T A M A K I

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Contenido: Soulmates soft
Consejo de lectura: Pantalla en negro
Pedido por: UrieFerreira
Espero que te guste
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Solías trabajar a medio tiempo en una heladería ubicada en una plaza que estaba en el centro de la ciudad. Era un trabajo tranquilo pero ocupado, y más en estas épocas veraniegas donde todo el mundo busca algo para refrescarse ¿Y qué mejor que un helado?

Estabas descansando un par de minutos ya que tu compañero de trabajo te hizo relevo en la caja, aprovechando el momento para sacar una fría bebida del refrigerador del local que usaban los trabajadores de modo personal.

El llamado de tu compañero te hizo cerrar la botella con rapidez y apresurarte hacia donde él te llamaba, llegando a la escena y lista para acatar sus órdenes.

-Mira, ese chico acaba de entrar y parece que todo el cúmulo de gente lo agobia, en estos momentos tu Kōsei le vendría de maravilla, anda a ayudarlo en lo que yo termino aquí.- Habló con calma mientras con movimientos rápidos realizaba la orden del cliente en turno.

Dirigiste tu vista al lobby del local, viendo a un chico de cabellos oscuros recargando su frente contra el cristal de la tienda mientras su cuerpo temblaba notoriamente. Sentiste tu pecho apretarse y totalmente decidida te encaminaste en su dirección, tocando levemente su hombro tratando de no asustarlo, fallando en el intento.

-Lo siento, déjame ayudarte.- Hablaste de la forma más tranquila que pudiste, tratando de esta vez evitar el contacto físico. Comenzaste a respirar profundo, indicándole que te imitara y así lo hizo. Asegurándote de que siguiera con los ejercicios de respiración, comenzaste a tararear una melodía lenta que concordaba con el ambiente que buscabas tranquilizar.

Pudiste apreciar como su cuerpo paraba de temblar como gelatina poco a poco, los colores de su cara iban tomando naturalidad y en sus ojos comenzaba a brotar la calma, ya no veías signos de pánico en él y eso te hizo dedicarle una calida sonrisa.

-Eso es, así está mejor.- Dijiste soltando un suspiro al notar el ambiente más relajado.- Mi Kōsei hace que transmita y controle sentimientos cada vez que canto, espero haberte ayudado.- Explicaste, recibiendo un asentimiento de cabeza por su parte, no parecía un chico de muchas palabras, no lo querías incomodarlo de nuevo.- Puedes decirme el sabor de helado que deseabas comprar y te lo traeré en un momento, puedes tomar asiento aquí.- Ofreciste retirando una silla cercana para que pudiera sentarse. Lentamente lo hizo y suspiró.

-Gracias, uno de limón, uno de fresa y otro de zarzamora con queso, por favor.- Su voz resonó profunda y calmada, dejándote flotando en un viaje mental por unos segundos, para después aclarar tu mente y dedicarle una sonrisa antes de retirarte tras la barra al lado de tu compañero y ponerte manos a la obra para preparar la orden.

Al final, quisiste agregar como extra chispitas de colores a cada uno de sus helados y una vez estuviste satisfecha, volviste a su mesa y entregaste su pedido.

Metió su mano en su bolsillo y de forma apresurada rebuscó en el para poder sacar el dinero y pagarte, pero no lo permitiste.

-No te preocupes, estos van por parte de la casa, ten un buen día.- Hiciste una leve reverencia y regresaste a tu puesto, donde te recibieron con una sonrisa.

-Sabes que eso tendrás que pagarlo ¿Verdad?.- La voz burlona de tu compañero se dejó oír, haciéndote soltar un suspiro después de ver salir a aquel lindo chico por la puerta del local.

-Ya lo sé, no molestes.- Empujaste su hombro débilmente, palmeando después tus propias mejillas para concentrarte y poder seguir laborando.

El día continúo tranquilo, ahora eran las 6:00 y estabas apagando las luces del lugar, puesto que ya había pasado la hora del cierre y después de hacer la limpieza y acomodar los utensilios para mañana, tu compañero y tú ya estaban listos para partir.

One Shots || Boku No Hero AcademiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora