Capitulo 25: La Tesis del Ángel Cruel

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Mi nombre es Yumemi Yagami.

Tengo 27 años y soy profesora de física súper unificada en la universidad de Kyoto Japón.

Eh sido alabada en múltiples ocasiones por mis trabajos que han beneficiado a la humanidad, entre ellos proponer una patente de la nave de curvatura que permitirá viajar más rápido que la luz

Desde niña sabía que era especial. Mis notas eran superiores a la de mis compañeros de clases y solía dedicar mi tiempo en novelas de ciencia ficción. Además no solía socializar mucho con la gente y no podía mantener una conversación por mucho tiempo.

Soy joven y de piel clara, peliroja y bastante seria. Suelo pensar en la naturaleza del mundo que me rodea, a menudo describiendo  lo hermosa que es. Quizás nunca sepa si hay un dios allí afuera ya que solo soy una simple humana, pero si el creo los hermosos pájaros que cantan cada mañana, le estoy muy agradecida.

Sin embargo, también soy responsable de alterar al mundo.

Hace dos años empecé a estudiar en colaboración con la Universidad de Tokio para matar las plagas de mosquitos que existen en todo el mundo.

El resultado de nuestra investigación fue la de un mosquito genéticamente modificado que solo diera descendencia estéril. Con una gran cantidad de estos insectos genéticamente modificados, la población de los mosquitos bajaría drásticamente.

No sabía lo que había hecho. Ni siquiera yo misma me lo creía cuando ví la noticia.

Los mosquitos fueron extintos.

Todos los involucrados en el proyecto fuimos juzgados, pero afortunadamente ganamos el juicio después de probar que los mosquitos están mejor extintos que vivos.

Aún así, me dolía la conciencia.

Soy una hipócrita.

Pensaba que ayudaba a la humanidad a evitar la propagación de enfermedades mortales como el Dengue o la Malaria.

Pero todo lo que eh hecho es moldear al planeta a la visión idealista que yo tengo.

Sin darme cuenta, estaba involucrada en un genocidio a la naturaleza y su perfecto equilibrio y sabiduría...

No... Estoy mal. Soy una hipócrita.

Muy en el fondo de mi ser estaba engañándome, fingiendo ser dios y decidiendo sobre la vida de otros seres vivos.

Pero luego me puse a pensar...

¿Tiene sentido todo lo que hago?

Al final este planeta y toda la vida que exista desaparecerá, aún si viviera varios siglos, solo vería a mis seres queridos morir lentamente y observar como los pájaros que cantan cada mañana en la ventana de mi casa se extinguen.

El sol se volverá una gigante roja y nuestro mundo desaparecerá.

Solo soy una hipócrita que está intentando imponer una moral inexistente a la naturaleza.

Incluso si los humanos desaparecieran de este mundo, eso no evitaría que todo lo que conosco perecerá.

No tengo más opción que tomar las consecuencias de mis acciones y convertirme en un ángel cruel, pero tengo miedo de convertirme en lo que más odio...

Siento que todo lo que eh logrado no tiene sentido ante la inmensidad del universo.

Me pongo a llorar en el acto.

¿Tiene algún sentido seguir trabajando en ayudar a la humanidad?.

—En estos momentos quisiera que dios envié a uno de sus ángeles para que me dé una respuesta...

Después que murmuré esas palabras, dirijo mi atención al cielo nocturno. En ese momento visualice un objeto cayendo del cielo.

Bromeando, dije que era el ángel que me envió dios.

Poco sabía que en realidad si era un ángel.

La Humanidad de una CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora