... no hay tranquilidad...

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La noche poco a poco se acababa, haciendo cada ves más claro el cielo, con señales de que el día llegaría pronto.

Izuku dejó caer la botella de whisky, haciendo que esta rodara por el capó del auto hasta caer al suelo, mientras se llevaba  el cigarrillo a la boca y se recostaba en el parabrisas, mirando al cielo que poco a poco se aclaraba.

Sus labios tenían un sabor salado por las lágrimas, y sus ojos estaban irritados por haber llorado toda la noche, intentando aliviar su tristeza, y tratando de olvidar el echo de que había acecinado a una mujer

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Sus labios tenían un sabor salado por las lágrimas, y sus ojos estaban irritados por haber llorado toda la noche, intentando aliviar su tristeza, y tratando de olvidar el echo de que había acecinado a una mujer... era una sensación horrible la que sentía al recordar el cadaver de ella en el suelo, aquella mueca de dolor en su rostro carente de vida,  esos ojos opacos llenos de sangre al haber sido decapitada, ese charco escarlata que manchaba el piso de madera por completo, los gritos de pánico y miedo... no había nada divertido en ello, no había nada que le permitiera poderse reír, ¿ es que acaso el no tiene permitido sonreír?, ¿ es que acaso solo es divertido cuando el se lastima?... habían muchas preguntas en su mente, tantas que no había una forma de darle respuesta a cada una.

Le dio una larga bocanada a su cigarrillo,  llenando sus pulmones de tabaco, sintiendo el cosquilleo de la nicotina en su lengua, la cual era agradable durante la mañana.

Dio un ligero suspiro mientras limpiaba su rostro con la manga de su abrigo, dejando sus ojos irritados como la única prueba de que había estado llorando.

Terminó su cigarrillo y tiro la colilla, bajándose con lentitud del capo de su auto y respirando profundamente para no perder el equilibrio mientras buscaba las llaves y abría la puerta.

Sus dedos estaban congelados al haber pasado varias horas  expuesto al frío de la noche y las ligeras lloviznas que cayeron durante esta, aunque no sentía frío en lo absoluto Gracias al alcohol en su sangre, que irritaba sus venas y le daba una sensación cálida.

Sus párpados se mostraban cansados mientras se subía a su auto y cerraba la puerta... probablemente sea por el cansancio causado por no haber dormido durante toda la noche, pero si cerraba sus ojos sentía como el mundo daba vueltas.

Abrió la ventana para poder sacar su cabeza y vomitar, sacando todo el exceso de alcohol que había en su estómago, sintiéndose un poco mejor y evitando entrar en un coma etílico.

Metió la mano en el bolsillo de su abrigo, sacando la pistola que había usado hace unas horas atrás, la apuntó a su cabeza mientras colocaba su dedo en el gatillo y comenzaba a presionar lentamente.

Una fotografía calló a sus pies, llamando su atención y haciendo que la recoja del suelo, viendo de que se trataba.

Rascó su mejilla con el arma, para luego echarla a la guantera y cerrarla, mientras miraba la imagen de su hijo y le daba un pequeño beso antes de devolverla a su abrigo.

Izuku: *suspiro* n-no soy alguien fuerte bebé... *lagrimas* no lo soy... n-no lo soy.

Sus ojos lentamente se comenzaron a cerrar, dejando que por fin su cuerpo encuentre algo de descanso, y que su mente lo deje en paz.

Solo...déjame pensarlo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora