... ustedes lo causaron...

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Izuku despertó lentamente, el sonido de la alarma retumbaba en sus oídos dando señal de que debía levantarse de la cama.

La pantalla de su teléfono era la única fuente de luz en ese momento, toda su habitación estaba sumida en la oscuridad, no importaba la hora del día.

Encendió las luces y tapo sus ojos para acostumbrarse a la iluminación, lo cual tardó unos segundos, para luego tomar una toalla y dirigirse al baño para tomar una ducha.

Había dormido durante gran parte de la noche gracias a las pastillas que había consumido, o más bien a la sobre dosis que tuvo que ingerir para poder tener resultados.

Entro al baño y cerró la puerta, para luego mirar su pecho y retirar el parche que tenía leves marcas de sangrado, dejando ver algo de sangre coagulada y irritación en la herida.

Tomó un poco de algodón y alcohol para poder limpiar la sangre y desinfectarla, para luego entrar a la ducha y dejar que el agua caliente limpie completamente su cuerpo.

Una ves termino, seco cuidadosamente su cuerpo y se vistió, además de colocarse un parche nuevo en la herida, empapado en alcohol para evitar una infección.

Salió del baño y se fue a sentar en su cama, mientras de entre sus cosas sacaba un sobre con pastillas, analgésicos y antibióticos, una dosis de cada una para mantener ese ardor en su pecho controlado.

Miró su teléfono para revisar la hora, 6 am, era bastante temprano y nadie estaba despierto aún, por lo que podría bajar al primer piso para poder comer algo antes de irse a su salón.

Abrió la puerta lentamente, con la intención de causar el menor ruido posible, saliendo de su habitación en dirección a las escaleras... no, no había nadie despierto aún, y se podía notar por la ausencia de luz en los pasillos, y el silencio agradable que había en la sala de estar.

Cruzo el pasillo hasta la cocina, abriendo el refrigerador para ver qué podía comer en ese momento... no, no había mucho, un yogurt a medias y una manzana...

Tomó la manzana y cerró el refrigerador, volviendo a su habitación para comer la manzana y esperar que la hora pase para dirigirse a su salón.

Entró a su habitación y se sentó en el suelo, sin siquiera molestarse en encender las luces, no las necesitaba en lo absoluto, tal ves por el echo de que podía ver bien, o por que la oscuridad resaltaba el frío de la habitación, dando un ambiente tan monótono, que las voces en su cabeza parecían callarse, con el único motivo de hacerlo sentir completamente solo en ese momento.

Tic tac tic tac, era el único sonido que se podía distinguir en la habitación, marcando cada segundo, cada minuto, hasta que se aya cumplido una hora, y las voces se sus compañeros se escuchen por los pasillos.

Izuku metió su mano al bolsillo y sacó su teléfono, junto a una cajetilla de cigarrillos.

Miró la hora, y sacó un cigarrillo, para dirigirse al baño y cerrar la puerta, colocando una toalla en la rendija debajo de ella, y abriendo la pequeña ventana que servía como ventilación, para que así no se note tanto el olor a tabaco, y que el humo no pase más aya de las paredes de su baño.

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Solo...déjame pensarlo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora