Tan azul como la nieve ~ Adaptación al YoonMin~

19: Los registros familiares

El cuerpo de JiMin aún sufre estragos y las gotas de sangre que esporádicamente encuentra en su ropa interior dan fe de ello. El doctor no le dicta reposo absoluto más si que evite agitarse y hacer esfuerzos, no obstante, dado que no es un sangrado de gravedad, dice que no hay que preocuparse más si cuidarse, estando atentos a cualquier cambio. Pero hay algo que queda claro con el paso de los días y con esas pequeñas manchas rojas, y es que JiMin, al parecer, ha logrado su cometido. Ya nadie dice nada al respecto, ni siquiera el mismo JiMin, pues no hay cosa alguna que se pueda hacer para remediarlo. Está hecho y es todo lo que hay ahora, lo que más le queda es seguir con su vida tal como la doctora le recomienda constantemente.

Y JiMin hace caso de ello y lidia con la pérdida a su manera, leyendo, comiendo bien, pasando sus mañanas con la señora Shim y visitando por las tardes a SooHyun. Así, antes del almuerzo de hoy, JiMin se lleva con él un libro que recién ha encontrado en la biblioteca. Cree que será del agrado de SooHyun, seguro que sí o al menos eso espera.

Al llegar a la tumba lo primero que hace es limpiar todo resto de suciedad que haya sobre esta, eso incluye hierbajos y un poco de tierra, algunas hojas y demás, aunque en realidad no hay mucho que quitar puesto que repite la acción diariamente. También cambia las flores viejas y pone unas nuevas, tarea que es difícil por la temporada de otoño, donde las plantas apenas florecen con mucho cuidado y mucho esfuerzo. Pero JiMin se las arregla bien aunque le preocupa que hará cuando llegue el invierno.

Intenta no pensar mucho a futuro y concentrarse en el ahora, en el libro que está en sus manos y leer. JiMin hace eso. Así que lee y no hace otra cosa por lo que le sigue de hora y media. Sigue línea tras línea, letra tras letra y espacio por espacio, pero lo hace tan desastroso que incluso se avergüenza de sí mismo. Es un libro complicado, de muchas hojas y un lenguaje que poco entiende, pero se esfuerza, tiene que hacerlo porque esta clase de libros es lo que un joven como él debe leer y más porque es lo que SooHyun se merece escuchar.

En el tiempo que pasa ahí tropieza desastroso con cada cinco palabras más no se rinde y cuando menos se da cuenta ha avanzado seis páginas enteras, no es ni medio capítulo más es algo, bastante de hecho. JiMin espera poder hacerlo mejor con el tiempo. Cuando decide que es suficiente por este día se despide de SooHyun con una sonrisa triste y le promete que volverá mañana. Entonces se levanta y se dispone a ir de vuelta al castillo.

Es el momento exacto que alza la mirada y la cruza con la mirada marrón del príncipe YoonGi. El alfa está parado bajo la sombra de un árbol, sonriéndole con ese par de ojos oscuros a los cuales JiMin ya ha sorprendido en más de una ocasión intentando robarle sus suspiros. Pero hoy tampoco va a permitirlo, así que calma a su corazón y camina hasta él, abrazando el libro contra su estómago y sonriendo con una reverencia.

— ¿Lleva mucho tiempo aquí, mi señor? — pregunta, retomando tan extrañamente esa formalidad que ni él mismo entiende el cambio.

— Muy poco en realidad. —confiesa el alfa ignorando por completo el cambio en que se dirigen entre ellos, retomándolo. — No quería interrumpirte.

JiMin no sabe si debe agradecer pero se queda callado mirando a otra parte que no sea a YoonGi, pues últimamente le pone muy nervioso. Escucha al príncipe hacer un ruidillo y no puede evitar mirarlo. Este extiende su mano al libro y con amabilidad lo toma.

— No es lo que habitualmente lees. —dice leyendo la primera hoja donde está el título. — Este es un cuento largo.

JiMin lo toma de vuelta y sonríe poco.

— SooHyun adoraba las historias de fantasía, creí que esto sería mejor para ella.

Se miran.

— Apuesto que le gustara. — responde YoonGi.