Cuando llegué a mi casa, me cambié rápidamente a el maldito uniforme azul con blanco. Saqué mi bici y me dirigí hasta la pizzería.
-Hola, John -saludé al hombre que estaba tras el mostrador. Cuando llegué aquí, en verano, tenía el pelo de color rubio, ahora lo tiene café.
-Calle... -empezó a decir mientras miraba un papel -A la mierda. ¿Quién puede pronunciar esto?
Me acerqué a el y leo el papel. Tenía razón. Le propiné una palmada en la espalda y lo miré:
-No eres el único -puse mi mirada mas teatral y luego salí corriendo a la cocina. Coincidí el número de pedido con la caja, la tomé y salí y otra vez. -Adiós, John.
Amarré la caja a la plataforma postiza que había ideado para poner las cajas y me monte en la bici. Me puse los audífonos y comencé a andar.
Lo mejor de vivir en una ciudad tranquila, es que puedes escuchar música sin temer por tu vida.
Doblé a la derecha al ver la calle y busqué la casilla del portero.
-Hola -saludé al hombre sin cabellos y el me sonrió y abrió el portón -Gracias.
Avancé por el asfalto buscando la casa 28. Todas eran igual y grandes. Todas con un ante jardín que no me hacia dudar que tendrían uno trasero con una piscina enorme y probablemente un parque de diversiones si es posible.
Paré en frente de la 28 y me bajé. El camino de entrada estaba formado por piedras de río, tan redondas que me hicieron dudar de su realidad.
Toqué.
-Pedido de peperoni americana -dije desenredando la pizza y levanté la vista.
El chico de mi clase de pelo ondulado y un poco largo estaba frente a mi.
-¿Harry?
-Hola, Erin -murmuró. Se pasó la mano por el cabello y la dejó ahí. Noté que había cambiado su remera por un suéter de color gris.
-¿Te gusta esta pizza? -le pregunté alzando la caja a la altura de mis ojos. El se encogió de hombros y sonrió -Porque todo el mundo la ordena y yo la encuentro asquerosa. Dejame decirte que creí que serias mas original.
-La ha ordenado mi madre -dijo mirando hacia el suelo. Llevaba unos botines color café claro.
-Oh, entonces, en ese caso, aun me puedes sorprender -le respondí dandole un toque en el hombro.
-¿Cuánto es? -preguntó llevándose la mano a el bolsillo trasero.
-Ah... Déjame ver -saqué el papel de el interior de mi chaqueta y leí -creo que aquí dice 10 dólares, pero hoy es jueves.
El alzó una ceja en señal de no entender a que me refería.
-Los jueves son de descuento y, como me caes bien, te haré uno de un 50% -sonreí. -felicidades, deberás pagar solo 5 dólares.
-Gracias -dijo soltando una risa. Sus hoyuelos volvieron a aparecer. Extendió un billete de 10. -Guarda el cambio.
-¿Qué? Oh, no. -le extendí la caja. El la tomó y la apoyó contra su cadera apoyándose en el marco de su puerta. -espera -abrí mi chaqueta y hurgué buscando un billete. -Se que tengo uno por aquí.
-Erin, está bien, guarda el cambio.
-No -hurgué en otro bolsillo y lo encontré. Se lo extendí -toma.
El meneó con la cabeza y me miró. Yo lo miré y arquee una ceja.
-Si no lo tomas, tendré que proceder a un procedimiento del cual no estarás en posibilidades de actuar y va en contra, obviamente, de tu voluntad.
-Erin, yo... -estaba diciendo y lo interrumpí cuando cuando arrugué el billete en mi mano y lo guarde en el interior de su bolsillo delante. Comencé a retroceder.
-Gracias por comprar en John's pizza. La próxima vez quizás también haya descuentos -me acerqué un poco e hice un hueco con mis manos al acercármelas a la boca. -Dicen que los jueves -susurré. Corrí hasta mi bici y comencé a avanzar.
Cuando iba por la mitad de la calle me voltee. Harry seguía en el umbral de su puerta mirando hacia mi.o saludé con la mano. Sonrió y entro en la casa
Y yo comencé a andar a la mía.
-No me gustan estas cosas -dijo mi hermano pequeño. A Peter jamás me habían gustado los tomates y ahora estaba jugando a pasar uno a otro de un lado del plato. -No quiero comer.-Bueno, lamentablemente, aun estoy viva y mientras siga siendo tu madre, tendrás que comerlos -espetó mi madre.
-Yo me los como por ti -dijo mi Camille enfrente de el. Alargó el brazo y tomó las 4 rodajas de la fruta.
Meneé la cabeza y seguí comiendo. Ayudé a levantar la mesa y subí a mi habitación. Prendí mi computadora y abrí Facebook.
Tenía una solicitud de amistad
Jake Malik quiere ser tu amigo: aceptar o ignorar.
De verdad, solo llevaba un día en el instituto y ya lo odiaba. Lo dejé estar porque si ponía rechazar el se daría cuenta y no soy tan mala para eso. En lugar de pasarme la noche con la conciencia abierta, busqué en la red social.
Harry Styles.
Resultados: 1 de 1.
Pinché el perfil. Este se abrió y dejó ver un perfil simple. Dirigí mi mirada hasta la foto de perfil y vi que tenía una. La pinché y la observé.
Era una que en la que salía con la misma remera de hoy. Sonreía mirando a la cámara.
-Linda sonrisa, Harry -murmuré.
Volví a su perfil y posee la flecha del mouse sobre el "Agregar a amigos"
Medité un tiempo y finalmente, pinché.
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Leave Me Speechless (h.s)
FanfictionEra que el que nunca decía nada. El que siempre estaba callado. El mudo de la clase. El mudo de la generación. El mudo de la adolescencia. El mudo del mundo. Era el chico tímido hasta que llegó alguien que lo sacó de ahí.