13.

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Mierda.

Estaciono el auto auto frente al portón y me bajo con cuidado. Me detengo frente a mi madre. Tiene el pelo suelto y está con una bata de baño.

-Hola, mamá...

-¿Dónde estabas? -dice interrumpiéndome. El rímel está aún bajo sus ojos. No se molestado si quiera en sacárselo antes de dormir. Ya no se preocupa de si misma.

-Te he mandado un mensaje antes de salir. -extiendo las llaves. Ella me mira con el ceño fruncido y me las quita de inmediato. -¿Lo haz visto?

-Claro que lo que visto pero eso no te da el derecho tomar el auto cuando quieres. ¡Imagínate le hubieses hecho algo!

¿El auto?

-Así que eso es lo que harás, ¿no? -me cruzo de brazos frente a ella y el frío vuelve a invadir mi cuerpo. He tenido que devolver la cazadora de Harry a su lugar inicia y ahora me esta haciendo falta. -Te preocupa qué le hubiera pasado al auto, ¿verdad?

-Obviamente igual me importas tu, pero en este caso, podrías haber causado cualquier accidente, Erin. -sigue enojada pero no se ha dado cuenta de lo que está diciendo.

Meneo la cabeza y mis lagrimas comienzan a amenazar con caer. Paso por su lado y abro la puerta que se cierra con un portazo tras de mi. Peter está sentado en la mesa comiendo cereal con leche. Me sonríe cuando paso y yo me veo obligada a hacerlo también. Subo corriendo las escaleras hasta mi habitación y cierro la puerta de un golpe.

Mi madre había cambiado mucho desde que papá se fue. Para mi fue algo que me marcó y que también me hizo dar cuenta de la persona que era. Así que lo olvidé y no lo dejaré entrar mas en mi mente para que pueda hacerme daño. Porque eso es exactamente lo único que hace. Mamá aún no lo supera y estoy segura de que aún llora todas la noches.

Me deslizo contra la puerta y cierro los ojos. Si tan solo le hubiese importado qué estaba haciendo fuera, no me habría molestado así como ahora. Pero se preocupó mas de el maldito auto.

Como siempre.

Mi celular vibra el en interior de mi remera. Me había guardado el artefacto dentro de mi sostén al no tener nada en donde hacerlo. Lo saco de ahí y veo que Harry me ha mandado una foto.

En ella aparece la habitación del hospital y en la cama está su padre. Frente a el hay una mesa plegable llena de regalos: globos de helio, un peluche y harto helado. Sonrió al ver que el señor está sonriendo mientras levanta los pulgares.

"Si hubiera sabido que lo tratarían así, me habría metido a hurtadillas en el auto para tener el accidente con el. H"

Lanzo una carcajada al leer el mensaje que Harry ha escrito junto a la foto. Abro la caja de texto y escribo.

"Yo te habría estado esperando fuera. Créeme"

"He vuelto porque me ha dicho que tenía que ver algo. Creí que tenía una herida abierta que lo haría morir, pero el imbécil solo quería mostrarme esto. En cuando lo he visto, he pensado: "debo mandarle esto a Erin" y he aquí el mensaje." -escribe el devuelta.

"Me alegro de que esté mejor y de paso, tu estés más tranquilo. Mamá Erin me ha mandando literalmente a la mierda cuando he entrado"

Escribo eso y bloqueo el celular. Apoyo la a oreja a la puerta para probar si puedo escuchar algo, pero no. Mamá no se ha molestado si quiera en subir a comprobar si estaba bien o algo. Mi celular vuelve a sonar pero está vez lo hace por más tiempo. Lo doy vuelta y en la pantalla aparece que Harry está llamándome.

-Erin Moriarty aquí presente. ¿Quién ha de llamar? -respondo con los ojos cerrados. Me llevo las rodillas al pecho y las rodeo con mi brazo.

-No puedes pretender que estás bien todo el tiempo, Erin. Si te ha mandando a la mierda, deber estar echa una. -contesta el. El hecho de que esté hablando sobre estar mal, me hace sentir peor. El es quién sufre a diario y que tiene pretender estar bien siempre. Lanzo un suspiro enorme.

-No dejo que me dejé así, ¿sabes? -me levanto y camino por mi habitación. -Desde que pasó lo que pasó no es la misma y ya ha pasado bastante como para que me preocupe en cambiarla.

-No sé qué habrá pasado pero deber de haber sido muy fuerte para ella. Para ti igual, supongo. Al fin y al cabo, los hijos están conectado infinita e invisiblemente con las madres. -el hecho de que no me haya preguntado qué había pasado, me hace sonreír. Siempre es tan cuidadoso con lo que dice y los demás le lanzan estupideces todos los días.

-No digas eso que me dan ganas de vomitar amor. -escucho que el se ríe a través de la línea y suspira. -Me alegro que tu padre esté mejor. ¿lograste comunicarte con tu madre?

Me siento en la cama y me saco los zapatos haciendo fuerza en los tobillos para expulsarlos.

-Si, ya viene en camino o eso es lo que dijo. -dice junto con una risa. Murmura algo que no logro descifrar y se aclara la garganta. -Debo irme. Ha llegado y debo ir a explicarle lo de mi padre.

-¿No que para eso están las enfermeras?

-No seas egoísta, mujer. -me regaña riendo. Me imagino la sonrisa que debe tener. Su familia en una sola habitación y feliz sin preocupaciones. -Hablamos luego, y habla con tu madre.

-No me vengas a dar consejos de supervivencia, estú... -comienzo a decir pero oigo el "click" del celular al colgar la llamada.

Me lanzo contra la cama y observo los dibujos que están sobre el techo. Se supone que deberían brillar, pero solo lo hacen en la noche. En fin, hay cosas que no pueden funcionar sin algo. Que no pueden brillar solas.

Entonces escucho que golpean la puerta de calle. Me levanto rápidamente de la cama y me voy hasta la ventana. Con cuidado saco la cabeza y miro hacia la entrada. Mi hermana está plantada en la puerta sonriendo ampliamente. Junto a ella hay un chico que no alcanzo a distinguir muy bien.

Pasan los minutos y nadie va a abriles la puerta. Bajo las escaleras maldiciendo en voz alta lo flojos que son todos y abro la puerta de golpe

-¿Erin? -dice una voz ronca. Cambio la mirada de la cara de mi hermana hasta la del chico, quien sonríe ampliamente con su sonrisa linda y malditos ojos almendrados con pestañas inmensas.

Es Jake.

Leave Me Speechless  (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora