42.

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-¿Que tú qué? -grita Camille abriendo los ojos más de lo normal.

La gente que tranquilamente tomaba café mientras conversaba con amigos, pareja, familiares o lo que sea que fuera mucho menos divertido que mi hermana, se dieron vuelta para ver por qué gritaba. Yo les sonrió a los que más puedo ver, disculpándome.

-¿Podrías bajar la voz? -susurro levantando la capucha de mi chaqueta verde musgo. Me la subo hasta la cabeza y me encojo de hombros hasta hundirme en el asiento rojo.

-No. -dice mi hermana, ahora un poco más bajo. -¿Cómo te atreves de pedirme eso, Erin? -voltea sus ojos y se levanta e inclina sobres mesa hasta mi, toma mi brazo y tira de el hasta que vuelvo a estar en mi posición inicial.

Y en la que debo de estar.

-Fue solo un sueño, no es para tanto. -musito meneando la cabeza. Tomo la pequeña cuchara de plata del platillo y la unto de nuevo en el café ya frío. Comienzo a darle vueltas de manera que los colores comienzan a mezclarse y a formar figuras en el liquido.

-Si, obvio que es un sueño. -dice Camille, acomodándose en su asiento. -¡Pero es un sueño con Jake el destripador! Por dios, Erin. -levanta la taza de café de la que estaba tomando pero antes de que la porcelana toque sus labios, la vuelve a dejar en la mesa. -¡Por Dios, Erin!

Paso una mano por mi rostro y la dejo ahí más del tiempo que creí que estaría. ¿Qué estaba pasando? Solo le conté a Camille del extraño sueño que había tenido en dónde aparecía Jake. Y qué reacción había tenido.

Pero, al fin y al cabo, son solo sueños...¿verdad?

-No haz hablado con el desde esa vez en que fuiste a un café sola, ¿No es así? -pregunta mi hermana retomando a su café.

Tiene el ceño fruncido y sus ojos parecen más oscuros de lo normal. Se ha pintado los labios de rojo, algo que me ha parecido totalmente raro, es decir, ella solo viste de negro y que cambie solo un pequeño detalle, como el color del labial, se nota de inmediato. Tomo la taza de porcelana entre mis manos y la aproximo a mis labios.

-No. -digo tomando un sorbo, no sin antes ver la expresión que tiene mi hermana. -El día del baile, en la fiesta a la que nos llevaste, lo vi. -musito sin mirarla. -Era su casa, así que podía pasearse por ahí cuando le diera la gana. Un gran detalle que olvidaste mencionar, Cam.

Ella enarca las cejas gruesas que tiene y le da un sorbo a su café, encogiendose de hombros.

-Estaba un poco ebria en ese entonces, aparte, se suponía que estaría fuera de la ciudad ese día.

-Bueno, creo que sólo fue a dar una vuelta a la manzana porque si estaba ahí. -digo terminando por completo mi café. Lo dejo en su platillo y en el fondo, con las pequeñas marcas del liquido que quedan, veo que forma algo.

Un corazón deformado.

-Porque entró en la habitación en la que estábamos Harry y yo, y en canto nos vio...-digo nerviosa, titubeando un poco. -vio...

-¿Besándose? -me interrumpe ella.

Asiento con la cabeza y le devuelvo la mirada.

-Si, mientras nos besábamos, él entró e intercambió algunas palabras con Harry a las cuales él no respondió de buena manera, cabe decir. -digo soltando una pequeña risa nerviosa al recordar el momento. Paso un mechón rebelde por detrás de mis orejas. -Pero sí, esa fue la última vez que le vi.

-Y ojalá que sea la última. -musita ella rodando los ojos. -Mira, Erin. La verdad es que soy muy incrédula cuando de estas cosas se trata, pero que sueñes con Jake no es algo normal y menos si te dice eso. Yo digo que, o el asunto de Jake y Harry aún te tiene con los pelos de punta o es verdad lo que él está diciendo.

