«42: asuntos familiares »

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Taehyung volvió a llamar a su novio, pero solo seguía recibiendo la contestadora. Se había acostumbrado a que siempre que alguno faltaba a clases luego se decían porque, o se mandaban algún mensaje para saber cómo están. Yoongi siempre lo leía, incluso si no podía contestar por estar ocupado, abría el mensaje y lo dejaba en visto, pero desde el día anterior no contestaba.

El moreno se levantó del sillón en el que estaba, tomó una chaqueta y se acercó a la puerta, y en el momento exacto en el que la abrió, su novio estaba ahí, con los ojos llorosos y la respiración agitada.

— Tae...— musitó débilmente, dudando en si entrar o no a la casa. Pero el recién nombrado de inmediato tomó su bolso y lo llevó consigo dentro, cerrando la puerta detrás de ambos, tiró el bolso al sillón y abrazó a su novio, ocultandolo en su pecho mientras esté seguía llorando.

— tranquilo...— sobó su espalda de arriba a abajo.— ¿Que sucedió?— preguntó, esperándose lo peor.

— m-me... Escape de casa...— susurró casi sin fuerzas el pálido.— mi papá descubrió que somos novios y se enojó... Me quitó el celular y m-me encerró en mi habitación, así que salí por la ventana.— explicó mientras hipaba por tanto llorar. El moreno lo abrazó más fuerte.

— no te preocupes, puedes quedarte aquí el tiempo que necesites...— dijo Taehyung, besando a su novio de pequeña estatura en la frente.

— gracias...— Yoongi sonrió débilmente.

Durante el resto de la tarde Taehyung cuido de su novio, ofreciéndole comida, dándole mimos y dejándolo dormir abrazado a él. De pronto el día triste y cruel para Yoongi se volvió colorido y feliz, como si estuviera en un sueño cálido, esponjoso, del que no quería despertar.

Pero en otro lugar, no tan lejano ocurrió otra escena, una especie de paralelo.

La rubia había salido de su casa a caminar, su mamá no estaba en casa y su papá, bueno, el se había marchado hace mucho tiempo. Pero ya lo había superado ¿No? Habían pasado años desde que ese hombre ya no se cruzaba por su camino. Ni siquiera un mensaje, ni un hola. Agradecida estaba de que al menos si pagaba su respectiva parte de la pensión, pero nunca hizo más que eso.

Suspiró, recordando sus últimas palabras, aquellas que solían rebotar en su mente.«Sueltame... no te quiero, eres una decepción»
Cuando él se fue de su hogar. Luego de eso su madre se las arregló sola, y les fue bastante bien, tenían suerte.

Por alguna razón sus pies se dirigieron a la casa de la única persona que la había soportado durante años, y pensar en eso, y en que ella lo había traicionado así nada más... Su estómago se revolvió de angustia, y ni siquiera sabía porque no había sentido eso antes. Había actuado con impulsión, como frenética ideando maldades en su cabeza. ¿Acaso algo de eso arregló el rechazo que sentía? ¿Acaso se volvió más feliz?

No, no estaba feliz, estaba pensativa, tal vez triste, mirando la casa, pensando en el sermón que le dió aquel chico alto. Se acercó a la puerta, sabiendo que los padres de Yoongi probablemente lo hayan castigado, y lo más probable es que también estén enojados con ella por enviar aquella foto ¿no?

No tenía remedio, no había forma de solucionar su bastarda personalidad. Tan solo quería confirmar que su ex mejor amigo de infancia no estuviera tan mal... Preocuparse realmente por el al menos por una vez en su vida, aunque fuera tarde.

Tocó la puerta y está le fue abierta por el padre, dejando ver detrás a la señora mirando con nerviosismo. El hombre primero frunció el ceño, pero luego su cerebro hizo un 'click' extraño y turbio.

— ¡Madeline! — esbozó una sonrisa, por lo que ambas mujeres lo miraron extrañadas.— pasa, ¿Vienes a ver a... Yoongi?— nombró a su primogénito como si se tratara de una mala palabra.

— eh... Sí...— asintió la rubia, despejando su rostro de algunos mechones que se colaron en su rostro. Vió a lo lejos a la madre de Yoongi, abriendo los ojos en sorpresa.

— adelante, sube...— dijo el señor Min, haciéndola entrar a la casa y subir las escaleras. La señora los siguió en silencio, temblando.

El ambiente no le agradaba a Madeline, y todo empeoró cuando el hombre abrió la puerta con una llave, entró al cuarto para darse cuenta de que la ventana estaba abierta, y que no había nadie adentro.

— ¡¿Y YOONGI?!— Exclamó con sorpresa y enojó con una voz grave y dura. Luego miró a su esposa.— ¡Te dejé a cargo de él!— le gritó, sin importarle las visitas.— ¡¿LO DEJASTE ESCAPAR?!— infirió.

— n-no... Cariño, no, yo no he hecho n-nada....— tartamudeaba la mujer, parecía tener una especie de ataque de nervios, Madeline lo pudo notar, y comenzó a sentirse apenada, incómoda y con la necesidad de decir algo, pero no sabía qué.

— ¡NO ME MIENTAS! — gritó el hombre, perdiendo los estribos sin razón alguna, levantó la mano en contra de su mujer, pero esta no llegó a tocarla ni un poco, pero si chocó contra la mejilla de la rubia, que se interpuso entre la indefensa madre.

— señor Min...— musitó con lágrimas en los ojos la rubia. «por esto Yoongi escapó...» pensó, sintiéndose culpable. Jamás pensó que las consecuencias de sus actos serían tan terribles.

— Niña, no seas entrometida.— sentenció el hombre, tomándola del brazo y bajandola a la fuerza al primer piso, y luego sacándola de la casa.— No te metas en los asuntos familiares, vete.— le dijo antes de cerrarle la puerta en la cara.

El pánico invadió a la chica por todo lo que había pasado frente a sus ojos. Sin perder tiempo, comenzó a buscar su celular para llamar a la policía, pero no tardó en caer en cuenta de que estaba tan ida, que no lo traía consigo.

— mierda...— dijo casi en llanto, parada fuera de la casa sin saber que hacer. Su casa aún estaba muy lejos... Pero el colegio no. Soltó, y salió corriendo esperando encontrar alguna ayuda.

Al llegar al colegio buscó por todos los salones, hasta dar con aquel que pertenecía al club de shipers, abrió la puerta con brusquedad, y el único allí dentro era el moreno. Sonrió inconcientemente, mientras él estaba confundido.

— ¿Madeline?— cuestionó levantando su vista del libro que leía.

— ¡Necesito tu ayuda! ¡Llama a la policía!— pidió como si fuera una orden, estando desesperada.

Namjoon al ver que la situación era urgente, e involucraba a la policía, no tardó en hacerle caso.

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Dadadada dadadadadada

Holas xd

Chau uvu

¡Maldito Club de Shipers!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora