One Shots || Boku No Hero Academia

T A M A K I

Contenido: Sensible
Consejo de lectura: Pantalla en negro
Pedido por: LanoNoviaDJunhui
Espero que te guste
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______ tenía una vida difícil.

Con un padre maltratador y una madre que daba todo de si misma para protegerla, su infancia no fue la mejor.

Dejó de asistir a la escuela a temprana edad y comenzar a laborar por su bien y el de su madre, teniendo que traer una cantidad mínima de dinero si es que no quería ganarse una paliza.

Pero nada dura para siempre.

Cuando cumplió trece, vió a su madre empacando sus pocas pertenencias en una pequeña mochila que solía tener cuando aún era una estudiosa infante.

-¿Mami?.-Preguntó

-Shhh pequeña, tranquila, irás con mamá a dar un paseo ¿Bien?.-Respondió su madre, tratando de calmarse a ella misma y no explotar de los nervios por lo que iba a hacer.

Obedeciendo las órdenes de su madre, ambas salieron silenciosas por la puerta, tomando un camino desconocido hacia una estación, de la cuál no estaba segura haber visto antes.

Se quedó esperando junto a su madre al tren que creía que iban a tomar, pues iba en un viaje con su madre ¿No?.

Volteó en dirección al ruidoso vagón que se aproximaba, y una vez que estuvo frente a ella las puertas abiertas, tomó la mano de su madre y ambas subieron, tomando el primer lugar desocupado junto a la puerta.

-Olvidé algo, espera a mamá aquí y no te muevas.- Advirtió saliendo rápidamente del vagón bajo la atenta mirada de la menor y un par de personas curiosas.

El pánico invadió su pequeño y débil cuerpo cuando sintió las puertas cerrarse y su mamá aún no regresaba. Quería ser niña buena y obedecer, pero el tren partiría y su madre no estaba ahí junto a ella.

Con desesperación se arrodilló en su lugar, posando sus manos en la ventana en busca de alguna señal que le dijera que su mamá estuviera cerca, pero no fue así. Sólo encontró una estación deshabitada, sola y desolada, justo cómo lo estaba ella ahora.

Con miedo, volvió a acomodarse en su lugar, abrazando sus rodillas y la pequeña maleta que se encontraba entre sus piernas y su pecho, esperaría a la siguiente estación, seguro su mami estaría ahí esperándola.

Pero eso no pasó.

Su madre no la estaba esperando, entonces ¿Dónde estaba?. Comenzó a caminar por el desconocido lugar, en busca de algo o alguien que la ayudara.

Y así pasaron horas, horas que se convirtieron en días, días en los que en las calles la gente podía apreciar a una niña caminando sin rumbo, cómo alma en pena, vagando por las ahora frías calles.