—Hemos llegado.
Tsukuyomi me revela la entrada al lugar más profundo del Makai.
Oculto entre una gran cantidad de soldados, encuentro un lugar muy protegido que los demonios procuran ocultar a toda costa.
Es momento de actuar.
Asesino sigilosamente a los guardias de la entrada con mi arma divina... Cierto, está arma me lo dió mi hermano Susanoo... La espada Kusanagi.
Con esto mi deuda con el queda totalmente pagada y nuestros conflictos quedaron en el pasado... Pero se negó a regresar al cielo.
Lo más extraño es la manera en la que me habló... Cómo si se estuviera despidiendo para siempre...
La verdad hasta me dió miedo la personalidad que adoptó.
Para ser honestos, no es de mi incumbencia, pero es raro que se volviera tan cercano a mi hija.
—Amaterasu, entremos con cuidado.
—Si.
Tsukuyomi empieza a usar su habilidad especial de ilusión, lo llama "Falsa Fantasía" en la cual induce al objetivo en una ilusión muy real.
Es una habilidad aterradora.
Entramos con cuidado y llegamos a una sala extraña... Había objetos que nunca había visto en mi vida, pero entre todos ellos pude reconocer uno en particular.
—¿Un tanque?
—Y no solo eso, mira allí Amaterasu.
Mi hermana Tsukuyomi me señala en dirección a un lugar donde claramente es usado como una mesa de trabajo, pero no cualquiera, ya que posee varios instrumentos peculiares que utilizan tecnología.
—Ya veo... Los demonios estaban investigando sobre las armas prohibidas, eso explica mucho —Dice mi hermana con total naturalidad.
Las armas prohibidas son los objetos que existían en el pasado creados por los humanos de esa época. Estos fueron totalmente destruidos por una orden directa de la diosa ancestral Cronoa.
Hasta el día de hoy sus advertencias sobre estas cosas siguen existiendo entre los dioses.
Aquel poder puede conducir al desastre.
No queremos causar ningún acto imprudente, así que prohibimos esos artefactos.
Pero veo que ellos tenían acceso a esa tecnología. ¿Cómo es posible? Solo un dios que vivió en esa época tendría la capacidad de construir estas armas, y dado que la mayoría murió en el Ragnarok hace bastante tiempo, solo Hecatia sabría de esta tecnología... Probablemente, ya que ningún dios le interesa en lo más mínimo estos juguetes.
—Vaya vaya, parece que el evento principal ya ha comenzado...
A lo lejos veo acercarse a un demonio.
Es Belcebú, el líder del Makai, el señor de la gula, aquel que solo busca a los humanos para ser devorados.
—¿A qué viniste? ¿A morir? Sabes que es imposible en tu estado actual vencernos.
Debido a que peleamos en innumerables batallas, el siempre se las arreglaba para escapar, a pesar de ser un dios demonio, es bastante patético a mi parecer. Pero no lo culpo, los Celestial somos dioses de alto rango, incluso varios dioses de rango medio no son rival para mí y Tsukuyomi, juntos podemos derrotarlo.
—¡No no no no...!, Por supuesto que no puedo ganarles, pero ¿Quién dijo que yo me enfrentaría a ustedes?.
No entiendo sus palabras.
¿Acaso tiene un aliado más fuerte que un Celestial? ¡Ya quisiera verlo!, Ningúna raza divina puede comprarse a los Celestial...
Pero estaba muy equivocado...
Atrás de Belcebú apareció la figura de una mujer con un par de alas...
—¡Sean bienvenidos a mi laboratorio!
Existía una raza que puede ganar a un Celestial.
Se les conocía como los asesinos de dioses.
Los Ángeles...
—¡Imposible! Los Ángeles fueron exiliados de este mundo hace bastante tiempo...
—En efecto, pero... ¡Yo soy diferente a esos cerebros de pájaro! Mi nombre es Sariel, el ángel de la muerte...
Esto no va a ser fácil, pero no puedo detenerme.
Tengo que proteger el mundo donde viven los humanos... Y a mi hija.
—¿Cuál es tu plan?
—¿Mi plan? Es bastante sencillo la verdad. Solo quiero que los ángeles y humanos vivan en armonía con su verdadera naturaleza...
—No entiendo tus palabras, ya los estamos protegiendo. Si no quieres matarlos ¿Por qué te enfrentas a nosotros?
—Para exponer al mundo su misión en este universo... Ellos son intrusos de este lugar, ellos son creación de mi señor, y los hizo a su imagen... En pocas palabras, son más fuertes de lo que piensas.
—¿Qué?
—Los humanos tienen capacidades ocultas... Y yo simplemente quiero recolectar ese poder que tratan de ocultar... Cronoa lo sabía, ese poder era peligroso y quizo exterminarlos... Lamentablemente su plan fracaso, irónicamente por un ángel que se volvió fuerte gracias a los humanos...
Hay algo gordo que me estoy perdiendo, pero cuando menciono que incluso la diosa Cronoa murió a causa de los humanos me da la idea de lo cual destructivos pueden llegar a ser...
Aún así... Hay algo que no cuadra aquí.
Akami Borderlife... Mi maestra...
Siempre se veía infeliz cada vez que se volvía más fuerte...Es estúpido de mi parte aceptar la oferta de Sariel.
—Supongo que no estás de acuerdo... —Dijo Sariel con un tono serio.
Luego de eso, empuñe la espada Kusanagi y me fui directo a compartir con ese ángel.
Protegeré a los humanos a toda costa.
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La Humanidad de una Celestial
FantasyTenshi Yurehime es la hija rebelde y malcriada del líder del clan de los Celestiales, deidades protectoras de los humanos que se encargan de luchar contra los demonios y dioses que quieren acabar con la humanidad. Ella no logra comprender porque su...