De inmediato, enarcó un ceja y abro la boca en una gran "o"

-¿De verdad crees que yo podría estar prefiriendo a Jake antes que Harry? Por dios, mujer. ¿Quién eres? -me levanto de la silla, y comienzo a alejarme de la mesa, aún mirándola. Su cara se ha vuelto roja de la vergüenza, en cierto modo, creo que se ha sentido mal por lo que ha dicho. -Por Dios, ¿Crees que podría hacerle eso a Harry?

-¿Hacerme qué? -dice alguien a mis espaldas.

Inmediatamente me volteo, y contemplo a la persona que, ahora, está frente a mi.

Se ha vestido con una remera negra, con un diseño que no logro descifrar. Los pitillos siguen defiendo quién es, y las botas café claro que, a pesar de los reproches de Lynn, sigue usándolas.

-Ha-Harry... -titubeo cuando él me sonríe. Inclina la cabeza esperando alguna respuesta de mi parte y yo lo único que puedo hacer es sonreír. -No te esperaba aquí.

Él sonrie aún más y saludo a Camille con una inclinación de la barbilla, a lo que supongo que ella responde con un casi insonoro "hola". Vuelve a mis ojos y frunce los labios.

-Vaya. -musita alegremente. -Yo también me alegro de verte, querida Erin. -sigue y abre sus brazos y me estrecha contra ellos. Mi interior se emociona pero mi exterior no quiere demostrárlo. Siento los fríos y suaves labios de Harry contra mi frente y luego me aparta con delicadeza.

-¿Qué haces aquí? -murmuro lentamente. Él me toma de la mano y me voltea colocando la otra, en mi cintura. Empezamos a caminar juntos hacia la mesa, nuevamente. -Se suponía que estarías hablando por Skype con Gemma, ¿no? Te iba a mostrar a su nuevo novio.

-Si, pero lamentablemente se le cayó la red del teléfono movil que compartía a su computadora y, -se hace a un lado para dejar que pase, asi que me siento en el rincón y el hace lo mismo a mi lado. Camille se revuelve nerviosa en su asiento. -Todo murió. -levanta la mirada hacia mi hermana y pasa un brazo por mis hombros. ¿Cómo estás, Cam? Erin me contó que están por llegar las solicitudes que enviaste para la universidad.

-Así es, Harry. -dice añadiendo una pequeña sonrisa. -Pero no quiero abrirlas hasta que me gradúe.

-¿Por qué? -pregunta él, curioso. Lo observo desde mi rincón y veo lo feliz y comodo que se siente estando aquí. Me alegro y de pronto una sonrisa empieza a surgir en mi rostro. -Eso es masoquismo.

-No, solo es una pequeña manía que tengo desde pequeña. Suelo ser muy paciente.

Y de pronto la sonrisa desvanece. Camille suele ser tan paciente que aún espera que nuestro padre se digne a aparecer por casa. Suele ser tan paciente que ni siqueira se molestó en comentarme que había llamado a Harry para que viniera, si no que se dedicó a esperar su entrada.

Si el no lo hubiese comentado hace unos segundos, no hubiera sabido.

Todo lo que ellos hablan, lo escucho como si estuviera en una burbuja. O bajo el mar. Opaco, sin resonancia. No distingo ninguna palabra así que me dedico a asentir y sonreír cada vez que ellos me miran.

Y todo esto pasó por Jake...

Y entonces, Harry me estrecha contra su pecho y me acaricia suavemente el cabello, como si fuera de cristal y se estuviera quebrando. Me mira inclinando hacia abajo la cabeza y sonríe.

-¿Verdad, Erin?

Y si tan solo, hubiese puesto atención a lo que estaba pasando a mi alrededor, me hubiese dado cuenta de lo que asentí por casualidad.





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Finjan que Harry está en la multimedia.


Las amo! Ojalá les guste el capitulo.


Besos,


Monse.

Leave Me Speechless  (h.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora