One Shots || Boku No Hero Academia

M I R I O

Contenido: +18
Consejo de lectura: Pantalla en negro
Pedido por: daiana2511
Espero que te guste
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Desde hace unos días se podía notar al rubio distraído, nada normal en él.

Ni siquiera sus amigos sabían que era lo que pasa por su cabeza, y en realidad, es mejor que no lo sepan nunca.

Tenía tiempo sin sacar a aquella chica de su mente, es que le era sumamente imposible. Cada vez que su imagen llegaba a su subconsciente, no podía evitar querer invadirla.

Suspiró y se levantó del lugar donde platicaba y almorzaba con sus amigos, y con una disculpa se dirigió al baño.

Trató de verse lo más normal, sonriendo y saludando a quien se topase con él, hasta llegar a la puerta del baño, donde una vez más sus pupilas se encontraron con la dueña de sus pensamientos, caminando casualmente por el pasillo, riendo como sólo ella sabía hacerlo. Mirio sacudió la cabeza tratando de aclararse y entró al baño para mojar su cara en el lavabo y refrescarse, tanto pensamiento le estaba abrumando y en cualquier momento explotaría.

La campana que marcaba el final del descanso se hizo notar, y con una pesadez sobre sus hombros caminó a su aula.

Una vez pasado el horario escolar y más animado que antes, tomó rumbo a casa con sus dos fieles amigos, platicando de cosas triviales que salían junto con risas, risas que fueron aplacadas de golpe al ver a una chica caminar a la distancia.

Maldecía tener que vivir en la misma calle, en el mismo lado de la banqueta, una casa junto a la otra; cómo era costumbre, llegó el momento de separarse de sus amigos, despidiéndose de forma común y apresurando un poco el paso para alcanzar a la susodicha.

Una vez estuvo lo suficientemente cerca y seguro de que a estas horas la gente no rondaba por ahí, tomo la parte trasera de su falda e hizo el amago de bajarla un poco, lo cual no funcionó. En cambio, la respuesta de un puño derecho y una patada izquierda en su costado se hizo notar. Tomando una posición inclinada por la repentina falta de aire, logró escuchar una voz preocupada.

-¡Senpai! L-lo siento tanto, yo no-¡Esto no hubiera pasado si no me hubieras sorprendido, esto es culpa tuya Senpai!

Recobrando su postura, Mirio fue capaz de regalarle una sonrisa.-Tranquila, fue mi error-.se dejó escuchar.

Un suspiro pesado escapó de los labios de la chica al comprobar el buen estado de su mayor, y sin más siguió su camino a casa, sabiendo que Mirio vendría tras ella.

Ya que vivían al lado del otro y los padres de ambos trabajaban, Mirio se encargaba de socorrerla en su casa hasta las 9:00 PM cuando los padres de la menor llegaran, mientras los propios solían llegar media hora después, teniendo la costumbre de ser la familia invitada a cenar como forma de agradecimiento por tomar la molestia de resguardar a su pequeña hasta su llegada.

Y con ese pensamiento en sus cabezas, llegaron hasta la puerta del mayor, quién se dispuso a abrirla y dejarle pasar, cerrando mientras oía como su contraria quitaba sus zapatos y los dejaba junto a su mochila en la entrada, haciendo lo propio mientras la veía caminar con confianza a la sala.