... hay diferencias...

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La mañana llegó lentamente a la ciudad de musutafu, entregando unos débiles rayos de sol, los cuales entraron por las diminutas ventanas de la habitación de izuku, dejando un pequeño punto iluminado en el suelo de madera.

Estaba todo aún bastante oscuro y frío, y había un silencio total en el ambiente, que hacía aún más difícil despertar del profundo sueño que tenía izuku, pero la alarma sonó, haciendo que este se levantara para apagar ese molesto ruido.

Era sábado, por lo que tenia permitido dormir un poco más... claro, como si pudiese, las voces en su cabeza comenzaban desde bastante temprano, y lo hacían olvidar cualquier cosa buena que pueda pasar con su vida, llenando su mente de auto desprecio y asco.

Tomó el teléfono y deslizó el dedo por la pantalla rota, apagando el ruido y volviendo todo al completo silencio, escuchando una pequeña estática debido a la tranquilidad que podía percibir, había cierta parte de el que le decía que nada estaba bien, y que la calma solo significaba que todo sería peor,  una constante paranoia que no lo quería dejar en paz.

Dio un pequeño suspiro, mientras encendía las luces de la habitación y buscaba su ropa, incluyendo su abrigo, en donde guardaba el objeto más valioso que podía tener hasta el momento.

Sacó la imagen de la ecografía del día de ayer, lo cual lograba calmar algo de sus penurias, y le permitía silenciar los susurros incesantes en su cabeza, que lo atormentan desde que abre los ojos.

Apego la imagen a su pecho por unos segundos, para luego devolverla al abrigo y dejarla en el bolsillo interno de este.

Tomó una toalla y se dirigió al baño, desnudándose y entrando a la ducha, sintiendo un pequeño escalofrío en su cuerpo producto del agua helada, tardando unos segundos en reaccionar nuevamente para comenzar a lavar su cabello, sintiendo un ligero ardor en el cuello producto del contacto del shampoo con la herida que poseía, lo que le hizo recordar la estupidez cometida ayer por la desesperación de callar esas voces en su cabeza.

Salió de la ducha una ves limpió su cuerpo por completo, para tomar la botella de alcohol etílico de uno de los anaqueles y un trozo de algodón.

Con ayuda del chip pudo quitarse el collar del cuello,  pudiendo hacer la curación de la quemadura, además de colocarle un pequeño parche empapado en alcohol yodado para mantener limpia la herida, volviendo a colocarse el collar y quitándose el chip, haciendo que la pequeña luz verde se vuelva roja.

Se vistió solo la parte inferior, mientras habría la pequeña ventana del baño y colocaba la toalla húmeda bajo la puerta.

Sacó una cajetilla de su bolsillo y extrajo un cigarrillo, el cual encendió para darle una profunda bocanada, dejando que el tabaco entre poco a poco en su sistema, causando algo de tranquilidad en su mente y calmando su adicción a la nicotina adquirida hace semanas, la cual probablemente no admitiría tener y probablemente tampoco planee dejar.

Miró la hora brevemente en su teléfono, viendo que eran cerca de las 10 am, no había prisa en nada, por lo que podía acabar su cigarrillo tranquilamente.

Mientras tanto.

La habitación de nemuri estaba algo opaca, y la poca luz que podía entrar era bloqueada por una cortina, lo que le impedía poder despertar del todo.

Abrió sus ojos lentamente mientras bostezaba y se acomodaba en la cama, sintiendo lo fría que se encontraba su habitación.

Tomó un control remoto y encendió la calefacción, dejando que poco a poco su habitación se temperara y le permita salir de la cama en la cual se encontraba bastante cómoda.

Solo...déjame pensarlo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora