2: Red de prostitución

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Ha sido una noche larga para los médicos pero el joven zorro ahora se encuentra estable, lo suficiente para que sean los sirvientes quienes lo vigilen y atiendan hasta mejorar su estado. O que por lo menos despierte y pruebe algún alimento.

Al final la conmoción ha sido tanta que el Rey y sus allegados se han visto en la penosa necesidad de despachar a los demás clanes antes de poder montar alguna junta. El asunto que las hienas han explicado resulta demasiado como para poder ignorarlo. YoonGi escuchó todo atentamente y al igual que todos le costó creerlo.

De acuerdo al único testimonio de las hienas, tres noches atrás, los gatos, a orden de su general, allanaron una casa en el área limítrofe que separa Este y Oeste, una vieja casona en las montañas con muchos zorros viviendo en ella. Hasta donde ellos supieron sacaron a todos quienes vivían allí, lo que incluía a unos treinta zorros omegas. Los gatos se llevaron a los deltas para usarlos como esclavos en alguna actividad desconocida, en tanto entregaron los omegas a las hienas para su custodia y transporte al reino de los leones, cosa que hicieron al pie de la letra hasta que uno de los zorros se transformó intentando huir. Recapturaron al zorro blanco y cuando notaron lo especial que parecía ser, es decir, pocas veces se ve un zorro ártico azulado, supieron que debían entregarselo a sus casi aliados los lobos, a manera de reforzar, según ellos, sus lazos militares.

Entonces aquí está YoonGi, sentado a la mesa de juntas con un montón de Vulpinos que aún no comprenden o tal vez no quieren comprender el por qué habría una casa con actividad en esa zona de la tundra, discutiendo casi que acaloradamente con el Cacique de los zorros.

— ¿Realmente no lo entienden? — Dice YoonGi exasperado. — ¿No han escuchado lo que el doctor dijo? Ese omega ha sido violado reiteradas veces y hasta donde podemos entender lo han hecho abortar de algún modo, o eso es lo que parece. Treinta omegas viviendo en el sótano de una casa, lejos de cualquier otro pueblo, y más importante aún, sin el conocimiento de ustedes que manejan la tribu. Es claro que algo muy turbio sucedía allí.

— ¿Qué insinúa usted? — Habla el viejo zorro cuyo nombre es Siwon.

— Prostitución, hablo de una red de prostitución, asunto el cual reitero no es posible que no hayan conocido antes.

— Créame que no hay modo de que ese sea el caso. — Responde aquel hombre. —Debe haber otra explicación y me gustaría esperar a que ese omega despierte y nos dé su versión, y me gustaría que usted guardará sus insinuaciones hasta no conocer toda la versión de los hechos.

— Es que hay que ser imbécil...

— ¡YoonGi! — El Rey golpea la palma sobre la mesa en única advertencia a su comportamiento.

HoSeok lo mira sin expresión desde el otro lado de la mesa, recordandole de algún modo que, no importa que tan alto este su sentido de la justicia o que tan estúpidos sean con quienes habla, como heredero a la corona debe siempre adoptar la mejor de las posturas y eso incluye guardar siempre respeto a sus súbditos.

El anciano prosigue:

— Además la clase de zorros que describieron, a excepción del que está durmiendo arriba, no son árticos, ni siquiera cercanos a la tundra, no es su hábitat natural.

— Pues estaban allí. — Responde HoSeok, expresando lo que su hermano quiere decir.

— Eso no prueba nada, es decir. — El hombre ríe nerviosamente. — Les estamos creyendo a unos feniformes, son parte del enemigo.

— Las hienas son aliadas. — Declara el Rey con severidad. — Y tanto a eso hemos de confiar en su palabra.

La sala guarda silencio, todos poco convencidos pero incapaces de contradecir a su monarca. El aire se vuelve tenso más dura poco pues la quietud se ve interrumpida cuando un omega, un joven mayordomo, abre el par de puertas, viéndose alterado y nervioso.

Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora