Solo...déjame pensarlo...

...solo dejame cerrar mis ojos...

Izuku despertó bastante temprano por la mañana,  había dormido lo suficiente como para no sentirse cansado.... solo 26 minutos.. tenía unas ojeras horribles, pero las podía disimular bastante bien..

Fue hasta el baño para tomar una ducha, no tenía ánimos para nada la verdad, ya había conseguido el dinero para que su hijo pueda nacer... pero vendió su vida a cambio de ello, ¿valdría la pena?, esa era una pregunta la cual no tenía respuesta aún..

Tomó una toalla y se secó su cuerpo,  observando detenidamente cada cicatriz,  cada una de ellas  contaban una historia diferente, y ninguna algo bueno... solo heridas causadas por odio... heridas que dolían tanto que desearía estar muerto... todo ese dolor ocultado bajo una sonrisa la cual mantenía a diario, tenía motivos para sonreír hace apenas un mes atrás... pero ahora.. sonreír se veía como un proyecto a futuro...

Se colocó ropa un poco formal,  aguantó mirarse al espejo para poder revisar bien su rostro,  acomodando algunos mechones de cabello rebeldes, viéndose bastante presentable..

Este camino lentamente hasta la habitación de su madre, ella aún dormía tranquilamente, sin preocupación alguna,  todo era tranquilidad para ella desde que recibió un depósito con dinero suficiente para el resto de su vida con la excusa de que venía de parte del padre de hisashi para enmendar los errores de su hijo,
o algo así, Inko no se negó por que necesitaba ese dinero,  sin saber que en verdad era su hijo quien lo ganó a base de sucios tratos y trabajar con malas personas..

Izuku la miró por unos segundos, le dio un beso en la frente con cuidado de no despertarla y salió de la habitación..

Consiguió un taxi para que lo llevara a su destino, un viaje de una hora aproximada,  a un lugar casi al otro extremo de la ciudad, en donde vivía aquel que le daría el dinero, y aquel que sería su jefe desde ese momento..

Los errores se pagan con más errores, nunca hay una solución sin consecuencias, o eso es lo que se podía creer en ese momento...

Pago el taxi y se bajo, entrando a un edificio poco llamativo, era como una biblioteca con toques bastante modernos, había muchas personas ahí, algunas que izuku reconoció, pero no les prestó atención..

Camino hasta una sala privada en dónde había una mujer joven haciendo papeleo y cuentas..

Izuku:.... disculpe.

M.s: si, ¿en que le puedo ayudar?.

Izuku:  buscó el libro,  " sin conciencia".

M.s:... ok... podría decirme su dirección por favor.

Izuku:  333,  calle los condenados.

M.s:  si... esta bien...*anotando*... nos queda un ejemplar, sígame por favor.

Izuku la siguió hasta el sótano, en donde había una gran cantidad de libros, pero eso no era lo que importaba,  la mujer sacó unas llaves con las cuales habría una puerta que daba hacia un ascensor..

M.s:  Mike te está esperando en su oficina..

Izuku asintió, subió al ascensor y presionó un botón que lo envió tres niveles más a bajo...

Una ves el ascensor se detuvo este bajo y camino por los pasillos hasta llegar a una puerta custodiada por cuatro personas bastante bien vestidas.

Guardia:  identidad.

Izuku:   Izuku midoriya.... número 016..

Guardia:.......puedes pasar, el jefe te esta esperando.

La puerta fue abierta, era una oficina bastante grande, y estaba vagamente decorada, lo que más resaltada eran las pilas de dinero que habían en una esquina.