Intermedio: Sariel y el Libre Alberdrio

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-Veo que mataste a Terra...

-¿Ahora confías en mí? Puedes leer las mentes y monitorear mis movimientos, es increíble que no tuvieras confianza en mi después de todo.

-Tengo que hacerlo Kaira, después de todo eres una humana muy peculiar. De alguna manera me agradas, así que con esta prueba...

-Muchas gracias, Sariel...

-Con esto será el comienzo de una nueva era, los humanos me ayudarán en mi plan a largo plazo... Ojalá hubieras vivido para contarlo, mi querido Gabriel...

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Si tuviera que decir si los seres humanos tienen libre alberdrio, seguramente te diría que no, eso solo pertenece a los dioses...

Pero los angeles tampoco tienen libre alberdrio.

Desde que un ángel se reveló a nuestro señor hace muchísimo tiempo, nuestro creador decidió quitarnos el libre albedrío.

Pero algo cambio dentro de mi, el arcángel Sariel, cuando conocí a Gabriel.

Una vez en sus muchas peleas con los dioses, lo perdimos de vista por varios años. Cuando finalmente regresó era un tipo totalmente diferente.

Se comportaba más como un simple humano con poderes sobrenaturales que como un arcángel de su rango.

Ninguno de nuestra raza le agradaba al nuevo Gabriel, todos excepto yo...

Veía unos ojos llenos de determinación, como si ya no viviera para nuestro señor y tomara su propio camino.

A menudo me percataba que Gabriel miraba un anillo que tenía en su dedo, realmente apreciaba ese objeto que adquirió en la tierra...

Sin embargo esa felicidad no duró mucho.

Cronoa, la diosa suprema que existió en esa época, ordenó la exterminación de toda la raza humana en la tierra. La razón era bastante cuestionable, pero como domina el concepto del tiempo puede predecir eventos futuros con una precisión perfecta.

Después de todo ¿Qué pueden hacer los humanos para cambiar su futuro si no tienen libre albedrío?.

Pero Gabriel no pensaba así.

Su frustración fue desaogada en la investigación de la alquimia que tanto disfrutaba.

A veces me pregunto qué habrá visto Gabriel en la tierra en esa época para que le interesará de manera obsesiva esos aparatos extraños que armaba.

Pero claro, llegó ese día.

El Ragnarok.

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-Sariel, se nos confirmó la presencia de Amaterasu en el Makai.

Parece que llegó el día.

Gabriel, te agradezco infinitamente de todo corazón, gracias a ti pude crear el armamento que me ayudará a vivir por mi misma.

Cierto, también te agradezco que me dieras el mayor regalo de todos:

Mi libre alberdrio.

-Enterada, voy para allá.

La Humanidad de una CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora