Intermedio: El Monólogo de una Hermana

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Mi hermana fue castigada, pero gracias a mi padre ella no fue asesinada. En su lugar se decidió condenarla a reencarnar en la tierra como una humana.
Ese castigo es uno muy peculiar.
Nuestros ancestros eran humanos, pero gracias a una cierta entidad poderosa conocida como el Dios Ancestral se nos dió la divinidad.
Si eres degradado a un humano se podría decir que pierdes la aprobación del Dios Ancestral.

-Rei.

De repente me llama mi padre.

-¿Qué sucede padre?

-Vigila a Yurehime.

-Claro ¿Algo más?

-Es todo.

Mi padre Amaterasu tiene muy mimada a mi hermana, incluso aunque ahora está castigada, la sigue protegiendo de otras maneras, incluso dejo la espada Hisou de ella en la tierra.
Realmente esa actitud suya solo arruinó a mi pobre hermana, volviendola caprichosa y rebelde...
Pero no tengo envidia, quiero a mi hermana tal y como es, y con mucho gusto voy a observarla en la tierra.

Actualmente debería estar en el útero de alguna humana sobreviviente de los asentamientos humanos que ella salvó del terremoto. Uso mis poderes eléctricos y me retiro volando en dirección a la tierra.

La Humanidad de una CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora