31: Acciones Correctas

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🌨️❄️ Se van a ir para atrás. ❄️🌨️

~*~

YoonGi mira al suelo de piedra y escucha a todos los nobles que están en el interior del templo sagrado de Luperca, así como también puede escuchar a su pueblo que espera al pie de la colina, tocando música que despide su actual etapa de príncipe. La noche va cayendo lentamente sobre la ciudad y en pocos minutos la luna será visible desde la galería del templo. La transición de príncipe a Rey coincide con la transición de día a noche durante la ceremonia, con la Luna como testigo máximo del evento.

Espera largos minutos, con la capa ceremonial ya puesta que es de un color perla en representación de la luz lunar. Respira profundo y procura mantener su mente en blanco. Lo haré bien. Se dice a sí mismo varias veces en un autoconvencimiento forzoso de que está listo para ascender. Escucha el sonido de flautas y sabe que es el momento. Las puertas de la ante-galería se abren y frente a él se levanta el hermoso interior del templo, decorado en las paredes con runas sagradas de color plata que cuentan la historia de sus ancestros. Al fondo el Altar Mayor luce majestuoso, con el atardecer naranja entrando por las tres ventanas que van desde el suelo hasta el techo.

YoonGi traga saliva y da el primer paso. Camina con la mirada al frente, recto mientras atraviesa la nave principal del templo. Según el protocolo no debería desviar en ningún momento la vista del altar y procura no hacerlo por la mitad del camino. Pero su corazón le traiciona apenas distingue el destello de cabello rubio (casi blanco) de JiMin, quien allí parado en medio de la gente le mira. Es sólo un segundo entre que sus ojos van y vuelven, y con eso le basta para darse cuenta de que JiMin, aunque sonriendo tiene una mirada afligida.

Dios, quisiera decirle que lo lamenta tanto por haberle hecho esto. Inhala profundo, no es momento de pensar en ello sin embargo cuando se detiene en el presbiterio, a sólo dos metros de distancia del altar es que quisiera dejar todo allí y simplemente abrazar a JiMin con todas sus fuerzas. YoonGi tiene que controlarse. Dos sirvientes del templo se acercan a él y ayudan a acomodar su manto plateado conforme se hinca en su lugar designado.

La sacerdotisa, una loba alfa, da pie a la ceremonia y YoonGi tiene que repetir en silencio que está bien, que todo está bien. Que no tiene miedo y que está listo para asumir el puesto, porque no está solo. Tiene el apoyo de su hermano, y más aún, tiene a JiMin a su lado. Tiene lo necesario y suficiente, repite.

Él será Rey.

~*~

JiMin aún sigue impresionado por la ceremonia. La señorita ByulYi le había explicado bastante al respecto días atrás sobre tal evento y la importancia que tenía para el clan. Es un suceso lleno de magnificencia que enaltece el poder del Rey, había dicho la profesora pero JiMin jamás imaginó la magnitud de ello. En su mente se repite cada escena, cada sonido y cada olor. Rezos, cánticos, objetos y bebidas sagradas. Tan complicado y tan exacto. Y luego de eso, la corona brillando sobre la cabeza del Rey YoonGi mientras la luz de la luna baña cada rincón del templo, haciendo resplandecer a las runas sagradas. Las runas de la historia de los Canis.

Lamentablemente ni siquiera el pensar constantemente en ese momento es lo bastante para distraer a JiMin durante la fiesta de celebración. Porque las miradas y los murmullos son por mucho intensos e imposibles de ignorar. Creyó que la celebración quitaría la atención de él pero ya se ha dado cuenta que no es así, menos cuando nota que varios omegas de la nobleza, tanto hombres como mujeres, le miran con desprecio. Tal parece que el hecho de que esté sentado a la mesa esperando el banquete junto con ellos es motivo de ofensa. Ya ni se diga de los sirvientes.

Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora