50.

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-¿Dónde estuviste? -preguntó él con la mayor calma posible. Sus ojos estaban cubiertos de luz artificial que desprendía de la lampara que colgaba del techo de su habitación. Ultimamente, había descubierto que era un poco desordenado -dentro de lo que él puede serlo -, ya que ahora ha dejado algunas cosas sueltas por ahí y allá, sin importarle qué piense yo.

Confía en mi.

-En ninguna parte. -murmuro apagando la luz y luego apoyando mi cabeza en su pecho.

Había decidido no decírselo. Creo que mientras más pasa el tiempo, y Jake se aparta cada vez más de su vida, lo único que consigue es que el odio haga lo mismo que éstas dos acciones: crecer. Me acaricia el cabello con sus delicados dedos, mientras sus anillos chocan fríos contra mi oreja haciéndome sentir escalofríos.

Siento su pecho subir y bajar suavemente mientras el atardecer se va desapareciendo en la ventana del fondo de su habitación. Esta se torna de unos tonos anaranjados, variando a rosados hasta ir decayendo más y más cada vez. Se me hace totalmente normal y cómoda estar en silencios con Harry. Estaba bastante cómoda y me bastaba con sentir su respiración contra mi cabeza o sentir su pecho elevarse bajo mi rostro. Era la conversación perfecta.

De pronto, siento que sus dedos traviesos entre mis cabellos, comienzan a deslizarse, trazando lineas de ida y vuelta por todo mi brazo que está mirando al techo. Siento cómo su corazón comienza a acelerarse al igual que el mío. Él tiene razón: siempre lo atrapo cuando su cuerpo se delata.

Me da unos pequeños toques en el hombro, con sutileza para que voltee a verlo. Vuelvo mi cabeza hacia el y me me indica que me acerque a sus labios. Sonrío por uno instantes y me elevo casi sin moverme de mi lugar inicial hasta su boca. Su mano ahora cae en mi cintura y sus ojos encajan con los míos a la misma altura. Harry se relame los labios y se inclina hacía mi para besarme. Nunca estoy preparada para el choque de sus labios contra los míos. Están fríos pero al entrar en contacto con los míos, comienzan a entrar en calor. Abro mis ojos con la intensión de retirarme del encuentro de bocas, pero él, toma el control de mi cuerpo apoyando su otra mano contra mi brazo. Su tacto me enloquece y vuelvo a cerrar los ojos para perderme en él.

Harry apoya una mano sobre mi cabeza y me voltea suavemente de modo que ahora está sobre mi. Mis piernas se enroscan sin haberlo pensado alrededor de su cintura y el toma mi mano entrelazando mis dedos con los suyos sin detener nuestras bocas. Su lengua pasa contra mía furiosa y delicada la misma vez, volviéndome loca cada vez más. Se despega de mi sin dejar de tocar mi rostro con su boca, ahora bajando a mi cuello pasando por mi mandíbula y depositando unos pequeños montones de besos en ella.

Sus labios tocan la piel cálida de mi cuello y de pronto empiezan los fuegos artificiales. Inconscientemente, mi mano entrelazada con la suya, se une más fuertemente y la unión entre el y yo, se hace más mínima al elevar mi cadera y chocar con la suya. A Harry se le sale un sonido que jamás había oído salir de sus labios. Me muerdo los labios fuertemente temiendo hacer algo de lo que me arrepienta después, pero es imposible. Suspiro fuertemente acompañada de un gemido reprimido por mucho tiempo.

Harry aparece entre mi cuello con el pecho subiendo y bajándole deprisa. Sus ojos ya no brillan igual que antes. Sonríe ampliamente, y me da un pequeño beso en los labios.

-Tranquila, Erin. Recuerda que no es el fin del mundo. -dice riendo en un murmullo. -Volveremos a vernos.

Ruedo los ojos y una sonrisa aparece en mis labios ya liberados de cárcel del terror. La manera en que dice mi nombre, me encanta.

Ahora es mi turno.

Me levanto de manera que quedo sentada en la cama, aún con las piernas alrededor de el. Harry, anonadado, perdido en su fantasía, me mira con incomprensión y ahora soy yo quien toma el mano. Me envuelvo en su cuello y él se acomoda entre mi cuerpo y las sábanas. Sus manos ahora descansan en mi cintura y espalda mientras retomo el beso.

De esta forma soy un poco más alta que él, de modo que debo inclinar mi cabeza y arquear un poco mi espalda para poder encontrarme con su cuello. El suspira casi insonoramente en mi oído y es ese el punto de partida para mi carrera contra la venganza. Deposito mis labios contra la piel lisa de su cuello, extendida ante mi lista para que haga lo que quiero. Harry aprieta sus manos contra mi espalda, movíendose lo menos que puede y escondiendo su rostro entre mis hombros.

Doy por finalizada mi misión cuando el me empuja suavemente hacia atrás, volviendo a estar encima de mi. Nuestras respiraciones son agitadas y puedo jurar que casi sincronizadas.

Su boca se dirige a mi oído y yo trato de calmar mi ser interior lo mas que pueda cuando siento su respiración cerca de mi.

-Te amo mucho, lo sabes, ¿verdad? -susurró. Alcancé a asentir levemente cerrando mis ojos al contacto de su voz. -Sabes que no podría hacerte daño y... y que no haría nada que a tu no quisieses.

-Ajá.

-Cada vez que te toco creo que mis manos se derriten en tu cuerpo. -se detiene para poder respirar tranquilamente mientras apoya su frente en mi hombro. -La próxima vez, no podré detenerme...

Entonces mis ojos estuvieron apunto de abrirse. Ya sé de lo que estaba hablando. Me aprieto más contra su cuerpo, abrazándolo más y más, para que no se vaya nunca de aquí, de mi lado, de mi amor.

Entonces digo lo que completa la oración. Lo que él quería escuchar.

-Yo tampoco podré.



Leave Me Speechless  (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora