Capitulo 26: El Señor Ángel

28 5 0
                                    

Me encontraba en la casa de verano que tenía al este de Tokio, cerca del monte Fuji. La razón era para aclarar mis pensamientos y razonar en todo lo que había hecho.

Pero en ese momento ví un objeto cayendo en la montaña.

Parecía algo extraño, así que decidí escalar la montaña.

Quizás no lo parezca, pero soy bastante habilidosa para escalar montañas. A veces suelo hacerlo para quitarme el estrés de la gran ciudad.

Después de escalar por bastante tiempo, llegué al lugar del impacto.

Era un hombre con alas.

No podía creerlo.

Quedé boquiabierta de la sorpresa.

Pero luego de la sorpresa inicial, logré cargar a ese hombre. Como sus alas estorbaban las amarré con mi soga y lo metí en un saco de dormir. Arme mi campamento, encendí una fogata y procedí a dormir junto a ese hombre con alas.

Viendo más de cerca su rostro, no pude evitar pensar que se ve muy apuesto...

-¡No, atrás pensamientos mundanos!

Después de eso procedí a dormir.

A la mañana siguiente procedí a desarmar mi campamento y llevar a ese hombre a mi casa de verano.

El hombre se ve bastante débil, así que pensé que de ninguna forma sería un ángel...

Digo, esos seres son los mensajeros de dios y son super fuertes ¿No?.

¿Qué haría un ángel aquí?.

Después de pensar en esas cosas, llegamos a mi casa y procedí a llevarlo al cuarto de invitados.

Todavía se veía débil, así que decidí darle los alimentos líquidos por medio de un tubo que solía tener para casos de emergencia.

No soy experta en hombres con alas, pero supongo que necesita comida y agua ¿Verdad?.

Después de un tiempo me puse a ver sus ropas con más detalle. La tela es... Rara, como si no fuera tela, más bien, se asemeja al plástico. Por más que lo intenté no pude quitárselo.

Si alguna persona me viera ahora sería catalogada como una pervertida y mi reputación como profesora se iría a la basura.

Pero pensándolo bien ¿Por qué estaba cayendo del cielo? No lo entiendo.

Después de dos días por fin despertó.

Pedí un par de días más de vacaciones en el trabajo ya que no podía dejar que este hombre sea descubierto por la gente, sería un escándalo, y más si se parece a los ángeles de la biblia... Al menos los del nuevo testamento.

Intente hablar con el hombre, pero al parecer no me entendía.

Supongo que habla otro idioma que no existe en este mundo, ya que buscando en los miles de idiomas que se asemejan al suyo no encontré ninguna que tan siquiera se parezca.

Así que se me ocurrió la brillante idea de darle un libro para aprender japonés que se les daba a los niños.

El hombre parecía bastante confundido, pero al final terminó leyendo el libro.

Luego de eso lo visitaba regularmente para darle comida, ya que se encontraba tan débil que no podía pararse.

Decidí estudiar un poco sobre el mundo de la medicina moderna y procedí a checar sus signos vitales.

Pero para mí sorpresa... No había ni siquiera una respiración ni latido.

Me dió miedo, pero viendo la condición de el, pensé que de alguna forma el sufría de otro mal que no es humano.

En este punto me di cuenta que no iba a ir a ningún lado si seguía métodos usados para una persona, así que técnicamente me refería al hombre como un alien... Aunque no pareciera uno, pero bueno, hay muchas cosas que desconozco del universo, quizás todos los seres pensantes se parezcan a los humanos.

Decidí pedir un año sabático a la universidad de Kyoto y procedí a ocultar cualquier evidencia de la existencia del señor alien.

Decidí enseñarle japonés poco a poco. Afortunadamente el es rápido para aprender, así que no tardó mucho cuando llegó el momento de formar una conversación básica con el.

-Soy Gabriel.

Primero me dijo su hombre.

-Mucho gusto, me llamo Yumemi Yagami.

-Soy un arcángel.

...

-... ¿Señorita Yumemi?

Me quedé atónita, digo, es normal, imagina que todo este tiempo estuve protegiendo a un ángel.

-Ah... Disculpa... Este... Un arcángel... ¿Osea que eres el capitán de los angeles?

-Si.

Todavía no puedo creer lo que escuche...

Tengo tantas preguntas, pero afortunadamente se mantener la calma.

-¿M-me vas a matar? ¿vas a darme algún mensaje raro como que voy a estar embarazada del hijo de Dios?.

-No voy a hacer nada.

Solté un gran suspiro. Por lo menos mi vida está a salvó y mi vientre inmaculado.

-Entonces ¿Por qué estas aqui?

-Mataba dioses.

-Ah... Y... ¿Qué dioses?.

-Información clasificada.

Si, me lo suponía, pero al menos se que no se parecen en nada a los angeles de la biblia.

-¿Por qué estas débil?

Esto me intriga, ya que los angeles los imagino como seres muy fuertes que nunca pueden cansarse o debilitarse, pero el señor angel a estado incapacitado desde hace mucho tiempo.

-Los angeles utilizan poder divino para vivir, lamentablemente fui drenado de esa energía en una batalla contra un dios y fui lanzado a la tierra.

-Oh ya veo... ¿Y por qué la comida te reponía?.

-Los angeles podemos transformar las cosas que comemos en energía, pero lamentablemente en mi estado actual me es imposible recolectar la suficiente con esos alimentos. Necesito algo diferente, algo mucho más potente.

Eso explica muchas cosas.

-Ok Gabriel, entonces en pocas palabras necesitas de mi ayuda ¿No?.

-Si, ya que los ángeles no solemos pensar con mucho libre albedrío, ya que nuestro dios nos tiene prohibido hacer algo que este fuera de nuestro propósito de matar a dioses...

-Ah ya veo ¿Y ese dios es...?

-No puedo decir su nombre en vano.

Supongo que será imposible sacarle mucha información.

-Muy bien señor angel, voy a ayudarlo lo mejor que pueda con mis conocimientos humanos.

El ángel me ve con una mirada profunda. De alguna manera me pone nerviosa, pero siento que muy en el fondo de su ser intenta reprimir sus emociones. Supongo que los ángeles tienen sus propios asuntos que atender.

Al menos me alegra saber que el arcángel Gabriel no está castigando a un grupo de personas que usan bots para reportar directos.

La Humanidad de una CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora