...castigo...

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Izuku despertó lentamente, mientras habría sus ojos con dificultad y sujetaba su cabeza.

Había caído al suelo profundamente dormido luego de una sobre dosis de pastillas para dormir, las cuales aún estaban presentes en su sistema.

Había un ruido molesto que provenía de su teléfono, el cual era la alarma programada para sonar toda la semana a la misma hora.

6 am, nadie estaba despierto y puede hacer todo tranquilamente sin la necesidad de toparse con sus compañeros.

Si, aunque las cosas se hayan aclarado el día anterior, aún así conservaba los mismos miedos que ya creía superados... miedo al odio, al rechazo, a la soledad... a todo y todos en general, no importaba cuanto creía haber cambiado... sus esfuerzos parecían inútiles ante el deseo de sobrevivir.

Tomó su teléfono y apagó la alarma, para luego ver a su alrededor y notar que no podía ver nada.

Todo estaba completamente sumido en la oscuridad, y lo único que resaltaba era un pequeño punto rojo, el cual indicaba que el collar anti don estaba encendido, cumpliendo con su tarea de volverlo un completo inútil, ósea, a lo que fue desde un principio.

Encendió las luces por un momento, para buscar entre sus cosas una toalla y su uniforme, y dirigirse al baño para tomar una ducha.

Se quito la ropa y abrió la regadera, dejando que el agua se caliente poco a poco hasta soltar una nube de vapor, este entró lentamente, notando como su piel se contraía al sentir como se quemaba con cada gota de agua, enrojeciéndose por completo y causando un ardor moderado que lo sacaba de sus pensamientos con facilidad.

Toco un momento su frente, para sentir un pequeño dolor, y ver cómo sus dedos traían consigo una sustancia escarlata, la cual el agua se encargaba de desaparecer por completo.

Si, las pastillas y los repetidos golpes contra las paredes habían sido la mezcla perfecta para caer inconsciente al suelo, y quedarse ahí toda la noche.

Cerró la regadera y salió de la ducha, para tomar su toalla y secar cuidadosamente su cuerpo, el cual soltaba una leve capa de vapor al entrar en contacto con el frío aire de la habitación.

Miró su pecho para no notar ninguna herida, la misma situación para sus manos o brazos, cosa a la que no le presto atención cuando despertó en aquella camilla de la enfermería.

Miró sus dedos, los cuales hace un par de horas se encontraban carentes de piel o carne, solo el hueso, lo cual parecería doloroso a la vista de cualquiera, pero, no, no sintió dolor en lo absoluto, ni tampoco alguna clase de molestia, lo único que sentía en ese momento era furia, y nada más, no había un lugar para las demás emociones.

Vozpequeña: ¿por que dudas?.

Izuku: no lo sé...por que tengo miedo tal ves.

Voz pequeña: no deberías, solo son juguetes, recuérdalo.

Izuku: no se por que debería de pensar de esa manera, no hay una razón para creerlo.

Vozpequeña:  eres más fuerte que ellos,  puedes hacer lo que quieras.

Izuku: no puedo creer en tus palabras.

Vozpequeña: ¿por que no?, yo solo se, lo que tú sabes, por que tu realmente sabes que eres mas fuerte que ellos.

Izuku: solo eres una voz en mi cabeza, no debería poder oírte, ni siquiera deberías existir... se que estoy mal, se qué hay algo que no esta bien en mi... pero, no quiero que esto me suceda, no lo soporto, las voces, las miradas, los susurros...se que cuando llegue al salón, aún estarán ahí.

Solo...déjame pensarlo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora