (dentro de lo que cabe) va de camino al comedor, lugar donde se supone deberá conocer a Kim HyunAh y su esposo, que según sabe, está en cinta próximo a dar a luz en las siguientes semanas.
No quisiera tener que bajar y hablar con un par de desconocidos, incluso YoonGi le ha dicho un par de veces que no es necesario que lo haga pero JiMin sabe que es una tarea que está dentro de sus responsabilidades y que como señor de la casa, más aún, como rey, debe cumplir.
Así que sin más ánimo que el requerido baja las escaleras, aun acomodándose la camisa después de haber amamantado a SooHyun y SungHoon y se dirige a su destino. Ya en el lugar varios rostros familiares y otros completamente nuevos, lo reciben. HoSeok, NamJoon y SooBin están allí, pero también una mujer y otro hombre, acompañados de un par de guardias.
—Su Majestad Park—anuncia un mozo cuando entra, haciendo que todos a la mesa se levanten y lo reverencien.
Incluido el joven embarazado. De pronto JiMin se ve a sí mismo en él.
—Un placer conocerlo al fin su majestad —dice la mujer de labios delgados—. Mi esposo y yo le deseamos que esté pasando una mañana excelente.
—Agradezco sus buenos deseos, Emperatriz —responde con media sonrisa.
JiMin voltea a mirar a su esposo y el alfa le sonríe con la misma tristeza, pidiéndole que se siente a su lado. Él simplemente cede.
Pasa el desayuno en silencio, medio picando la comida de su plato medio escuchando la conversación que sostienen la emperatriz y su esposo, donde los príncipes participan esporádicamente.
—¿Entonces ya ha comentado al respecto con su esposo? —pregunta ella, haciendo que JiMin repentinamente decida prestar atención.
YoonGi lo mira y se remoja los labios, tensando sus hombros mientras deja los cubiertos sobre la mesa. El lobo suspira. JiMin espera.
Sigue el hilo de la explicación con algo de dificultad, lo cierto es que su mente aún está demasiado dispersa sin embargo con algo de esfuerzo logra entender lo más importante. Sobre todo cuando la palabra veneno resuena entre los cristales del desayunador. Entonces si hace unos segundos estaba tranquilo ahora ya no puede estarlo.
—No puedes ir —declara, sintiendo correr el terror por cada una de sus venas una vez más—. No puedes dejarnos.
—JiMin... —suspira YoonGi.
—Los Alfas tienen la obligación de proteger a sus manadas —señala la leona como si ese fuese un dato desconocido para JiMin.
Él le hace frente, con los puños apretados a sus dos costados, aun en su asiento.
—Y la obligación de proteger a su omega o gamma, y a sus cachorros —agrega.
—Usted es Rey, Su Majestad, así que debe entender que su pueblo va mucho antes que usted y sus hijos.
—No creo que usted sería capaz de abandonar a su esposo preñado por la seguridad de su pueblo.
—Usted no me conoce, no sabe de lo que soy capaz.
JiMin la mira a los ojos. Fría, desalmada y atroz. Eso es ella y más. Ella sonríe.
—Además no le ha permitido terminar de explicar a su esposo —apunta—. Si un Alfa debe proteger a su gamma, ¿No este debe retribuir el gesto con absoluta sumisión y obediencia? Usted no es un gamma común, parece olvidar su lugar por debajo de la jerarquía.
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Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~
Hayran KurguUn príncipe lobo prospecto a Rey y un joven zorro blanco se encuentran bajo las circunstancias más tristes, y aún así, su amor florece sobre una gruesa capa de nieve. Advertencia: Cambios en la fisionomía genital de algunos personajes. YoonGi Alfa...