Cuando en tu vida sucede algo de lo cual estas totalmente sorprendido, tu mente suele tomarse unos minutos de vacaciones.
Y lo peor es que decide irse bien lejos.
Harry está frente a mi con sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón, y las mejillas teñidas en carmsesí por la inminente vergüenza de ahora mismo. Sus ojos brillan y se muerde los labios nervioso, esperando mi respuesta. En mi rostro comienza a nacer una sonrisa que puede llegar a ser inmortal.
-¿Qué quieres decir, Harry?
El alza la vista del piso hacia mi y libera sus labios formando una sonrisa con estos. Rodea los ojos y envuelve su cuerpo en un auto abrazo.
-No me hagas repetir lo que dije, Erin. Me da una vergüenza terrible. -musita mirando hacia el suelo y se voltea caminando por la hojarasca seca bajo nuestros pies.
Comienza a caminar hacia atrás, se esconde tras un árbol y luego, creo perderlo de vista. Volteo hacia todos lados, pensando en que lo he perdido y entonces me doy vuelta y lo veo ahí, sentado en la roca.
Me recuerda a la descripción física del cuento "Silencio" en la recopilación de estos, Narraciones Extraordinarias de Edgar Allan Poe. Si tan solo supiera qué significa este inmortal silencio rodeándonos, o si tal vez aquella roca murmuró desolación.
No quiero ver qué será lo que esa predicción signifique.
Lentamente, tomo aire y doy un paso hacia adelante, cruzando la línea imaginaria que como ya dijo Harry, delimita el bosque con el su claro. Los pájaros cantan sobre mi y cuando alzo la cabeza, fuera del círculo formado por las copas de los árboles, los veo pasar persiguiendo a su líder.
Y yo voy hacia el mío.
-Oye.
El se voltea lentamente y me mira con ternura. Su mirada cuando está siendo conectada con la mía me cohibe de cierta forma que debo obligarme a apartar la mía. Ahora, está sonriendo porque yo bajé la mía hacia el suelo. Puedo ver claramente cómo extiende una mano hacia mi.
Sé que quizás es muy pronto, o en realidad no, pero aún no sé si esto puede funcionar. Digo, el es muy distinto a mi. Yo soy segura, lo cual es bastante cómico ahora mismo que desconfío de todo esto; soy confiada, alegre y no me importa lo que digan los demás.
Mientras que el no es mas que una sombra tras la persona a la que sigue. Se esconde tras todo lo que puede, llevándose consigo lo mejor de él para mostrárselo solo a los que quiere. Y eso me hace sentir afortunada, porque una de ellos soy yo.
Sus ojos son lo único que no son parte del disfraz que usa a diario. Es como si toda esa faceta de chico malo que suele tener y que solo yo puedo ver, ya no ir los demás solo lo ven como una víctima, se disuelve en cuanto miras sus ojos. Aquellos ojos esmeralda que están mirando los míos fijamente.
-Ven. -musita el y se mueve un poco hacia la derecha, golpea con la palma de su mano la roca.
Engancho mi pie en la primera fase de la gran roca y mi mano a un lado de Harry, pero cuando me impulso, mi pierna resbala debido a la mala posición de la roca inferior y casi caigo, pero Harry me sujeta de inmediato.
Alzo mi vista y veo que sus ojos brillan por lo preocupado que está. Quiero decir algún comentario de los que siempre hago, pero no me sale nada. Creo que llegar a este lugar, significa también llegar a un punto en lo que sea que tengamos. Harry me afirma y lanza hacia atrás consiguiendo, por fin, sentarme a su lado.
Harry suelta mi mano y la deja sobre mis piernas, volviendo la suya a su lugar de inicio. Sentados, a la misma altura, puedo ver exactamente lo que él ve. El atardecer se está yendo frente a nosotros y se cuela entre los árboles. La respiración de Harry es relajada y de la nada, mi cabeza va cayendo hasta que llega a el hombro de Harry para dejarla reposar en el.
-¿Sabes qué? -inicia el. Su voz está un poco mas pastosa de lo normal, conmigo no suela estar callado tanto tiempo. -¿Recuerdas que te conté sobre mi hermana?
-¿La que se llevó tu auto?
-La misma. -añade soltando una risa tierna. Suelta su pierna y la coloca sobre la mía, entrelazando su mano con la mía. Con su pulgar, comienza a trazar pequeños círculos en mi mano. Cierro los ojos para disfrutar la sensación. -Viene esta semana y quiere conocerte.
Me separo rápidamente de su cuerpo y lo miro con una ceja enarcada. Él, como respuesta, enarca la suya y tira de su mano para acercarme a su cuerpo.
-¿Le haz hablado de mi? -pregunto cuando vuelvo a mi lugar seguro. Siento su calor contra el mío, y Harry pasa su brazo por mi espalda y me acurruca contra si.
-No eres tan malvada como para ser un mal hábito, Erin. -comenta. Cierro mi puño y le doy un sirve golpe en su estómago. El lo cubre con su otra mano y la deja caer en sus piernas. -Eres el mejor, ¿Por qué ocultarlo con ella?
-No lo sé, creí que no le contarías a nadie. -le digo en parte verdad y mentira. La verdad es porque en algún momento lo creí, digo? Harry es un chico tímido y que suele guardarse sus cosas. Y la otra es porque me siento un poquito culpable. No se lo he dicho ni a Camille.
-Eres la persona que me conoce mejor en el mundo. Con Gemma llevo 18 años, y apostaría que me conoce un 1/3 de lo que realmente es. Tu sabes todo.
-No todo. -replico alzando la vista para ver su reacción. El sigue mirando hacia el frente con sus ojos minimizándose al sol.
-Hay cosas que no debes saber. -dice cerrando los ojos.
Yo también lo hago. Que me oculte cosas no es nada bueno, aunque quizás me esté protegiendo de algo. ¿Qué es?
-Respóndeme a lo que te dije antes, chica. -dice interrumpiendo mis pensamientos.
Mantengo mis ojos cerrados y visualizo un futuro con el. Nos veo caminando por las calles, tomados de la mano, riendo y jugando. Lo veo en su habitación, en el piso, riendo de algo que dije o probablemente de mi. O al revés.
Entonces me doy cuenta de que fui una estúpida al pensarlo. ¿cómo no me di cuenta antes? Harry es un chico oscuro, no sabe hacia donde va ni tampoco de dónde viene. Pero creo que puedo ayudarlo a encontrar un camino.
Aclaro mi garganta y me acomodo entre sus brazos. Abro los ojos y digo con todo lo que alguna vez sentí.
O lo que sentiré.
-He sido tuya desde el momento en que te conocí.
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Leave Me Speechless (h.s)
FanfictionEra que el que nunca decía nada. El que siempre estaba callado. El mudo de la clase. El mudo de la generación. El mudo de la adolescencia. El mudo del mundo. Era el chico tímido hasta que llegó alguien que lo sacó de ahí.