... solo quiero morir...

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Izuku despertó por la alarma de su teléfono que no paraba de sonar.

Las pastillas para dormir habían funcionado de forma satisfactoria, pero su cuerpo y mente aún estaban exhaustos.

Las voces en su cabeza siguieron hablándole una y otra ves, no le daban descanso más que para dormir.

Tal ves puede acostumbrarse a ellas con el tiempo, claro... eso jamás ocurrirá, no puede deshacerse de sus problemas tan fácilmente, aún debe sufrir más, y sus voces se lo recordarían constantemente.

Se levantó de la cama y tomó su ropa para vestirse.

Una ves que se vistió, tomó un poco de agua y echo la botella al tacho de basura,  saliendo del cuarto para salir del hotel barato y dirigirse al estacionamiento por su auto.

Miró su teléfono,  6:30 am, era bastante temprano aún, y la fría mañana congelaba sus pulmones, hacia más frío de lo habitual, posiblemente llueva el día de hoy,  o tal ves solo el cielo se nuble, en ambos casos, el frío sería agradable para su cuerpo.

Encendió un cigarrillo dando una profunda bocanada para llenar sus pulmones a tope,  soltándola lentamente,  sintiendo como la nicotina entraba en su sistema, relajando su cuerpo y mente por los 6 minutos que le duraría ese cigarrillo.

Entró al auto y bajo la ventanilla para botar las cenizas.

Aún estaba el problema de donde dejaría su auto en estos momentos... podría ir a casa y dejarlo en el garaje, pero tendría que esperar a que su madre se despierte para explicarle la situación.

Suspiro pesado,  le dio contacto al auto y lo encendió,  por dentro estaba tan frío como por fuera, y más aún por la calefacción rota que solo procesaba el frío al interior.

Dejó el cigarrillo entre sus dientes y puso el auto en reversa para salir del estacionamiento, y así dirigirse a la UA.

Claro que, se estacionaría en algún lugar cerca hasta que pueda resolver el tema de donde dejarlo, podría ir con el director nezu y pedir un permiso, o pedirle ese favor a all might... pero no, eso sería aprovecharse de ellos.

El humo escapaba del interior del auto,  desaciendose de forma rápida en la fría brisa que corría en las calles.

El tránsito estaba más calmado de lo habitual, por lo que le fue fácil llegar a la UA sin perder mucho tiempo.

Solo fueron unos 20 minutos de viaje para poder llegar, y estacionarse a un par de calles de ahí.

Cerró el auto para dirigirse al porta equipajes y sacar las cajas con dulces para eri.

Tenían un peso considerable para el tamaño, ya que las cajas estaban llenas a tope.

El las sentía algo pesadas, pero solo lo atribuía a su falta de fuerza últimamente,  las pocas energías que podía generar se iban al ofa, que poco a poco apagaba la llama en su interior.

Hace bastante que no tenía el ofa, pero nadie lo pudo notar, ya que llevaba las pocas flamas al límite en cada entrenamiento o batalla.

De pequeño supo lo que es no tener un don y no poder hacer nada al respecto más que soportar las burlas y los problemas que vienen con ello.

Por eso, le entregó el poder a alguien más necesitado que el en esos momentos, alguien que si tenga sus metas como héroe bastante claras, y no como el que las olvido con el pasar del tiempo.

No sentía arrepentimiento de haber echo eso,
Más bien se sintió heroico,  tal ves fue tonto pensar que las cenizas del ofa durarían lo suficiente como para convertirse en héroe, pero solo bastaron un par de meses para agotar esa energía, esa pequeña llama en su interior que luchaba por sobrevivir, sin tener un futuro más aya de extinguirse y volver a izuku a lo que era desde un principio,  un inútil sin don.

Solo...déjame pensarlo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora